La Canciller de Alemania, Ángela Merkel, dijo esta declaración en una reunión que tuvo con el presidente argentino, Alberto Fernández, en febrero de este año. Merkel cuestionó los problemas de América Latina y su frase pasó desapercibida hasta hoy.
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Tanto el Estallido Social como la Crisis del Coronavirus desnudaron por completo el modelo neoliberal chileno basado en tres cosas: La explotación sin límite de la Clase Trabajadora, una brutal Desigualdad Social y que los ricos no pagan los impuestos que corresponden. Esto último se puede extender a todo América Latina, al punto que la Canciller alemana Angela Merkel, señaló que “uno de los problemas de América Latina es que los ricos no quieren pagar nada”. Notas de Página 12 y Nueva Tribuna detallan:
Las declaraciones de Ángela Merkel durante una rueda de prensa junto al presidente argentino, Alberto Fernández, aún resuenan en los oídos de los defensores del modelo económico que ha hecho estragos en Latinoamérica. “Uno de los problemas de América Latina es que los ricos no quieren pagar nada”, dijo la primera mandataria alemana en la reunión entre ambos líderes en Berlín.
Los medios de comunicación hegemónicos argentinos, defensores del modelo impulsado por el empresario Mauricio Macri, no destacaron las palabras de Merkel. Los diarios La Nación y Clarín prefirieron que la opinión de la líder alemana no ocupara lugar entre sus páginas. Quizás con la intención de desviar una de las declaraciones que bien hubiesen merecido convertirse en titular, los medios del poder sepultaron una observación que responde, en parte, a uno de los interrogantes que suelen hacerse al otro lado del Atlántico. “¿Cómo es posible que un país como Argentina, capaz de producir alimentos para 400 millones de personas, tenga al 40 por ciento de su población viviendo por debajo del umbral de la pobreza?”.
Los multimillonarios latinoamericanos han obtenido enormes beneficios durante los procesos de gobierno neoliberales. Aún así, muchos de ellos han preferido las guaridas fiscales para evadir sus fortunas. La filtración de millones de documentos de la firma panameña Mossack Fonseca, conocida como “Panamá Papers”, reveló en 2016 las maniobras de ricos y poderosos para ocultar su dinero y evadir impuestos. Las cifras de distintas organizaciones internacionales muestran que las contribuciones de las personas más acaudaladas suelen ser muy bajas en relación con el monto de su riqueza. Algo particularmente marcado en América Latina donde los números son contundentes. Según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el 10% más rico posee el 71% de la riqueza y tributa sólo el 5,4% de su renta.
En alemán, impuesto se dice “Steuer”, que viene de la palabra “Stoia”, que significa “apoyo”. Alemania es el cuarto país con la mayor presión fiscal de Europa, que el año pasado ascendió al 38 por ciento del PBI, según la OCDE, superando la media de esta organización, que alcanza el 34 por ciento. La primera fuente de recaudación son los ingresos por el impuesto al valor agregado, la segunda el impuesto a las ganancias y la tercera un tributo que pagan emprendedores o trabajadores independientes, algo similar a ingresos brutos. Además, se encuentra entre los países del mundo con la tasa más alta en el impuesto a las ganancias, que alcanza el 45 por ciento, según el World Economic Forum. De hecho, un trabajador soltero comienza a pagar un 14 por ciento de impuesto cuando supera un sueldo de 9408 euros anuales. A partir de los 57 mil euros anuales es el 42 por ciento del gravamen y desde los 270 mil anuales, el 45 por ciento de tope.
En cambio, en Argentina el tope en el pago del impuesto a las ganancias es del 35 por ciento. Se hace también en forma progresiva, desde un mínimo no imponible de 66.580 pesos de salario bruto, y a partir de los 137.266 pesos, por cada peso adicional que gane, seguirá con el 35 por ciento. “Un jefe de una multinacional ya puede ganar eso, y va a pagar lo mismo que un multimillonario. La brecha de progresividad es muy chica, por eso es que hay mucho menos progresiva que en Europa”, aseguró a este diario Adriana Piano, contadora especializada en impuestos del estudio SMS Latinoamérica. “También hace más progresivo al sistema europeo el fuerte impuesto a la herencia”, agregó. Por otro lado, Piano explicó que los impuestos corporativos suelen ser más bajos que acá, y al revés en el caso de los impuestos a las personas humanas. “Las empresas siempre van a tratar de trasladar el impuesto, como pueden hacer con los precios, en cambio las personas físicas no tienen tanta facilidad”, dijo la contadora.
La declaración de Ángela Merkel hizo tambalear a la prensa del poder que sólo encuentra la justificación del hambre y de la desigualdad en los procesos “populistas”. El neoliberalismo, en todo caso, es la representación de populismo para ricos, para evasores fiscales, para ladrones de guante blanco. Ejemplo del resultado de estos procesos es lo que vive Argentina luego de cuatro años en los que el modelo de concentración de la riqueza dejó en la pobreza al 40 por ciento de la población. Merkel tiene razón, aunque su declaración haya sido ignorada por los grandes medios de comunicación. El problema de América Latina es que los ricos no quieren pagar nada.