Tras abandonar el trono, el emérito Juan Carlos I,realizó varias visitas a Riad, donde se reunió con altos cargos del régimen absolutista. En ningún caso hubo notificación oficial de La Zarzuela sobre estas actividades. Por entonces, el exmonarca (hoy hace un año de su huida de España) recibía una asignación pública que rondaba los 190.000 euros anuales.
Antilavadodedinero / Publico
Los estrechos vínculos entre la monarquía española y el régimen saudí se afianzaron en los últimos años de actividades públicas del rey emérito. Tras abandonar el trono, Juan Carlos I realizó al menos cinco viajes a Riad que no fueron incluidos en su listado oficial de actividades difundido por la Casa Real. En el marco de esas visitas, el exmonarca mantuvo reuniones con los principales rostros del gobierno absolutista de Arabia Saudí.
Según ha podido comprobar Público mediante fuentes oficiales de información saudíes, el primer viaje de Juan Carlos I a Arabia Saudí en calidad de emérito se produjo el 28 de enero de 2015, cuatro días después de que La Zarzuela informara que su hijo Felipe VI, en su papel de rey de España, se había desplazado a Riad para ofrecer su pésame por el fallecimiento del rey Abdullah Bin Abdulaziz Al-Saud.
Sobre ese viaje de Juan Carlos I no hubo ni una sola palabra de la monarquía española. En cambio, la agencia oficial de información del régimen árabe dio a conocer entonces un breve texto en el que indicaba que el «antiguo rey de España» había llegado al aeropuerto de Riad, donde le esperaban el príncipe heredero y exjefe de la agencia de Inteligencia, Muqrin bin Abdulaziz, quien ostentaba entonces el cargo de viceprimer ministro, y el príncipe Turki bin Abdullah, gobernador de la región de Riad, entre otros funcionarios.
El emérito volvió a la capital saudí a finales de noviembre de 2015. El rey Salmán le esperó entonces en su palacio con una cena banquete en su honor. En la mesa también estuvo sentado el ministro del Interior, Mohammad bin Naif bin Abdulaziz, así como varios príncipes.
En esas fechas, Arabia Saudí ya estaba metida de lleno en la intervención militar contra los rebeldes hutíes en Yemen, que había empezado en marzo de 2015 y que en algo menos de un año se había cobrado la vida de al menos 3.000 civiles –entre ellos 700 niños–, según datos difundidos entonces por Amnistía Internacional.
Pocos días después de que empezaran los ataques, la Casa Real saudí dio a conocer el contenido parcial de una conversación telefónica entre Felipe VI y el rey Salmán bin Abdulaziz en la que se abordó la recién estrenada campaña militar en territorio yemení. Durante esa llamada, «el rey Felipe VI expresó su apoyo al Reino de Arabia Saudita en la operación Tormenta Decisiva«, nombre oficial de la intervención lanzada en Yemen por la coalición militar encabezada por Riad.
Reunión con el ministro de Exteriores
Juan Carlos I volvió a viajar a Arabia a finales de abril de 2016 para participar en una conferencia internacional celebrada en honor del ex ministro de Asuntos Exteriores Saud Al Faisal, quien había fallecido algunos meses antes. Pese a tratarse de un acto público, La Zarzuela omitió cualquier dato sobre dicho viaje en la agenda oficial del emérito.
En el marco de ese evento el emérito mantuvo una reunión con el entonces ministro de Exteriores saudí, Adel bin Ahmed Al-Jubeir. El contenido de dicha conversación quedó bajo la más absoluta confidencialidad.
Mientras tanto, España se consolidaba como uno de los principales vendedores de armamento al régimen absolutista. Las operaciones comerciales habían alcanzado su pico en 2015, coincidiendo con el lanzamiento de los ataques contra Yemen.
La siguiente visita privada de Juan Carlos I a Riad se produjo el 26 de abril de 2017. En la base aérea Rey Salmán le esperaba el embajador de España, Álvaro Iranzo –quien había sido designado por el Gobierno de Mariano Rajoy para ocupar tal cargo apenas un mes antes–, así como altos funcionarios y representantes del Gobierno saudí. En esa ocasión, el emérito permaneció en el país alrededor de 48 horas.
Hubo otra visita exprés a finales de marzo de 2018. La agencia oficial de prensa reino wahabita publicó entonces un breve teletipo y difundió un par de imágenes de la llegada del emérito a Riad. Tras conocerse esa información, la Casa Real española declinó realizar cualquier aclaración sobre el viaje.
Silencio oficial
En efecto, La Zarzuela ha apostado por una férrea política de silencio ante esas actividades «privadas» de Juan Carlos I en territorio saudí. Según ha podido comprobar Público, en el listado de viajes y actos oficiales realizados por el emérito desde su abdicación en junio de 2014 no hay ninguna mención a las visitas efectuadas a ese país del Golfo Pérsico.
Cuando se registraron esos viajes, Juan Carlos I mantenía una agenda de actividades y percibía una asignación anual en calidad de emérito que rondaba los 190.000 euros anuales. Dicha asignación fue retirada por Felipe VI en marzo de 2020, en plena ola de escándalos sobre la fortuna del exmonarca.
Hasta que se produjo su retirada oficial de la actividad pública en mayo de 2019, el exmonarca realizó oficialmente alrededor de 25 viajes al extranjero, ya fuese para asistir a asunciones de mando de presidentes, intervenir en conferencias internacionales, presenciar finales de la UEFA en las que competían equipos españoles o participar en actos de otras familias reales europeas. Sobre sus encuentros con la monarquía saudí no hubo detalles.