Primero aseguró ser dueño de una empresa de jardinería, que además cuidaba caballos de carrera en Perris, un suburbio de Los Ángeles (California). Dijo ganar 400 dólares a la semana.
Por Telemundo/ALD1
Dos días más tarde, afirmó ser un empleado con un ingreso de 160 dólares a la semana. Ambas versiones fueron entregadas ante la justicia mexicana, pero ninguna permitía aclarar cómo este hombre de 29 años había sido capaz de comprar un Chevrolet Corvette ZR1 que le costó 88,000 dólares.
El detenido resultó ser Rubén Oseguera González, El Menchito, hijo del narcotraficante Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La historia del Corvette está contenida en los expedientes de Oseguera González, los que fueron difundidos por el medio mexicano La Silla Rota, y corresponde a uno de los tantos juicios que la justicia de ese país ha llevado en su contra por cohecho y lavado de dinero desde que fue detenido en 2015.
El Menchito intentó explicar que el monto utilizado para comprar el vehículo no provenía de sus ingresos, sino de inmuebles que heredó de su madre y que luego vendió. También dijo que se ganaba la vida de manera honesta y negó pertenecer al algún cártel criminal.
Tras un análisis de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, la Procuraduría General de la República (PGR) concluyó que no existía certeza del origen de los recursos, sino que, por el contrario, podían constituir el cargo de lavado de dinero proveniente de la venta de drogas.
El Menchito es originario de San Francisco y, al igual que su padre, que se encuentra prófugo, ha sido acusado de distintos delitos como presunto dirigente del poderoso cártel. El Gobierno mexicano lo sindica como el segundo líder del grupo criminal.
Lo mismo ocurrió en el caso de lavado de dinero. La presentación de amparos y debido a las “inconsistencias en las investigaciones del Ministerio Público”, según asegura La Silla Rota, permitieron que Osguera ganara la batalla en tribunales por el cargo de lavado de dinero. Pero eso no le significó el permiso para abandonar el penal en Hermosillo, Sonora, donde se encuentra.
Una orden de aprehensión de la Corte Federal del Distrito de Columbia permitió que se abriera un proceso de extradición en su contra por los cargos de posesión uso de armas de fuego, así como conspiración para distribuir cocaína y metanfetamina, porque se tienen indicios que desde el 2011 importa y distribuye drogas en el país.
