Principales peligros en la región: violencia, ilegalidad y corrupción

El doctor en Ciencia Política, Juan Pablo Luna, planteó que existe un “trilema” en la región a la hora de enfrentar al crimen organizado e involucra a la reducción de la ilegalidad, la violencia y la corrupción.

Juan Pablo Luna, doctor en Ciencia Política, habló sobre la influencia de las políticas públicas en el combate contra el crimen organizado.

En uno de sus artículos de divulgación, Luna indicó que “la izquierda tiende a pensar que la delincuencia es una consecuencia de las condiciones de pobreza (…) Sin embargo, la criminalidad organizada se ha vuelto más presente en América Latina en el contexto de un fuerte y significativo crecimiento económico…”.

Al respecto, Luna habló de que las visiones públicas, en términos de sentido común, asocian fuertemente a la criminalidad con la pobreza, y dijo que ese sesgo “no tiene mucho sentido en el contexto de lo que vemos en la investigación sobre crimen organizado”.

“Gran parte de los márgenes en el crimen organizado se generan en y por sectores que no son pobres”, mencionó, y añadió que se suele criminalizar el consumo cuando este suele ser más alto en países desarrollados en los sectores altos de la escala socioeconómica.

A su vez, planteó que “hay que empezar a pensar a la criminalidad organizada como un negocio como otros” y que el crecimiento de las economías hace que se multipliquen las oportunidades para este tipo de negocios. “Tenemos que empezar a pensar que en América Latina no solo estamos hablando de narcotráfico, sino también de tala ilegal, minería ilegal, trata de personas, trata de migrantes y trata de animales”, agregó.

Otro punto importante para Luna es que es necesario pensar el tema en términos de la economía política internacional. Dijo que el cierre de la ruta del Caribe por Estados Unidos, la presión sobre Colombia y el efecto globo llevaron la producción y el tráfico de la droga hacia el sur, donde empezaron a intervenir países como Perú, Bolivia o Paraguay. También, habló de que Brasil se ha convertido en el segundo mercado de consumo en el mundo, situaciones que “van generando más márgenes en países como los nuestros”.

Como cuarto aspecto de este tema habló de que un factor que favorece el crimen organizado es que los estados son “débiles y desparejos”, más allá del crecimiento económico y la caída de la desigualdad de la pobreza. Luna dijo que los estados “cumplen muy bien ciertas funciones y dejan huecos bastante significativos en el territorio en arenas funcionales específicas y, de alguna manera, multiplican las oportunidades para que ese negocio florezca”.

Las desventajas de la “mano dura”

Otra cita del mismo artículo de Luna indica que “la derecha, por su parte, tiende a enfatizar políticas de «mano dura». En países como Brasil, esas políticas, implementadas en los años 70, dieron pie al surgimiento en las cárceles de lo que hoy son las más potentes organizaciones criminales…”.

Luna dijo que hay otros ejemplos de países que aplicaron políticas de “mano dura” y que tuvieron efectos adversos, como el caso de México durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012).

El politólogo explicó que después de un primer gobierno del Partido Acción Nacional (PAN), de Vicente Fox (2000-2006) donde la relación con el narcotráfico había sido “bastante ambigua”, México decide hacerle la guerra. “Calderón hace esto y, básicamente, termina en el desmadre que es México hoy. De alguna manera, el Estado va fuertemente sobre algunos carteles, estos se fragmentan, empiezan a competir entre sí, cuando uno ataca a un grupo -en un contexto en el que hay grupos que están asentados y son muy grandes en términos organizacionales-, empieza a favorecer a los otros y generarles el negocio”, comentó.

Como ejemplos de políticas aplicadas en México que salieron mal, Luna nombró a Los Zetas, uno de los principales carteles de droga que se formó a partir de soldados de élite del ejército que desertaron y habían sido entrenados por la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA).

También habló de Brasil como caso paradigmático “por lo que te genera hacia adelante en términos de consolidar estos sindicatos criminales que hoy son los grandes jugadores, no solo en Brasil sino en otros países de la región”.

Luna citó el trabajo del investigador Benjamin Lessing, que trabaja los casos de Brasil, México y Colombia, y dijo que Lessing argumenta que los estados latinoamericanos enfrentan un “trilema” del cual no saben bien cómo salir.

“El «trilema» tiene que ver con tres objetivos: reducir la ilegalidad, reducir la violencia y reducir la corrupción. Lessing lo que argumenta después de ver los casos de esos países donde el Estado va en contra de las organizaciones criminales, es que podés elegir dos, pero no tres de estos ideales. Si querés reducir la ilegalidad y la corrupción, vas a generar violencia. Y ese es parte del «trilema» latinoamericano en que estamos hoy metidos”, comentó.

ALD/180.uy

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