Desokupa, la empresa formada por ex boxeadores que se encarga de recuperar viviendas ‘okupadas’ ilegalmente, acaba de realizar una operación en la isla de Ibiza, sobre las narcokupas.
Antilavadodedinero / ElMundo
Tras acceder al interior, los ‘desokupadores’ descubrieron que en el sótano había todo lo necesario para montar una plantación de marihuana. Otra vez.
Hace menos de una semana, la Policía Nacional detenía a varias personas en Palma que habían montado una plantación de 200 plantas de marihuana en un piso ocupado, que además era propiedad de Proyecto Hombre, la ONG dedicada a la desintoxicación y rehabilitación de adictos.
Los arrestados producían y vendían la droga en esa misma vivienda, ubicada en el barrio de Pedro Garau. Se estima que el laboratorio que habían montado para cultivarla y procesarla tenía un valor de 30.000 euros.
Unos meses antes, el olor a marihuana ambientaba todas las viviendas del número 57 de la carretera de Valldemossa, también en Palma de Mallorca. Un piso ocupado de 100 metros cuadrados ocultó durante casi un año un invernadero de medio millar de plantas. Un gramo de marihuana cuesta entre cinco y siete euros en el mercado. Cada planta cultivada en una vivienda puede producir entre 50 y 600 gramos.
La narcokupación se ha convertido en un lucrativo negocio en las islas y en buena parte de España. Las fuerzas de seguridad han realizado numerosas operaciones en el último lustro que confirman que ocupación y cultivo de marihuana muchas veces van de la mano.
El confinamiento provocado por causa de la pandemia habría disparado su precio en todo el mundo, ante las dificultades para su cultivo y venta. Y al mismo tiempo la ocupación de viviendas se ha disparado en España.
Se ha convertido en algo frecuente que las plantaciones de cannabis estén custodiadas por okupas, que ejercen de escudos humanos con los vecinos, pero también ante las redadas y las inspecciones de la Policía. «Intentan dificultar un delito con otro», afirman agentes acostumbrados a lidiar con estas situaciones.
A veces son los mismos okupas los que cultivan la plantación, pero otras son bandas profesionales que conocen y vigilan casas desocupadas, y aprovechan los resquicios para entrar allí y desarrollar su actividad, cediendo luego la vivienda a okupas a cambio de vigilancia y blindaje para sus plantaciones.Más en El Mundo
Muchas veces se ven obligados a realizar importantes inversiones en la vivienda para poder construir un invernadero que optimice la plantación. Desde sistemas de alumbrado y sonido, hasta alarmas para evitar la entrada de los propietarios, o de nuevos okupas que usurpen la vivienda a los viejos.
Una asociación cannábica apunta que España se ha convertido en el gran vivero de marihuana de Europa. Mientras en España es donde más barato puede adquirirse, en países como Chipre ronda los 40 euros el gramo, y en Estonia los 25.