Los abogados de Benjamín Netanyahu pidieron a la Justicia que desestime los cargos por corrupción contra el primer ministro en una audiencia (vista) judicial celebrada hoy, al alegar que los inspectores policiales usaron métodos ilegítimos para obtener pruebas durante sus investigaciones.
Antilavadodedinero / Aurora
El jefe de Gobierno no tuvo que asistir a la audiencia en el Tribunal de Distrito de Jerusalén, pero deberá sentarse en el banquillo por acusaciones de fraude, abuso de confianza y cohecho en tres casos distintos cuando comience la fase probatoria del juicio en febrero próximo.
Su defensa presentó una moción el pasado domingo con citas de interrogatorios en la que argumenta que la Policía utilizó métodos intimidatorios con casi todos los testigos para fabricar acusaciones contra Netanyahu durante su investigación.
Los letrados Boaz Ben Sur y Amit Hadad consideran que hubo abuso procesal y que se usaron formas inadecuadas, incluida presión sobre los testimonios, por lo argumentan que los cargos contra el primer ministro deben ser desestimados.
«El material de la investigación revela actos graves que exigen la anulación de la acusación», señalan los abogados en su moción, en la que aseguran que los delitos por los que Netanyahu está acusado no se investigaron, sino que «se inventaron».
El pasado jueves, la Fiscalía del Estado pidió al Tribunal de Distrito de Jerusalén que rechazara los argumentos de la defensa.
Alegó que carecían de fundamento y afirmó la investigación policial «se realizó de manera justa y rutinaria en su conjunto».
Netanyahu es el primer jefe de Gobierno en la historia de Israel que es procesado estando en activo.
Desde mayo, se enfrenta a un juicio por recepción de regalos a cambio de favores y por supuestos tratos para recibir una cobertura positiva de los medios.
Está acusado de cohecho (delito por el que la ley contempla hasta diez años de prisión), de fraude y abuso de confianza, penado con hasta tres años de cárcel.
El primer ministro niega todos los cargos y ha acusado a medios de comunicación, fiscales e inspectores policiales de orquestar un complot para derrocarlo.
Las acusaciones en su contra han generado protestas en las calles de Israel que se repiten semanalmente desde hace meses, en las que miles de manifestantes piden su dimisión tanto por el juicio como por su gestión de la pandemia de coronavirus.
Ayer, en una nueva jornada de movilizaciones ante su residencia oficial de Jerusalén, una treintena de personas fueron arrestadas tras cortar la vía pública y enfrentarse a la Policía, informó un portavoz de las fuerzas del orden.