El mes pasado, los suizos develaron un nuevo y elegante billete con el cual engordar sus carteras: el púrpura de mil francos, el último de una serie emitida por el Banco Nacional Suizo (BNS).
Es un poco mas pequeño que el anterior y muestra a dos personas estrechándose la mano por encima de un globo. El tema es «talento para la comunicación», de acuerdo con el BNS.
No se trata de un billete cualquiera. Es uno de los de más alta denominación a nivel mundial: equivale a unos US$1.007. De acuerdo con las ultimas cifras del BNS, ya hay en circulación unos 48 millones de ellos, lo que significa alrededor del 60% del valor de todos los billetes en Suiza.
Y este relanzamiento ocurre mientras otras naciones están prescindiendo de sus billetes de más valor y el uso de efectivo sufre un declive en Europa, aunque a velocidades muy diferentes.
Trae tu billetera
Hablando sobre el nuevo billete a principios de marzo, el vicepresidente del BNS, Fritz Zurbruegg, describió al dinero en efectivo como un «fenómeno cultural» para los suizos y agregó que el billete de 1.000 francos era lo que la gente quería. Es popular para compras de alto valor y para pagar las cuentas, además de ser un «deposito de valor», dijo.
En Suiza el efectivo sigue siendo el método de pago dominante. Aquí se asume que todo el mundo lleva dinero en el bolsillo, incluso en una economía crecientemente digital. Cuando el sistema electrónico de pago no funciona, la mayoría no tiene problema para pagar un sándwich o un corte de pelo.
Y si un ciudadano solo tiene un billete de 100 francos (algo más de US$100) para pagar por un café, no hay problema. Nadie le va a preguntar si tienes cambio.
Es más, para los gastos elevados, algunos bancos permiten retirar hasta 5.000 francos en un día (o 10.000 en un mes) en el cajero electrónico sin tener que avisar de antemano. Y comprar en efectivo un carro valorado en decenas de miles de francos no es algo inusual.
Una encuesta de 2017 del BNS que analizaba el comportamiento de pago de 2.000 participantes suizos encontró que estos realizaron el 70% de sus transacciones con dinero contante y sonante. El 22% fueron hechas con tarjetas de débito y el 5% con las de crédito.
Como contraste, un reporte de 2018 del Bank of International Settlements (BIS) dice que, a nivel global, muchos pagos que previamente se hacían en efectivo ahora se realizan de manera electrónica. Mientras que los vecinos alemanes parecen compartir la afinidad de los suizos por el efectivo, otros países europeos como Suecia y Holanda se distancian con rapidez de él.
Dinero de verdad
¿Por qué prefieren los suizos el efectivo? Dos razones simples son que el efectivo está ampliamente considerado como parte de su cultura y la gente cree que usarlo le permite tener más control sobre sus gastos.
En Basilea, Chris Troiani, de 53 años, confirma esto diciendo que mucha gente que conoce prefiere la seguridad de tener billetes de alta denominación en sus carteras.
Por su parte, Philippe Chappuis, de 44 años, opta por pagar con tarjeta de crédito o con una app de su teléfono móvil por razones prácticas. «No me gusta tener mi billetera repleta de monedas», dice.
Sin embargo, entiende por qué otra gente prefiere el efectivo, pues dice que el uso de tasas de interés negativo por parte del SNB ha llevado a la incertidumbre sobre cómo van a actuar los bancos y a preocupaciones sobre tener dinero que sólo exista a nivel virtual. El efectivo es más tangible, dice. «Puedas estar seguro de que lo posees».
Jurgen Engler, como otros negociantes del mercado de Basilea, sólo acepta efectivo. «Al mes dos o tres clientes me piden pagar con tarjeta», dice. «Cuando voy de compras me gusta pagar con tarjeta, pero si voy al mercado a un restaurante siempre pago con dinero real».
Sin embargo, a pesar de la afianzada popularidad del efectivo, el uso de aplicaciones de pago como TWINT o V Pay está empezando a crecer.
Jane Kettner, de 29 años, forma parte de la nueva generación que está aceptando los nuevos métodos de pago, aunque todavía siente que pagar en efectivo le da mayor control sobre sus gastos. «Cuando es de manera electrónica gastas dinero con mayor facilidad», dice.
Es un punto que reitera Miguel Brendi, sociólogo y profesor de marketing de la Universidad de Basilea. «La sabiduría popular indica que al gastar un franco virtual puede sentirse como que estás gastando menos que cuando usas un franco físico, pero incluso si esto es verdad -y puede serlo-, esto solo no es suficiente para explicar por qué un sociedad favorece el efectivo», comenta.
También existe el factor identificativo: los suizos se identifican con el efectivo en parte por cómo se ven a ellos mismos. Esta es una nación que valora la privacidad por encima de todo y no le gusta que le digan qué hacer. Se ven a sí mismos como diferentes de sus vecinos europeos y guardan celosamente las tradiciones que los diferencian, como sus idiomas, sistema político y moneda.
Pero los vecinos señalan que los billetes de alta denominación ayudan a los criminales a lavar dinero: 17 de los 19 bancos centrales en la eurozona han acordado detener la producción de billetes de 500 euros para ayudar a combatir el crimen y los bancos de Alemania y Austria pronto van a seguir su ejemplo.
Los billetes de alta denominación también facilitan retiros de enormes sumas de dinero de cuentas bancarias, en especial hacia fin de año, cuando los suizos deben declarar lo que tienen en sus extractos bancarios.
Fritz Zurbruegg rechaza la idea de que los billetes de mil francos sean usados con más frecuencia que otros por criminales, pero acepta que, aunque la demanda por efectivo crece por las compras navideñas, «hay estudios que muestran otros factores como la posible evasión fiscal«.
Privacidad, conveniencia
Patrick Comboeuf, del Instituto de Negocios Digitales de la Universidad HWZ de Ciencias Aplicadas en Zurich, cree que Suiza dejará el efectivo con el paso del tiempo.
«El modo de impulsar los pagos sin efectivo es mejorar la experiencia de los consumidores. Desafortunadamente, este es un concepto que se ha descuidado mucho en Suiza«, dice. Sin embargo cree que la era digital está trasladando el poder de los servicios financieros hacia el consumidor, poniendo el foco en el servicio al cliente.
Las criptomonedas y el «blockchain» siguen siendo temas candentes tanto para las star-ups como para las compañías suizas establecidas, y un estudio reciente de la Universidad de Lucerna encontró que el crecimiento de las tecnologías de finanzas se ha acelerado significativamente en 2018 tanto en términos del número de compañías como del capital invertido.
Jonathan Rea, CEO de Foinder, una consultora de negocios suiza, cree que el país está al menos a una década de adoptar en masa las criptomonedas. «Para que ocurra depende de una negociación entre privacidad, conveniencia, identidad y el valor percibido del efectivo como una protección contra endeudarse», agrega.
Por ahora, muchos suizos valoran mucho el anonimato y la libertad que les proporciona el efectivo. Los nuevos billetes están empezando a abrirse paso en el mundo. Para ponerlo de manera simple, son objetos bellos. Si puedes mantenerlos suficiente tiempo guardados en tu billetera.
ALD/24horas