Papa Francisco arremete contra corrupción en Panamá

El papa Francisco exigió en Panamá honestidad y justicia en los actos de gobierno, al comenzar su primer día de actividades en una región salpicada por la corrupción y en medio de un repunte de la prolongada crisis política en Venezuela.

Francisco abordó asimismo el drama de los migrantes centroamericanos. Llamó a la Iglesia regional a acogerlos y protegerlos al destacar que muchos de esos migrantes tienen “rostro joven” y se arriesgan para buscar un bien mejor para sus familias.

El papa, que llegó la víspera para su primer viaje a un país centroamericano, visitó temprano al presidente Juan Carlos Varela y luego se trasladó a la cercana sede de la Cancillería en el casco histórico de la capital para reunirse con autoridades, diplomáticos y representantes de la sociedad civil, en un acto en el que no mencionó la nueva escalada de la crisis venezolana.

Francisco ensalzó la herencia indígena de Panamá y su posición geográfica con océanos en ambos lados, al tiempo que le agradeció por abrirle las puertas a los miles de jóvenes que participan esta semana en la Jornada Mundial de la Juventud organizado por la Iglesia católica.

Pero dijo que esas nuevas generaciones reclaman a los adultos y gobernantes a llevar una vida “con austeridad y transparencia”.

“Llevar una vida que demuestre que el servicio público es sinónimo de honestidad y justicia, y antónimo de cualquier forma de corrupción”, señaló Francisco, quien después se reunió con los obispos de América Central y abordó el drama de los migrantes. Por la tarde tenía su primer contacto con los miles de jóvenes peregrinos que asisten a la jornada.

El mensaje papal tiene lugar en momentos en que la clase política y gobernante de Panamá y de varios de países de América Latina ha sido manchada por el peor escándalo de corrupción en la región, luego de que la constructora brasileña Odebrecht admitió que pagó multimillonarias sumas en sobornos para hacerse de jugosas obras públicas.

En el caso de Panamá, los sobornos alcanzaron los 60 millones de dólares durante la pasada administración del presidente Ricardo Marinelli (2009-2014), según la admisión de la empresa. El exgobernante está actualmente preso mientras se le procesa por acusaciones de espionaje político, en tanto que sus dos hijos, detenidos recientemente en Estados Unidos por problemas con sus documentos migratorios, son pedidos por la justicia panameña por el caso de los sobornos.

En Guatemala, el presidente Jimmy Morales ha paralizado la Comisión Internacional contra la Impunidad en su país -patrocinada por Estados Unidos- que ha impulsado muchas investigaciones de alto perfil que han barrido a políticos, funcionarios públicos y empresarios durante su decenio de existencia.

En El Salvador, el expresidente Mauricio Funes es buscado por presunta corrupción y actualmente es un fugitivo al que se le ha otorgado asilo con varios familiares en Nicaragua. Otro expresidente, Tony Saca, fue condenado en septiembre a 10 años por malversación y lavado de dinero.

En Honduras, la esposa del expresidente Porfirio Lobo fue sospechosa de desviar 700.000 dólares en fondos públicos y su hermano fue acusado de embolsarse unos 300.000 en dinero del gobierno. Su hijo Fabio fue condenado en los Estados Unidos a 24 años por tráfico de drogas.

“Ellos (los jóvenes) reclaman un compromiso, en el que todos ?comenzando por quienes nos llamamos cristianos? tengamos la osadía de construir ‘una política auténticamente humana’ que ponga a la persona en el centro como corazón de todo; lo cual impulsa a crear una cultura de mayor transparencia entre los gobiernos, el sector privado y la población toda”, resaltó Francisco.

Varela, quien se formó en un colegio de jesuitas y cuyo gobierno tampoco ha estado librado de cuestionamientos de corrupción, ensalzó la importancia de la visita del papa para los jóvenes en la región centroamericana, donde muchos siguen migrando de sus países debido a la pobreza y violencia.

“Su visita a Panamá llega en medio de importantes retos globales, en donde su mensaje trae una voz de aliento, de fe y esperanza a los jóvenes de los países que enfrentan conflictos políticos y sociales, crisis humanitarias, desastres naturales, violencia, desigualdad, problemas relacionados con el crimen organizado y la alternativa de una complicada y dolorosa migración”, señaló Varela.

“Con su mensaje y su presencia, usted deja sembrada una semilla en el corazón de nuestro pueblo, de los jóvenes”, agregó.

El papa no mencionó al menos en su primer acto oficial, la crisis política venezolana que se atizó justo cuando el obispo de Roma se dirigía hacia Panamá. En la víspera, el presidente de la opositora Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, se proclamó presidente encargado al considerar que el mandatario socialista Nicolás Maduro usurpó el ejecutivo al tomar recientemente posesión para un segundo mandato, en una nueva jornada de manifestaciones masivas y de protestas mortíferas.

Guaidó recibió de inmediato el reconocimiento de Estados Unidos y varios países latinoamericanos. Maduro desconoció el acto del líder opositor, y rompió relaciones con Washington.

El Vaticano había dicho que el papa no se referiría a Venezuela en su viaje a Panamá, pero la reactivación de la crisis el miércoles en la nación socialista podría empujar a que el primer papa latinoamericano toque el asunto con Varela o en su contacto con los diplomáticos.

ALD/SMN

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