El FMI cuenta con décadas de experiencia en estos ámbitos. Ha contribuido a formular políticas de lucha contra el lavado de dinero (ALD), lucha contra el financiamiento de terrorismo (LFT) y lucha contra el financiamiento de la proliferación, tanto a nivel internacional como dentro de los marcos nacionales de sus países miembros.
En el año 2000, el FMI expandió sus labores en el ámbito de la ALD y, tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, las amplió para incluir la LFT. En 2004, el Directorio Ejecutivo acordó incluir las evaluaciones y el fortalecimiento de las capacidades en materia ALD/LFT como un componente regular de las labores de la institución.
En 2018, como parte de su evaluación quinquenal de las políticas, el Directorio Ejecutivo del FMI revisó la estrategia ALD/LFT de la institución y dio orientaciones estratégicas para las labores futuras.
El programa de supervisión bilateral del FMI evalúa el cumplimiento de las normas ALD/LFT internacionales por parte de los países y les ayuda a elaborar programas para subsanar las deficiencias. La ALD/LFT es un aspecto que se tiene en cuenta en todas las demás labores del FMI, como el Programa de Evaluación del Sector Financiero (PESF), y además se lo incorpora en los programas de préstamos de la institución en ciertos casos, y se realizan evaluaciones y actividades de fortalecimiento de las capacidades en materia de ALD/LFT con nuestros países miembros.
El FMI además analiza la incidencia de novedades importantes, como las monedas virtuales, la tecnología financiera (tecnofinanzas), las finanzas islámicas, los costos de la corrupción y las estrategias de mitigación, los flujos financieros ilícitos y el retiro de relaciones de corresponsalía bancaria, desde la perspectiva de la integridad financiera.