En la entrevista con Fortune, White señaló distintos problemas con el caso contra Ripple. Primero, señaló la peculiaridad del momento y la larga investigación que lo precedió. White lo explicó en términos de su experiencia como presidenta de la SEC y fiscal de los Estados Unidos en el Distrito Sur de Nueva York “… cuando se tarda tanto en resolver un caso, probablemente no debería existir“.
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Arbitrariedad
Aunque la forma en la que se presentó el caso plantea muchas preguntas, no tiene mérito, dice White. Señala el hecho de que la SEC no ha desarrollado un marco coherente para manejar las criptomonedas, por ejemplo, la Comisión dictaminó que Ethereum no es un valor.
Una luz al final del túnel
En la entrevista, White postuló dos posibles finales para el caso. El primero sería un mandato judicial en el Distrito Sur de Nueva York a principios de octubre. Alternativamente, Ripple y la SEC podrían llegar a un acuerdo extrajudicial antes.
Es probable que se produzca un acuerdo extrajudicial, dados los comentarios de Hester Pierce, inspector de la SEC. En una entrevista de enero, Pierce señaló que la Comisión resuelve estos casos fuera de los tribunales. Pierce es también una de las muchas voces influyentes dentro del gobierno estadounidense que piden una mayor claridad con respecto a las criptomonedas por parte de las múltiples agencias conectadas a la industria de alguna manera.
El caso contra Ripple
El 22 de diciembre de 2020, la SEC presentó dos demandas en la corte federal del Distrito Sur de Nueva York contra Ripple y dos de sus CEO. En uno, la SEC afirma que Ripple vendió 1,2 mil millones de dólares en valores no registrados. En el otro, la Comisión afirma que Brad Garlinghouse, el actual CEO de Ripple, y Chris Larsen, el ex director ejecutivo, vendieron otros 600 millones de dólares en valores no registrados.
La reacción del mercado fue rápida y el token XRP de Ripple cayó en picado hasta hace poco. Los exchanges comenzaron a excluir de la lista y congelar el trading de XRP, dado que la SEC es un organismo importante en Estados Unidos. Sin embargo, los exchanges extranjeros ignoraron por completo la decisión, pero prohibieron a los clientes estadounidenses hacer trading con el token.
Garlinghouse sostiene que solo el 5% de los clientes de Ripple se encuentran en Estados Unidos, y que congelar las actividades de Ripple en Estados Unidos por completo no dañaría la red.
