El gobernador enfrenta una crisis política por el llamado “chatgate”, la filtración hace dos semanas de una conversación en la plataforma de mensajería Telegram en la que él y otros 11 hombres compartían comentarios considerados ofensivos .
Ricardo Rosselló anunció este miércoles que renuncia a su cargo como gobernador de Puerto Rico en medio del llamado «escándalo del chat».
«Con desprendimiento les anuncio que estaré renunciando al puesto de gobernador, lo cual será efectivo el viernes 2 de agosto de 2019», dijo el gobernador en un mensaje emitido en video.
Acorralado por una ola de protestas tras filtrarse un chat en el que hace comentarios homófobos y misóginos, Rosselló adelantó que la secretaria de Justicia, Wanda Vázquez Garced, se hará cargo de la gobernación de manera interina.
Según la Constitución, es el secretario de Estado quien es el primero en línea para sustituir al gobernador pero, en vista de que éste también había renunciado, el cargo le corresponde a Vázquez Garced.
En un comunicado oficial, citado en el diario puertorriqueño El Nuevo Día, la secretaria de Justicia declaró que «cuando se haga efectiva su renuncia, de ser necesario, asumiré la encomienda histórica que nos impone la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico y las leyes aplicables».
Y añadió: «Estaremos trabajando en conjunto para llevar a cabo un proceso de transición ordenado y transparente».
Rosselló se convierte así en el primer gobernador de Puerto Rico que renuncia en medio de su mandato.
Los miles de manifestantes que estaban concentrados a las afueras de la Fortaleza, la residencia oficial, estallaron de júbilo cuando el gobernador confirmó su salida al grito de «Ricky te botamos».
Y es que Rosselló dimite luego de más de once días de intensas protestas en las que participaron decenas de miles de puertorriqueños aunados bajo el lema «Ricky, renuncia».
Las marchas las encabezaron algunos de los más prominentes artistas de la isla, como Residente o Ricky Martin.
La crisis se desató tras la difusión pública de una larga cadena de mensajes privados intercambiados en la plataforma Telegram, en los que Rosselló y su círculo íntimo de colaboradores hacían comentarios misóginos, homofóbicos o insultantes sobre contrincantes políticos, cantantes o periodistas.
También incluían al menos un comentario en tono de burla sobre las víctimas del huracán María que devastó Puerto Rico en 2017 y dejó más de 4.000 víctimas, según un estudio de la Universidad de Harvard.
¿Qué dicen los mensajes?
El controvertido chat que acabó sentenciado a Rosselló son casi 900 páginas de mensajes filtradas por el Centro de Periodismo Investigativo (CPI), que recibió el documento completo por parte de una fuente anónima.
Los mensajes comienzan en diciembre de 2018 y llegan hasta finales de enero de 2019.
En las páginas del chat, Roselló y sus colaboradores emplean expresiones extremadamente insultantes para referirse a adversarias políticas.
A propósito de un tuit publicado por la exconcejal de Nueva York Melissa Mark-Viverito criticando la postura de Tom Pérez, presidente del Partido Demócrata de Estados Unidos, Rosselló escribió: «Nuestra gente debe salir a defender a Tom y caerle encima a esta p…a».
En otro mensaje, el gobernador boricua se refiere a la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, y dice: «La comandanta dejó de tomar sus medicamentos? Es eso o es tremenda HP».
Rosselló también usa un lenguaje fuerte para referirse al senador Eduardo Bathia, del opositor Partido Popular Democrático (PPD), a propósito de quien comenta: «Mamabicho de niveles históricos».
El cantante Ricky Martin también fue objeto de ataques fuertes de contenido homofóbico.
El mandatario boricua pidió disculpas en reiteradas ocasiones por su contenido.
La corrupción
Pero el escándalo del chat muchos lo ven como la «gota que colmó el vaso» que venía llenándose con los casos de corrupción que se han ido destapando en la isla.
El último, tan solo semanas antes de la publicación de los polémicos mensajes.
Un juez federal acusó a varios exfuncionarios y contratistas del gobierno de Rosselló de conspiración para cometer fraude, robo, fraude electrónico, lavado de dinero y conspiración para lavado de dinero.
Entre ellos, la secretaria de Educación desde enero de 2017 hasta abril de este año, Julia Keleher, y la exdirectora de la Administración de Seguros de Salud (ASES) Ángela Ávila, quienes fueron arrestadas por el FBI.
Rosselló entonces decidió poner fin a sus vacaciones y retornar a la isla y reiteró que su gobierno «no tolerará la corrupción».
Tras la publicación de los polémicos mensajes de Telegram, el CPI fue más allá y publicó una investigación sobre la supuesta «red multimillonaria de corrupción»en el gobierno que se esconde detrás del chat.
«Esas conversaciones tenían lugar entre el gobernador y sus secretarios de gabinete; y en ellas participaban también personas allegadas a Roselló que no tienen ningún puesto público, empresarios que tienen intereses económicos y que buscaban contratos con el gobierno», explica a BBC Mundo Carla Minet, directora ejecutiva del CPI.
«Su contenido lo que revela es que había una dinámica en la que personas allegadas al gobernador solamente por un vínculo afectivo, de confianza o incluso familiar tenían acceso a información confidencial o, por lo menos, privilegiada que les permitía beneficiar a sus clientes en la industria privada», agrega.
La Junta de Supervisión y Administración Financiera para Puerto Rico, cuyos siete de ocho miembros son designados por el presidente de EE.UU. y controlan las finanzas de la isla, se había abstenido de comentar durante la ola de protestas.
Sin embargo, un día antes del anuncio de dimisión de Roselló, la junta emitió un comunicado en el que dijo esperar «que el proceso político resuelva con premura la actual crisis de gobernabilidad».
El comunicado añadió que «durante demasiado tiempo el gobierno de Puerto Rico ha fallado en tratar a sus constituyentes con el respeto que merecen» y que sus funcionarios electos tienen «la responsabilidad de restablecer la integridad y la eficiencia del gobierno».
«Un nuevo Puerto Rico»
Cuando en septiembre de 2015 lanzó oficialmente su candidatura a la gobernación, Rosselló invitó a los electores a que le acompañaran a «construir un nuevo Puerto Rico».
La isla atravesaba una situación económica muy difícil, con una deuda muy elevada y unas pobres perspectivas que estaban impulsando a muchos boricuas a emigrar, sobre todo a Miami o Nueva York.
Roselló prometía hacer frente a esta situación y afirmaba que no había una «crisis de la deuda» sino una «crisis de credibilidad» del gobierno. Y él prometía solucionarla con transparencia.
Los votantes le hicieron caso y lo llevaron al Palacio de Santa Catalina, sede del Ejecutivo boricua, en noviembre de 2016.
Pero los escándalos de corrupción y sobre todo la filtración del chat con comentarios ofensivos para muchos acabaron con su gestión.
ALD/ BBC