El juez, cuya familia es bogotana, juzgará desde este lunes al expresidente por un soborno a la actriz porno Stormy Daniels, para que no interfiriera en la campaña presidencial de 2016, en la que el magnate fue elegido mandatario de EE. UU.
Templanza y firmeza son las cualidades que resaltan, los que le conocen, del juez de origen colombiano Juan Manuel Merchán, quien se enfrenta a partir del lunes al mayor reto de su carrera: juzgar al expresidente Donald Trump.
El multimillonario republicano se encuentra en una situación sin precedentes al ser el primer presidente estadounidense en enfrentar un proceso penal. Las acusaciones en su contra incluyen el supuesto encubrimiento de un pago destinado a comprar el silencio de Stormy Daniels, una ex actriz de cine para adultos, con el fin de evitar interferencias en su campaña electoral de 2016.
La relación entre Trump y el juez Merchán es conocida desde hace tiempo. En 2022, el juez supervisó el juicio contra la Trump Organization por fraude fiscal, imponiendo una multa de 1,6 millones de dólares. Este caso resultó en la condena de Allen Weisselberg, quien fuera el jefe financiero de la empresa familiar Trump y un cercano colaborador del entonces candidato republicano en las elecciones presidenciales de noviembre.
Además, Merchán está a cargo del caso por fraude y lavado de dinero contra Steve Bannon, estratega de extrema derecha y leal aliado del expresidente. La defensa de Trump ha intentado en vano apartar al juez del nuevo juicio, que se prevé como uno de los mayores desafíos en la extensa carrera judicial del magnate inmobiliario.
“Tiene el temperamento perfecto para presidir un juicio con inmensa publicidad y un acusado que pondrá a prueba la paciencia del juez cada día”, dice el antiguo juez y actual abogado Barry Kamins a la Agencia AFP.
“Su sentido de la equidad le permitirá controlar la sala del tribunal, asegurando que el juicio se desarrolle sin sorpresas desagradables”, agrega.
El juez ha emitido una orden en la que prohíbe a Trump hacer comentarios sobre la familia del juez Alvin Bragg, testigos y personal del tribunal, después de las declaraciones controvertidas realizadas por el magnate republicano en su plataforma Truth Social.
Trump, conocido por sus comentarios agresivos hacia aquellos involucrados en sus casos legales, ha reiterado su afirmación de que el juez Merchán lo “odia”, junto con la mayoría de fiscales y jueces que ha encontrado en sus numerosos litigios en la ciudad de Nueva York. Además, Trump los acusa de formar parte de un entramado demócrata para obstaculizar su retorno a la Casa Blanca.
La defensa de Trump alega que el juez debería ser apartado del caso debido a que la hija del magistrado trabaja para una consultora política que ha contado con el actual presidente demócrata, Joe Biden, como cliente. Además, se argumenta que el propio juez contribuyó con 15 dólares a la campaña del candidato demócrata en 2020 y con 10 dólares a un grupo llamado Stop Republicans (Paren a los republicanos).