«No soy un pirata informático. Soy un denunciante». Rui Pinto, considerado el «Snowden» portugués tras destapar el escándalo «Football Leaks», se sentó hoy en banquillo de los acusados, en medio de un estricto dispositivo de seguridad, para responder a un total de 90 delitos.
AntilavadoDeDinero / EFE
«Mi trabajo como denunciante está terminado, nunca hice esto por dinero», sostuvo Pinto, integrado en un programa de protección de testigos y que cuenta en su defensa con el francés William Bourdon, que representó también a Edward Snowden y a Julian Assange.
«Hice pública mucha información que nunca habría sido conocida. Me sorprendió lo que vi, colaboré con varias autoridades extranjeras y colaboro con las autoridades nacionales, que me animaron. Veo que se abren importantes investigaciones y serán cada vez más», agregó Pinto en una breve declaración ante la Justicia.
El proceso, que se desarrolla en el Tribunal Central Criminal de Lisboa, no tiene precedentes en Portugal porque juzga a un acusado que goza, a la vez, del estatus de testigo protegido. «Una paradoja», afirmó hoy Bourdon.
Decenas de policías rodean el recinto, vigilado también por equipos de elite y al que apenas han tenido acceso un puñado de periodistas a quienes se ha prohibido el uso de computadoras o teléfonos móviles, un operativo de seguridad excepcional en el país.
Considerado un genio de la informática, Pinto, de 31 años, estudió Historia y consiguió una beca Erasmus que le llevó a Hungría, donde fijó su residencia durante cinco años.
Allí fue detenido en enero del pasado año y extraditado a Portugal dos meses después por el caso «Football Leaks», una filtración de más de 70 millones de documentos que sacudió al mundo del fútbol.
Estuvo en prisión preventiva durante un año, hasta que pasó a prisión domiciliaria y, en agosto, quedó en libertad con protección policial tras llegar a un acuerdo con las autoridades portuguesas para entregar información sobre supuestos delitos de «cuello blanco».
«Fui objeto de una campaña de calumnias y difamación para desviar la opinión pública», denunció hoy Pinto, acusado de 90 delitos por acceso ilícito, violación de correspondencia, sabotaje informático e intento de extorsión.
Ninguno de estos delitos tiene una pena superior a cinco anos en la legislación portuguesa, pero la suma puede llevar a una condena de hasta 25 años.
Su defensa ha solicitado 45 declaraciones, entre ellas la del exanalista de Inteligencia Edward Snowden, que prestará testimonio a través de vídeoconferencia en una fecha aún por definir.
La Fiscalía sostiene que Pinto creó en 2015 la web de «Football Leaks» alimentada con información pirateada de los sistemas informáticos de entidades nacionales e internacionales.
Entre los afectados, el club Sporting de Portugal, el fondo de inversiones Doyen Sports, la Federación Portuguesa de Fútbol, el bufete de abogados PLMJ y la propia Fiscalía lusa.
Rui Pinto además admite estar detrás del escándalo «Luanda Leaks», destapado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación el pasado enero tras analizar 700.000 ficheros que desgranan el esquema de corrupción utilizado por Isabel Dos Santos, hija del expresidente de Angola José Eduardo Dos Santos, para desviar fondos públicos a paraísos fiscales.
Pinto «es el denunciante más importante del siglo», aseguró hoy William Bourdon en una entrevista con la cadena lusa TSF en la que advirtió que la información filtrada hasta ahora es «apenas el comienzo».
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La acusación, sin embargo, sostiene que Pinto intentó conseguir dinero a cambio de información privada sustraída ilícitamente.
No hay fecha prevista para el final del «juicio del siglo», como ha sido bautizado por los medios portugueses.