Narcosubmarino atrapado en el Pacífico indica nexos entre Colombia y México

Un submarino interceptado en aguas frente a la costa del Pacífico colombiano, que según las autoridades transportaba más de una tonelada de cocaína, estaría dirigido al Cartel de Jalisco; sin embargo, hay pocos detalles sobre el hecho en esta transitada ruta.

Antilavadodedinero / InSightCrime

Utilizando inteligencia policial, las fuerzas armadas de Colombia confiscaron la embarcación semisumergible que viajaba a más de 80 kilómetros de la costa del departamento de Nariño, en el suroeste de Colombia. Tres ciudadanos ecuatorianos fueron detenidos a bordo, según un comunicado de prensa del ejército con fecha del 24 de agosto.

El submarino, valorado en más de un millón de dólares, estaba equipado con un sistema de navegación satelital y podía cargar más de tres toneladas de cocaína, según la Policía Nacional de Colombia.

El director de la policía, Óscar Atehortúa Duque, dice que un grupo de exintegrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), conocido como Frente-30 y al parecer liderado por alias “Mahecha”, es el responsable del cargamento.

La nave se dirigía hacia Costa Careyes en el estado de Jalisco, al occidente de México, base del Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), a donde se suponía que llegaría durante la primera semana de septiembre, según afirma la Policía Nacional.

A esto se suma una redada el 24 de agosto, donde se desmanteló una planta de producción de cocaína en una región selvática del sector de Río Colorado, en Nariño. En aquella instalación, que tenía la capacidad de producir hasta una tonelada de cocaína por semana, se incautaron casi una tonelada y media de clorhidrato de cocaína, 658 kilogramos de pasta de coca y otros materiales utilizados para procesar y empaquetar la droga, según afirmaron algunos funcionarios.

Al parecer, otro grupo de excombatientes de las ex – FARC mafia, el Frente Oliver Sinisterra (FOS), supuestamente operaba la instalación.

Se cree que este grupo opera en el municipio de Tumaco, la segunda ciudad más grande de Nariño y el segundo puerto más importante en el Pacífico colombiano, después de Buenaventura, y ubicado un poco más al norte de este. Mientras que, de acuerdo con las autoridades, el Frente 30 tendría presencia en los municipios de Mosquera, Magüí Payán, Olaya Herrera y La Tola, en Nariño.

Si bien aún no se han demostrado los presuntos vínculos entre grupos del crimen organizado de Colombia y México en relación con el semisumergible confiscado, la incautación ha vuelto a poner de relieve la predilección de los traficantes por la ruta del Pacífico.

Las autoridades colombianas no aportaron pruebas que respaldaran la afirmación de que el CJNG era el receptor del cargamento de cocaína, y es poco probable que los tres hombres ecuatorianos a bordo de la nave hubieran podido proporcionar dicha información. La tripulación de estas naves suele estar conformada por pescadores de la región que ocupan los peldaños más bajos de la cadena de narcotráfico.

Además, la mayor parte de la cocaína colombiana traficada por barco se mueve hacia el norte a través de las aguas del Pacífico, hacia puntos de transbordo en Centroamérica o directamente hacia México, desde donde pasa a Estados Unidos, como señala Naciones Unidas en su Informe Mundial de Drogas 2020.

En su Evaluación Nacional de Amenazas de Drogas de 2019, la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (Drug Enforcement Administration, DEA) señala que el 90 por ciento de la cocaína incautada en Estados Unidos proviene de Colombia.

(Gráfico cortesía del Informe Mundial de Drogas, Naciones Unidas, 2020)

Los traficantes colombianos atraviesan cada vez más la frontera sur hacia Ecuador, con el fin de aprovechar la ruta del Pacífico. La extensa  investigación que InSight Crime realizó en 2019 sobre la dinámica del narcotráfico en la zona señala que la ruta del Pacífico que parte de Ecuador es “suministrada en gran medida por la cocaína producida en Nariño”.

El departamento tiene además casi 37.000 hectáreas de cultivos de coca, lo que lo convierte en el segundo departamento con más cultivos de la planta en Colombia, según datos del monitoreo de cultivos de coca de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (ONUDD) en 2019.

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