La recesión y desaceleración económica mundial también afectan al Vaticano, y los especialistas hablan de la posibilidad de una suspensión de pagos.
Los problemas económicos vienen sucediendo a partir de que se destaparon los escándalos de pedofilia; y, desde luego, la corrupción de los manejos financieros del IOR, también conocido como el Banco del Vaticano.
Estos han sido determinantes para que comprometidos benefactores suspendan sus aportaciones.
A lo anterior, habría que agregarle que los beneficios de sus inversiones en acciones de diferentes empresas han disminuido.
Algunos enterados de las finanzas del Vaticano destacan que no está demasiado lejos de un “crack” financiero: “Todos los parámetros operativos, por ejemplo, el de APSA”, Administración del Patrimonio de la Santa Sede, muestra descensos en sus ingresos hasta del 65%.
Su último balance tiene por primera vez en la historia un abultado saldo en rojo.” Según el periodista Gianluigi Nuzzi las causas son “una gestión clientelar, que cubre abusos, privilegios, contabilidad fantasma, y un sabotaje a las acciones del Papa para cambiar las cosas.”
Pero, sobran escándalos del pasado y del presente: El arzobispo Paul Marcinkus, director del IOR, fue involucrado junto con Michele Sindona, miembro de la mafia, en el asesinato el banquero de Dios, Roberto Calvi, que apareció ahorcado en un puente de Londres.
Juan Pablo II mantuvo a Marcinkus lejos de la justicia italiana, enviándolo a Estados Unidos a jugar golf, hacer importantes amigos y vivir como sibarita el resto de su vida, con inmunidad diplomática.
Y, qué decir del arzobispo Nunzio Scarano, señalado por andar con amistades peligrosas, jefe de las operaciones inmobiliarias del Vaticano que fue detenido, al momento de su arribo Roma, en un jet privado, con 26 millones de dólares en efectivo, cantidad proveniente de su cuenta en Suiza.
Desde hace 40 años se desconfía del Banco del Vaticano por lavado de dinero, al grado que la Unión Europea endureció medidas.
El Papa Benedicto XVI quiso limpiar ese pasado turbio, sin lograrlo. El Banco fue fundado en 1942 por Pío XII, actualmente maneja miles de cuentas de instituciones religiosas de todo el mundo, sin faltar las nutridas cuentas de los ostentosos cardenales y obispos, hasta las multimillonarias congregaciones como Los Legionarios.
Permanentemente, ha sido acusado de lavar el dinero sucio a través de cuentas anónimas.
Solitario, Francisco continua con su denuncia y afirma que “el origen de la corrupción es haber vendido el alma al dios dinero”.
Asesores del papa Francisco aseguran que El Vaticano se encuentra al borde de la insolvencia y así lo confirman los documentos internos y datos del Consejo para la Economía, que dicen que aumenta la preocupación por el déficit que afecta a la Santa Sede: “El déficit es recurrente y estructural, ha alcanzado niveles preocupantes, con el riesgo de provocar la cesación de pagos”.
Recientemente, se presentó en Roma el libro “Juicio Universal,” de Gianluigi Nuzzi, que incluye tres mil páginas de documentos confidenciales.
Éste, también afirma que las finanzas del Vaticano presentan números rojos y advierte que, de seguir así, estará en quiebra absoluta para 2023; y, como resultado del colapso, los empleados perderán sus pensiones.
Seguramente, a todos los problemas de corrupción y avaricia que tiene el Vaticano, habría que sumarle otro más: El político.
Imposible olvidar la caída de Benedicto XVI… un anciano Papa que ya no gobernaba y que L’Osservatore Romano calificó como “un pastor rodeado por lobos y, aunque se vistan de púrpura, se excitan con la sangre”.
Sí, en El Vaticano se hace mucha política y hay muchas traiciones. Basta recordar las palabras a la prensa del cardenal Tarcisio Bertone, ex Secretario de Estado, cuando en su momento, lamentaba la desgracia de su defenestración, atribuyéndosela “al veneno de una red de cuervos y víboras en El Vaticano”.
Hasta la fecha, el frente conservador no ha cedido un ápice en sus radicales posturas contra el Papa Francisco.
A veces, el católico Pontifex Maximus lava los pies de las mujeres musulmanas, a veces se sienta con las personas sin hogar.
Y, de todos modos, no logra conseguir el apoyo de los lobos que hicieron renunciar a Benedicto XVI.
La prensa italiana señaló al ex secretario de Estado, Tarcisio Bertone, como amigo y enemigo íntimo de Benedicto, como el poder que boicoteo los intentos de hacer limpieza en el Banco Vaticano, para que se ciñera a las leyes internacionales contra el lavado de dinero.
Se requerirá de mucha habilidad política para controlar y armonizar las luchas intestinas en El Vaticano, sin salir maltrecho, entre el lobby gay reformista y el conservador Opus Dei, los Lefebvristas, los apabullados legionarios y los triunfantes jesuitas…
Las víboras y los cuervos, los ángeles y demonios, más todos los gremios que buscan el poder atizando la lucha política en la Santa Sede… Ojalá el papa Francisco logre el gran cambio que demanda la sociedad a la Iglesia sin que pierda su vida en ello.
Pero, mientras tanto, la situación financiera vaticana sigue deteriorándose.
Sin embargo, no todo está perdido, porque siempre ha contado con un excelente recurso que se llama “Salvación en la otra Vida”.
Es un intangible, una especie de póliza de seguro de vida con la modalidad de que no ofrece pagar a los deudos sino directamente al asegurado, pero en la otra vida.
Como los intangibles tienen un gran contenido psicológico, porque no se pueden ver ni tocar, se requiere tener una fe ciega en la empresa; para esto, la empresa vaticana debe de tener una solvencia moral intachable que, por desgracia, es de lo que está adolece.
ALD/AM