ONU recomienda combatir el ciberfraude en el Sudeste Asiático

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito hizo un llamamiento a los países del Sudeste Asiático para que tipifiquen como delito el hecho de operar un negocio de servicios monetarios o proveedor de servicios de activos virtuales (VASP) sin licencia.

Algunos proveedores de servicios de valor añadido -incluidos los que tienen vínculos con delincuentes conocidos- están facilitando transacciones a grupos de estafadores y sitios de apuestas de alto riesgo, afirma la agencia en un informe publicado el lunes.

Una entidad no identificada realizó “al menos cientos de millones de dólares” en transacciones con operaciones delictivas, según el informe. Entre ellas había grupos relacionados o directamente implicados en tráfico de drogas a gran escala, trata de seres humanos, ciberdelincuencia y material de abusos sexuales a menores, así como entidades sancionadas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos (OFAC) y carteras vinculadas al Grupo Lazarus de Corea del Norte.

“Es más crítico que nunca que los gobiernos reconozcan la gravedad, la escala y el alcance de esta amenaza verdaderamente global, y que den prioridad a soluciones que aborden el ecosistema delictivo en rápida evolución de la región”, declaró Masood Karimipour, representante regional de la ONUDD, en un declaración.

La agencia también recomendó una mayor vigilancia de la participación del crimen organizado en casinos, junkets, operaciones de fraude cibernético y otros negocios vinculados a operaciones de estafa, así como una mejor capacitación de las autoridades en operaciones de juego en línea y métodos de lavado de dinero habilitados por tecnologías sofisticadas, en particular criptomonedas.

Aunque no todas las estafas que se producen en la región tienen que ver con las criptomonedas, éstas son un medio de pago muy utilizado por los estafadores “debido a la facilidad con la que se pueden realizar transacciones transfronterizas rápidas, a la desinformación generalizada y al bajo nivel de conocimientos sobre el funcionamiento de las criptomonedas y, en algunos casos, al fracaso de la cooperación transfronteriza entre las fuerzas del orden, la investigación, la admisión de casos y la recuperación de activos”, según el informe.

El fraude en línea se ha convertido en una enorme industria en la región, aunque los estafadores y las víctimas suelen ser de otros lugares. Un informe anterior de la ONU calculaba que unas 220.000 personas trabajan en centros de estafa sólo en Camboya y Myanmar, algunas contra su voluntad tras haber sido atraídas a esos países con el pretexto de un trabajo legítimo.

Entre las estafas se encuentra pig butchering, un tipo de timo romántico en el que los operadores entablan amistad en línea con víctimas desprevenidas antes de engatusarlas para que inviertan en plataformas fraudulentas.

El informe descubrió que los estafadores se están diversificando, añadiendo enfoques que incluyen estafas de suplantación de identidad, estafas de trabajo o tareas, estafas de recuperación de activos y estafas de phishing de aprobación dirigida. También descubrió un aumento en el uso de nuevas tecnologías, como la IA y las falsificaciones profundas, para ayudar a ejecutar sus operaciones.

coindesk

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