El juicio previsto para hoy contra el expresidente del Banco Espírito Santo (BES), Ricardo Salgado, se ha pospuesto para el 6 de julio, día en que el banquero se sentará en el banquillo dentro de la «Operación Marqués», donde el principal acusado es el exprimer ministro portugués José Sócrates.
Antilavadodedinero / swissinfo
El juicio se tenía que haber celebrado el pasado 7 de junio, pero fue aplazado para hoy tras solicitarlo la defensa. Sin embargo, hoy tampoco se celebró a petición de la Fiscalía, que pidió su aplazamiento para analizar documentación aportada por los abogados de la defensa.
Salgado tendrá que responder de tres transferencias que fueron hechas por un total de algo más de 10 millones de euros ordenadas, presuntamente, por alguien de la confianza del banquero.
Al parecer, fueron realizadas desde empresas del grupo Espírito Santo para otras cuentas de Suiza. Una transferencia fue de 4 millones de euros, otra de casi 2,8 y una tercera de casi 4 millones de euros.
En el marco de esta operación, Salgado ya fue librado por la autoridad judicial de responder de otros 8 delitos por los que se le acusaba, entre ellos fraude fiscal o falsificación de documento.
El pasado 9 de junio, en el marco de la misma «Operación Marqués», se celebró el primero de los juicios, con el exministro socialista portugués Armando Vara en el banquillo, acusado de blanqueo de capitales cuando era administrador del banco estatal Caixa Geral de Depósitos (CGD), por supuestamente haber utilizado un esquema de lavado de dinero entre Portugal y Suiza.
Vara, ministro entre 1999 y 2000, cumple actualmente una pena de cinco años de prisión por tráfico de influencias en otro proceso.
El pasado mes de abril, el juez instructor Ivo Rosa hizo saltar por los aires casi toda la acusación de la Operación Marqués y estableció que sólo cinco de los 28 acusados irían a juicio, por muchos menos delitos de los que planteaba la Fiscalía.
El juez determinó que Sócrates será juzgado por tres delitos de blanqueo de capitales y tres de falsificación de documento, pero no se sentará en el banquillo por ninguno de los delitos de corrupción que le atribuía la Fiscalía.
También será juzgado por los mismos seis delitos el empresario Carlos Santos Silva, amigo de Sócrates y a quien la Fiscalía identificaba como su testaferro, mientras que el chófer del ex primer ministro deberá responder por posesión ilegal de arma.
