Presidente paraguayo se aparta de juicio por anulación del pacto con Brasil

El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, alejó el fantasma del juicio político tras la anulación de un acuerdo energético con Brasil, que fue el detonante de una crisis que le ha tenido una semana contra las cuerdas.

Los Gobiernos de Paraguay y Brasil dejaron sin efecto el acta bilateral de compra de energía de la represa de Itaipú firmada por ambos países, en una reunión en la Cancillería paraguaya entre el nuevo canciller, Antonio Rivas, y el embajador brasileño, Carlos Simas Magalhaes.

El mandatario, que el 15 de agosto cumplirá un año al frente del Ejecutivo, dijo que ordenó «que aquellos que participaron de un proceso, tal vez sin mala voluntad o sin hacer juicio de valor, sean destituidos de sus cargos y si hay otros que han sido negligentes en su trabajo, que deben actuar con idoneidad y con capacidad, también van a seguir siendo destituidos».

Añadió que no tolerará la corrupción en su Gobierno y reseñó que «caiga quien caiga», su eslogan de Gobierno, se aplicará con más rigor en los cuatro años que tiene por delante su mandato.

La oposición paraguaya ha acusado al Gobierno de Abdo Benítez de «secretismo» y de entregar la soberanía a Brasil, y por eso había impulsado en el Congreso un juicio político contra el mandatario y su vicepresidente, Hugo Velázquez.

Abdo Benítez recibió también el respaldo del Gobierno de Brasil, según un comunicado de la Cancillería en la que se afirma que el presidente de Paraguay reúne «todas las condiciones» para «continuar conduciendo» el proyecto de desarrollo de su país.

«El desarrollo de Paraguay y su participación activa como valioso miembro del Mercosur y de la comunidad hemisférica es de enorme interés para Brasil, el Gobierno brasileño está convencido de que el presidente Mario Abdo (Benítez) reúne todas las condiciones para continuar conduciendo ese proyecto», dijo la Cancillería.

En el polémico acuerdo, firmado en mayo pasado pero solo hecho público la semana pasada, se definió la contratación anual de distribución de la energía de la hidroeléctrica de Itaipú, segunda mayor del mundo y compartida por Paraguay y Brasil.

El desencadenante de la crisis fue el hasta entonces presidente de la Administración de Electricidad de Paraguay (ANDE), Pedro Ferreira, quien presentó su dimisión y denunció que el acuerdo conllevaba consecuencias desventajosas para el país debido a un incremento en la compra de magawatios que hasta entonces se adquirían a menor precio.

Técnicos de la ANDE aseguraron que ello supondría un sobrecoste de unos 250 millones de dólares, además de un incremento de las tarifas eléctricas, en un país con un elevado nivel de pobreza.

Con la rectificación, se insta a los técnicos de ambas partes a definir el cronograma de potencia a ser contratada por la estatal paraguaya ANDE y la brasileña Electrobas.

El Gobierno intentó taponar la crisis con las renuncias del canciller Luis Alberto Castigioni y otros cuatro altos cargos, pero el miércoles la oposición anunció su intención de activar el juicio parlamentario a Abdo Benítez y a Velázquez.

La Estrella

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