Miles de migrantes confluyeron este jueves 16 de septiembre en una ciudad fronteriza del sur de Texas, donde instalaron un campamento improvisado tras ser retenidos por las autoridades estadounidenses.
Antilavado de dinero / DW.
Los migrantes acamparon bajo un intenso calor junto al puente que conecta la ciudad Del Río con la mexicana Ciudad Acuña. En su mayoría son haitianos, pero también hay cubanos, venezolanos y nicaragüenses.
El alcalde de Del Río, Bruno Lozano, dijo que a primera hora del jueves 10.503 migrantes se encontraban bajo el puente internacional de la ciudad, frente a los 8.200 registrados por la mañana.
En tanto, la comida y el agua escaseaban mientras las temperaturas subían hasta los 37 grados centígrados. Reuters fue testigo de cómo cientos de migrantes vadeaban el río Grande de vuelta a México para abastecerse de artículos esenciales.
Autoridades migratorias desbordadas
Los indocumentados han estado cruzando desde el martes a territorio estadounidense y han desbordado a las autoridades migratorias, que han improvisado el campamento a la espera de ir procesando solicitudes de asilo.
Todas las personas duermen al raso y carecen de servicios básicos, unas condiciones que amenazan con crear una nueva emergencia humanitaria en la frontera sur.
La frontera entre Texas y México ha registrado cifras récord en las llegadas de inmigrantes irregulares desde que Joe Biden asumió el poder en enero pasado y ya ha sido foco de una crisis política para el nuevo presidente.
Según The Washington Post, muchos de los migrantes haitianos que han llegado a Texas emigraron de sus país tras el terremoto de 2010 a naciones suramericanas como Brasil o Chile, pero la crisis creada por la pandemia les ha impulsado ahora hacia Estados Unidos.
La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos ha enviado refuerzos al sector de Del Río para gestionar el campo y ante la incertidumbre de que más migrantes puedan cruzar en los próximos días.