La incesante espiral de violencia ha convertido a la región de Tierra Caliente en Michoacán en una “zona de guerra”, en la que ni siquiera la visita del Embajador de El Vaticano, Franco Coppola, dio tregua. Pero, ¿por qué no se ha podido contener la escalada de inseguridad, violencia y terror en Michoacán?
Antilavadodedinero / Sinembargo
La falta de entendimiento y de coordinación en las estrategias de seguridad federal y estatal se ha traducido en que la espiral de violencia en Michoacán siga sin ser contenida, lo que mantiene a la población en total indefensión.
En Michoacán, estado gobernado por el perredista Silvano Aureoles Conejo, no existe hasta este momento algún indicio que haga pensar en el pronto establecimiento de la paz y seguridad para sus habitantes. Así lo dejan ver los hechos que mantienen aterrorizada a la población y que no cesan: enfrentamientos, caminos destrozados con dinamita, ataques con drones explosivos y bloqueos en las carreteras.
El Gobierno estatal intentó apostar por una estrategia de desplegar operativos en la región y envió a cientos de efectivos para reparar y reabrir carreteras dañadas por cárteles de la droga, pero las acciones no fueron del todo exitosas, pues los grupos delincuenciales respondieron con más ataques en un abierto desafío a las autoridades.
En tanto que el Gobierno federal, que ha mantenido una política de no confrontaciones, optó por no enfrentarse directamente y de manera armada al crimen organizado, por lo que retiró a los elementos de la Guardia Nacional, como se pudo apreciar en diversos videos difundidos a inicios del mes de abril.
La situación y desesperación en la zona es tal que, para cientos de personas de la comunidad de El Aguaje, del municipio de Aguililla, no les ha quedado más opción que dejar su hogar por la guerra entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Cárteles Unidos. Medios nacionales reportaron que en la localidad quedan al menos unos 300 pobladores, de miles que había hace tres décadas. Ninguno de los gobiernos, ni estatal ni federal, se ha responsabilizado por la falta de resultados en el combate a los grupos armados que mantienen a la región asediada.
Para especialistas, el panorama para esta región a corto y mediano plazo no es nada alentador porque se estima que aumentará la tensión y enfrentamientos en la zona, principalmente por la retirada del Ejército.
“Quizá sea una estrategia para debilitar al Gobierno estatal y ganar ese estado en las elecciones que hay en Michoacán, podría ser una estrategia de este tipo. Ya ha sucedido antes, no es novedoso; hay una falta de interés de apoyo del Gobierno federal para ayudar en la situación de inseguridad al Gobernador”, dijo el experto.
Si bien por parte del Gobierno de Michoacán se han realizado diversos operativos, ninguno ha sido exitoso debido a que los grupos delincuenciales desafían a las autoridades tumbando las acciones que realizan.
LA VIOLENCIA
Durante el mes de marzo, Michoacán se colocó como la cuarta entidad más violenta, con un total de 212 víctimas de homicidio doloso de dos mil 944 registradas a nivel nacional. Guanajuato se posicionó, nuevamente, a la cabeza, con 335 asesinatos, seguido de Baja California con 275 y Estado de México con 245.
Esta entidad, conocida por su producción de aguacate y la lucha de autodefensas, ha mantenido una tendencia al alza de la violencia en los últimos años. En un lustro, los homicidios crecieron al menos un 155.56 por ciento, pues de 952 que se registraron en el año 2015; para el 2020 la cifra de víctimas se incrementó a un total de dos mil 433.
La espiral de violencia ha convertido a la región de Tierra Caliente en lo que ya muchos llaman una verdadera “zona de guerra”. Ni siquiera la visita del Embajador de El Vaticano, Franco Coppola, dio tregua a la región, pues ese mismo día se registró un enfrentamiento entre civiles armados sobre la carretera Apatzingán-Aguililla. Entonces ¿por qué no se ha podido contener la escalada de inseguridad en Michoacán?
Especialistas consultados por SinEmbargo coincidieron en que los hechos en Michoacán muestran una ausencia del Estado mexicano en su conjunto, y destacaron que es urgente que los gobiernos se coordinen para establecer estrategias que puedan contener la inseguridad en la región.
“Lo primero es que es evidente que no hay presencia del Estado en la región […] hay constantes retenes y puntos de control por parte de los grupos delictivos, lo cual es una aberración en términos del Estado y habla de una enorme falta de presencia del Estado”, dijo Rodrigo Elizarrarás.
Para el analista, quien ha desempeñado funciones en dependencias como Segob y Cisen, la falta de consolidación de la Guardia Nacional sería otro factor que explica lo que ocurre.
Ricardo Ravelo, periodista especializado en temas del crimen organizado, explica que la violencia se debe a la fuerte narcodinámica e impunidad que existe en el estado, donde operan ocho grupos criminales: La Familia Michoacana, Los Viagra, Los Correa, La Nueva Familia Michoacana, Los Blancos de Troya, Los Caballeros Templarios, Los Reyes, el Cártel de Jalisco Nueva Generación y el cártel de Tepalcatepec.
“La impunidad que priva en el estado que gobierna el perredista Silvano Aureoles ha desatado el surgimiento de decenas de organizaciones criminales, pues ven en el territorio un vacío de poder legal, caldo de cultivo para el florecimiento del crimen”, escribió el periodista en su texto Michoacán: Los cárteles que gobiernan con Aureoles, publicado en SinEmbargo.
Edgar Guerra Blanco, profesor investigador del Programa de Política de Drogas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), consideró a su vez que, como todo problema complejo, son diversos los elementos que entran en juego para explicar por qué no se ha podido establecer el orden en Michoacán.
Para el académico, el problema de fondo tiene que ver con los mercados ilegales de droga, pero para combatirlo se tendría que replantear la política de drogas, lo cual es una estrategia de largo plazo. El segundo de los factores tiene que ver con la falta de profesionalización y control de las policías que da pie a la corrupción de los cuerpos policiacos, sobre todo a nivel municipal y regional.
“Tenemos una deficiencia tremenda en la profesionalización de las policías y en el sistema de partición y de procuración de justicia en general. No existen los suficientes mecanismos de control de los cuerpos policiales y esto se convierte en una estructura muy frágil y muy porosa, donde las actividades ilícitas encuentran un espacio para manejarse de manera holgada”, dijo.
Otro de los puntos tiene que ver con que el Estado mexicano simplemente ha renunciado en tratar de resolver la pugna que existe entre distintos grupos delictivos en la zona.
“El Estado, hay que decir, se encuentra en una situación muy compleja porque, por un lado, si decide utilizar la fuerza del Estado esto puede generar todavía más violencia […] Entonces el Gobierno está en una encrucijada de qué hacer y lo que ha hecho es que se ha mantenido a distancia”, dijo el especialista.
Cientos de personas que han salido de la comunidad del Aguaje, municipio de Aguililla, por la guerra entre dos grupos armados. Foto: Juan José Estrada/Cuartoscuro
PUGNA POR MICHOACÁN
La pugna por el territorio de Michoacán está protagonizada entre el Cártel Jalisco Nueva Generación contra La Nueva Familia Michoacana, este último apoyado por sus brazos armados denominados como Los Viagras y Los Blancos de Troya.
Víctor Sánchez Valdés, del Programa de Política de Drogas del CIDE, detalló que la lucha por Aguililla es un proceso que ya lleva años luego de la caída de Los Caballeros Templarios, que era la organización dominante.
“Tras la caída de Caballeros Templarios diversos grupos de crimen y pseudo autodefensas tuvieron cierta presencia en Aguililla. Sin embargo, ya existía cierta intensión del CJNG de hacerse de esa zona porque ahí surgió el antecedente inmediato de CJNG. Hay que recordar que el CJNG no salió de la nada, sino eran los operadores que lo que en algún momento fue el Cartel del Milenio o De Valencia, y Los Valencia son originarios de la zona de Aguililla. Es como conquistar el espacio natural en donde habían crecido y que habían sido expulsados primero por La Familia Michoacana y luego Caballeros Templarios”, señaló.
Sánchez Valdés y Guerra Blanco coincidieron en que los recientes actos de extrema violencia demuestran el afianzamiento del control territorial por parte del CJNG, el cual completa su proceso de expansión.
Aguililla es la joya para la corona de esta organización criminal: de ahí es Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, su líder, pero además es un punto estratégico al ser la entrada a Tierra Caliente, la zona donde se elaboran drogas sintéticas, explicó Rodrigo Elizarrarás.
“Toda esa región de Michoacán es una zona de mucho tráfico de droga, incluso es una de las zonas donde más laboratorios de metanfetamina hay en el país junto con la sierra de Sinaloa, la sierra de Michoacán y parte de Guerrero, son zonas donde hay una gran cantidad de pequeños laboratorios que producen grandes cantidades de droga que después son transportadas a la frontera”, comentó el consultor en seguridad.
El CJNG ha utilizado nueva tecnología para establecer el terror, lo que ha generación gran preocupación. Foto: Cuartoscuo
ARMAMENTO MÁS SOFISTICADO
Los enfrentamientos no son menores, pues estos grupos criminales utilizan rifles de asalto AK-47 y AR-15, ametralladoras, lanzagranadas, vehículos blindados de forma artesanal, según han detectado las autoridades. Sin embargo, en el caso del CJNG, este ha empleado incluso nueva tecnología, lo que ha generado alerta y preocupación.
Apenas el 19 de abril, sujetos atacaron con un supuesto dron con explosivos a policías de Michoacán, previo a la visita que Franco Coppola, nuncio apostólico en México, realizó por la zona para dialogar con víctimas del narcotráfico.
Edgar Guerra comentó que el uso de nuevas tecnologías y formas para generar más violencia y terror muestra que estos grupos siguen profesionalizándose y eso hace que cada vez se vuelvan más complejos.
“Eso es preocupante porque no solamente nos habla de que la violencia está cada vez más escalada y hay una manera distinta de ejercer el poder y la comunicación de la violencia. Nos habla también que estos grupos al final se han venido profesionalizando y creo que eso es no menor porque evidencia que es una organización que va creciendo, que cada vez se está haciendo más fuerte, más armada y con nuevas tecnologías”, comentó.
Los pobladores de Michoacán viven asediados por el crimen que ha convertido Aguilla en una zona de guerra. Foto: Cuartoscuro
¿QUE SE DEBE HACER?
Edgar Guerra dijo que, para poder plantear una situación de orden y legalidad, sobre todo a largo plazo, forzosamente se tiene que repensar en el aspecto de los mercados ilegales de drogas, es decir, una reforma a la política de drogas. Pero este factor es un planteamiento de largo plazo.
En cuanto a un corto o mediano plazo, el especialista destacó que, aunque el Gobierno podría argumentar que está en una encrucijada, sí hay alternativas para combatir la violencia sin el enfrentamiento directo con las fuerzas armadas. Entre estas alternativas, apuntó, está el uso de la inteligencia en la investigación policial y financiera.
“Si el Gobierno mexicano, en lugar de apostar al uso de la fuerza, le apuesta a la inteligencia en la investigación policial y financiera, insisto, creo que serían dos medidas a corto plazo que darían muy buenos resultados y que no necesariamente implican el uso de la fuerza que tan malos resultados ha traído en los últimos años”, expresó.
La inteligencia financiera se tendría que utilizar para desarticular toda la estructura empresarial que le permite al CJNG mantener toda su maquinaria letal y potente.
“Esta enorme maquinaria del Cártel Jalisco Nueva Generación solamente se sostiene porque hay dinero, recursos producto de las actividades ilícitas. Si el Gobierno mexicano apostara a comenzar a rastrear y cortar este flujo de dinero, daría un golpe muy fuerte a estos grupos, debilitaría su capacidad armamentística y esto provocaría quizás una disminución de su beligerancia y de sus actividades violentas”.
Por otra parte, abundó, es necesaria la inteligencia policial para combatir la corrupción al rastrear las redes entre integrantes de organizaciones delictivas con cuerpos policiales, políticos municipales y estatales.
“Si se aplicara esa inteligencia para desarticular estas redes de complicidades, pues sería un golpe también bastante fuerte a estos grupos que quizás llevaría a que hubiera un repliegue”, agregó.
No obstante, el especialista comentó que la inteligencia financiera del Gobierno federal, desafortunadamente se ha dirigido con una intencionalidad política y ha desviado su atención de la delincuencia organizada.
“La inteligencia financiera que está desplegando el Gobierno federal a cargo de la UIF, tiene objetivos políticos, porque está tratando de encontrar complicidades entre los grupos de poder que para este Gobierno constituyen una mafia. Tiene un objetivo político de encontrar complicidades del pasado”, dijo.
Guerra destacó que incluso también en el tema de rastreo y complicidades del lavado de dinero no es sencillo encontrar las herramientas jurídicas para demostrarlo, por lo que no descartó que también pueda ser un tema de incapacidad institucional para llevar estas redes a procesos penales sólidos.