El crimen organizado se caracteriza por su naturaleza transnacional, opacidad, flexibilidad, capacidad de adaptación y de recuperación, así como por su movilidad. Desestabiliza los cimientos políticos y económicos de los Estados y, a su vez, estimula círculos viciosos de inseguridad, en la medida en que los integrantes de las redes criminales pueden colaborar con gobiernos corruptos, organizaciones paramilitares o grupos terroristas.
Para combatir al crimen organizado, se hace necesario impedir el asentamiento de los grupos criminales, poner a disposición de la justicia a los que ya operan dentro de nuestras fronteras e imposibilitar la consolidación de sus formas de actuación delincuencial.
Pero, ¿cómo se logra esto?
Para ello es necesario la prevención, la actualización y la capacitación sobre temas relacionados con el crimen organizado, de acuerdo al abogado y magistrado, especialista en delincuencia organizada y autor del libro “Delincuencia Organizada Transnacional: El Gran Negocio”, Dr. Alejandro Rebolledo. Alega que estos sistemas son una la herramienta más contundente contra estos delincuentes.
Estudios recientes realizados por diferentes organizaciones extranjeras sobre este tema le dan la razón al especialista, reflejando que más del 90% de las operaciones de legitimación que han sido descubiertas en el mundo, deben su detección a los oportunos reportes y comunicaciones que hicieron los bancos a las autoridades de control, evidenciando el gran papel que representan los programas preventivos para evitar mayores delitos financieros.
A fin de cuentas, “el delincuente querrá, tarde o temprano, introducir el dinero de sus actividades delictivas en el circuito financiero, para darle apariencia de legalidad”, aclara el Dr. Alejandro Rebolledo.
De allí que la abogada mexicana, especialista en control del lavado de dinero y financiamiento al terrorismo Janeth Escamilla, apunte a estas mismas herramientas como las más efectivas contra la delincuencia organizada.
“Primero que nada, para poder detectar acciones, hay que tener conocimiento. A que me refiero: hay que conocer el negocio (bienes, servicios que ofrezco, lugares y formas), a los empleados (quienes son, capacitación) y a clientes (quién es mi cliente, donde vive, hacia donde son los servicios, cómo paga, etc.)”, dice.
Resalta que tanto en servicios financieros, como cualquier empresa, una de las mejores formas de detectar posibles irregularidades, o cualquier acción estratégica del crimen organizado, es a través de la debida diligencia periódica o los sistemas de monitoreo con que se cuenta; así como la pericia de los empleados.
“Cuando uno como empleado realiza correctamente un due diligence y se tienen expedientes completos de los clientes, sistemas de monitoreo, es fácil poder detectar una posible acción dudosa, y si el empleado cuanta con manuales que le digan paso a paso qué hacer ante una situación como la que se menciona, es posible contener un riesgo para el negocio”, asevera.
El crimen organizado y el lavado de dinero
No debe ignorarse que el blanqueo de capitales es un eslabón clave en la cadena delictiva, tanto para los delitos predecesores que requieren de legitimación, como para la multiplicación de acciones posteriores reñidas con la ley, a pesar de que en sí misma no se asocie de manera directa a hechos de sangre y violencia. Convirtiendo entonces a corruptores y corrompidos en agentes de infección y desnaturalización de sistemas políticos y convivencia ciudadana.
De allí que el combate al lavado de dinero sea una de las piezas clave en el enfrentamiento de actividades criminales transnacionales, así como de los esfuerzos por fortalecer la transparencia, el Estado de Derecho y la participación democrática.
“Por eso, las principales medidas han de estar encaminadas a descubrir esos flujos de capitales”, menciona Rebolledo.
Agrega que, para ello, se pueden implantar planes como las investigaciones fiscales buscando enriquecimientos injustificados, o inversiones cuya financiación no está clara.
“Hay que implantar controles en las entidades bancarias para que el dinero procedente de la delincuencia organizada no fluya con facilidad por el sistema financiero. Para ello, resulta imprescindible imponer a los bancos medidas que les obliguen a comunicar a las autoridades las operaciones que pueden ser sospechosas de lavado”, insiste.
Apunta a las recomendaciones del GAFI, las cuales son consideradas internacionalmente como las medidas adecuadas para luchar contra el blanqueo de capitales. “Y la primera de ellas es conocer al cliente, y comunicar cualquier operación sospechosa de blanqueo”, recalca.
Y es que de no aplicarse estas medidas para evitar estos crímenes seguirán surgiendo más delitos y de mayores impactos negativos, tal como lo menciona el Fondo Monetario Internacional: “El lavado de dinero puede tener graves consecuencias macroeconómicas para un país, como por ejemplo variaciones impredecibles en la demanda de dinero, riesgo para la solidez de las instituciones financieras y efecto de contaminación sobre transacciones financieras legales”.
“El resultado de tomar conciencia sobre la importancia de la lucha financiera para prevenir el crimen organizado se ha traducido, a nivel internacional, en convenios internacionales o regionales, recomendaciones, compromisos y acuerdos de cooperación, siendo los más relevantes”, dice Rebolledo.
Acciones a tomar
Una vez detectada las estrategias del crimen organizado, lo más importante es actuar según el manual de prevención de cada empresa, recomienda la abogada Escamilla.
“Primero que nada, hay que contar con manuales que te digan qué hacer paso a paso ante una posible situación como esta o bien qué hacer si ya entró el lavador a mi negocio. En mi experiencia como consultor de AM FCC SOLUTIONS, hemos visto que muchas empresas no poseen en sus manuales de prevención de lavado de dinero qué hacer ante un hecho inequívoco que se tiene un lavador como cliente, o bien que ha usado nuestros servicios para lavar dinero. Hemos visto que los manuales cumplen con el tema de prevención, mas no con acciones concretas para una situación en la que el negocio está involucrada en temas de lavado de dinero”, destaca.
Para la experta, la importancia de estos textos radica en que fueron elaborados por personal con conocimientos en la materia de riesgos y PLD y, a su vez, autorizados por los comités especializados en la materia.
Por ello, una vez detectado a los criminales lo primero que se debe hacer es “el proceso de due diligence, integración de expediente o actualización, ya sea para un cliente nuevo o bien para un cliente ya existente. Y los altos ejecutivos, el comité correspondiente o la persona quien tenga las facultades, con base en los documentos, determinará si están dispuestos a asumir un riesgo para el negocio, y no solo un riesgo crediticio, sino también reputacional, entre otros. También se deben enviar los reportes correspondientes, tanto a la alta gerencia como las autoridades correspondientes de investigar”, informa.
Además, advierte, que otra de las cosas importantes que se debe tener en cuenta ante un escenario como este es que el no poner en sobre aviso al investigado. “No podemos decirle al cliente o al cliente nuevo “usted es un lavador, no lo puedo aceptar en mi empresa como cliente”, porque estaríamos violando la confidencialidad que en temas de PLD estamos obligados a guardar”.
“No podemos decirle al cliente o al cliente nuevo “usted es un lavador, no lo puedo aceptar en mi empresa como cliente”, porque estaríamos violando la confidencialidad que en temas de PLD estamos obligados a guardar”.
Escamilla insiste en que la mejor forma de prevenir, es estando preparados como negocio. Es decir tener manuales, políticas, capacitar al empleado, sistemas automatizados, monitoreo, etc.
“Otro punto muy sensible para los negocios y que a lo largo de mi experiencia lo he visto es la falta de capacitación, no niego que ya hay más apertura para este tema. No obstante, muchas empresas siguen pensando que capacitar a los empleados en temas de PLD es perder el tiempo, porque creen que su negocio jamás será usado para lavar dinero, o creen que un curso sencillo es suficiente para preparar a los empleados, y así cumplir con alguna obligación de capacitación”, expone.
Añade que, en esos casos, las organizaciones olvidan que estamos en un momento en que cualquier empresa o negocio, por pequeña que parezca, puede ser usada para lavar dinero, o para ser parte del proceso del lavador; y que los lavadores son profesionistas especializados en temas de creación de empresas, fisco, inversiones, sistemas financieros, etc.
“Son personas preparadas y en muchas ocasiones con acceso a información y a estudios en reconocidas universidades del mundo”, revela.
Por su parte, el Dr. Alejandro Rebolledo indica que en la actualidad hay autoridades que están en la constante búsqueda de acciones contra dichas actividades, que son atractivo para los sistemas financieros más accesible al mundo, con mucho movimiento de capitales y con grandes posibilidades para el lavado de dinero.
“Ya se ha roto el secreto bancario en muchos países y se está aumentando las firmas de acuerdos para intercambiar información contra el crimen organizado”, recalca.
Asimismo, enfatiza, existen organizaciones internacionales como el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), el Comité Europeo de la Lucha contra la Droga (CELAD), la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas de la Organización de los Estados Americanos OEA-CICAD; por mencionar algunos, que son cada vez más efectivos contra el patrimonio de ilícitos de dueños de industrias, banqueros, exportadores, dueños de empresas de construcción, dueños de mega proyectos, entre otros, que tienden a extender la red criminal utilizando mecanismos y contactos internos de algunos gobiernos para proteger las actividades propias del crimen organizado.
El Dr. Alejandro Rebolledo señaló que “igualmente existen la nueva norma de la Red de Control de Crímenes Financieros de Estados Unidos (FinCen), Requisitos de Diligencia Debida del Cliente para las Instituciones Financieras, que obliga a las entidades financieras y a sus clientes a mejorar la transparencia y prevenir actos criminales mediante la identificación de los beneficiarios finales”.
Señala que la información recopilada allí, ayuda a los organismos financieros a evaluar los riesgos al abrir nuevas cuentas, facilitando a su vez la investigación del cumplimiento de los impuestos y otras regulaciones específicas del FinCen.
Trillones de dólares al año
De acuerdo a cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la ONUDC, en el mundo se lavan anualmente trillones de dólares procedentes del crimen organizado, cuyas operaciones ocurren bajo la anuencia del sistema bancario legal.
Las Naciones Unidas, en su informe anual del año 2017, menciona que el narcotráfico es el crimen transnacional que mayor dinero mueve en el mundo. Son aproximadamente unos 980 mil millones de dólares anuales de los cuales 44% queda en países del Continente Americano y el 33% en Europa, mayoritariamente en Londres. Algunos especialistas estiman que si ese dinero dejara de fluir, se produciría la bancarrota de la economía global.
Esta lista, es encabezada por aquellas naciones que ofrecen mayor facilidad para el lavado de dinero de mafias internacionales y la evasión fiscal de grandes empresas, situadas generalmente en paraísos fiscales y aliados de redes criminales de gobiernos corruptos y narcotraficantes.
Los primeros lugares a nivel mundial lo ocupan: Irán, Afganistán, Guinea-Bissau, Tayikistán, Laos, Mozambique, Malí, Uganda, Camboya y Tanzania. Siendo los de menor riesgo: Finlandia, Lituania y Estonia.
Mientras que las fuerzas de seguridad, los políticos, los jueces y el poder del Estado en sus distintas vertientes, son, además de los bancos y los jefes narcos, quienes ganan más dinero de procedencia ilegal.
El lavado de dinero es una actividad ilegal que reproduce sus estructuras, donde los más pobres son quienes mayormente pagan el castigo o penas, mientras que los grandes criminales siguen con sus rutas del negocio mayor rentable del mundo, especialmente con las mafias en los países de China, Rusia, Estados Unidos y México, entre otros.
Generalmente, quienes lo practican emplean compañías de fachada que mezclan las ganancias ilícitas con fondos legítimos, para ocultar ingresos mal habidos. Por ejemplo, la delincuencia organizada ha utilizado negocios de poca importancia como pizzerías para encubrir ganancias procedentes del narcotráfico, trata de personas, corrupción, contrabando y otros delitos. Estas compañías de fachada tienen acceso a fondos ilícitos considerables, los que les permite subvencionar sus artículos y servicios a niveles por debajo de los precios del mercado.
El Dr. Alejandro Rebolledo explica que “el crimen organizado penetra países a través del lavado de dinero, los paraísos fiscales, la corrupción y el narcotráfico, entre otros delitos, para lograr espacio dentro del sistema económico, comercial y financiero a nivel mundial”.
De allí que el lavado de dinero representa un problema complejo y dinámico, pues la práctica de convertir dinero ilícito en lícito se ha sofisticado cada vez más dado que el crimen organizado utiliza la intercomunicación entre países para facilitar la estructuración de operaciones y así insertar dinero ilícito de forma legal en el sistema económico internacional, agrega.
“Antes los delincuentes llegaban a los países con las maletas llenas de dinero, pero hoy en día son más sofisticados. Lavan el dinero a través del sector financiero, utilizando los sistemas tecnológicos y de consultores que ayudan a cometer las actividades delictivas, complicando la prevención y control del lavado de dinero”, menciona.
Queda mucho por hacer
Aunque mundialmente se ha avanzado en el tema de la lucha contra el crimen organizado, ambos especialistas coinciden en que aún queda mucho por hacer.
“Hablando en específico de México, considero que ha tenido un gran avance en materia de prevención de lavado de dinero, por un lado se cuenta con las Disposiciones de carácter general que van enfocadas a todo lo relativo al sistema financiero; asimismo se cuenta con la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, que regula las actividades vulnerables. Cabe señalar que, desde mi punto de vista, hay muchas actividades que se desarrollan hoy en día que son muy sensibles para lavar dinero y no se encuentran contempladas en dicha Ley, por lo que yo esperaría que próximamente se incluyan muchas más actividades a dicha Ley, y poder tener mayor control”, dice Escamilla.
México ya cuenta desde el año 2018 con una Ley Fintech, que regula muchos temas relacionados a la moneda electrónica, a la regulación y operación de las Fintech, y sistemas novedosos que, si bien es cierto sentó precedentes para Latinoamérica en esta materia, a juicio de la especialista, también lo es que se debe seguir trabajando en ello, debido a que es una nueva legislación que necesita algunos ajustes, y esto obviamente dependerá de la forma en cómo se vayan desarrollando las tecnologías financieras, por lo menos en la nación azteca.
“Considero que a nivel Latinoamérica hemos ido avanzando en nuestras regulaciones, y les hemos ido cerrando el camino a los lavadores, pero todos los días surgen nuevos negocios, nuevas formas de hacer negocio, el uso de la tecnología en los negocios; y es por ello que no debemos bajar la guardia y seguir actualizándonos, y seguir adecuando nuestra normatividad a la situación actual, porque de lo contrario dejamos fuera de regulación a las nuevas formas de negocio y esto como consecuencia es darle al lavador la oportunidad de utilizar este tipo de negocio a su favor, sin que ninguna regulación se lo prohíba o pueda en algún momento perseguírsele como delito de lavado de dinero”, puntualiza.
De igual forma, el Dr. Alejandro Rebolledo advierte que las técnicas y modalidades usadas por las organizaciones criminales para el lavado de activos son cada vez más, y por ende más difíciles de detectar.
“Es por eso que la lucha contra el lavado de activos y prevención, no solo compete a las organizaciones nacionales e internacionales, sino a todos, y no podemos dejar ser parte de esto”.
Agregó que los países ya no pueden desconocer la importancia del lavado de activos, “los criminales ponen su lupa en las implicaciones para las entidades financieras, y de cómo encuentran acogida en las inversiones inmobiliarias y sobre todo observando cuales son las debilidades del sistema para admitir el uso de efectivo”.
Rebolledo asevera que enfrentar al crimen organizado no es nada fácil, ya que se trata de redes criminales con muchísimo poder económico, político y social, “pero no por ello se debe dejar de luchar y de investigar”.
Y concluye que “el trabajo es arduo, pero con perseverancia, con un compromiso común internacional y con buenas técnicas de investigación empleadas eficazmente, podremos continuar enfrentándolo”.
ALD / Luis Mendoza