Sentenciado abogado con historial de delitos, narcotráfico y lavado de dinero

Tras permanecer un año preso, el abogado Claudio Tavella admitió una serie delitos y fue sentenciado en un juicio abreviado a tres años de prisión en Santa Fe, Argentina. Lavó dinero, ofreció y pagó sobornos a policías y gendarmes y encubrió la actividad de un jefe narco.

Antilavadodedinero / SantaFe

El abogado Claudio Tavella, defensor histórico del narco Esteban Alvarado, estuvo preso un año acusado de asociación ilícita, encubrimiento, blanqueo de activos, entre otros delitos. En un juicio abreviado fue condenado esta semana a la pena de tres años de prisión. Deberá pagar una multa de unos 44 millones de pesos y no podrá ejercer su profesión durante tres años.

En la justicia creen que este caso puede transformarse en una causa testigo que demarcará el territorio a muchos letrados que desdibujaron en el ejercicio de la defensa técnica y saltaron el alambrado, como se dice en la jerga.

Como ya pasó en otros países, la diversificación de la actividad del narcotráfico y el crimen organizado, y sobre todo el poder económico que acumula y mueve, desdibuja no sólo el rol de los abogados sino también de otros actores del Estado, fundamentalmente los policías, algo que aparece también en la causa de Alvarado.

Tavella es el histórico defensor de Esteban Alvarado, detenido por narcotráfico.

Tavella es el histórico defensor de Esteban Alvarado, detenido por narcotráfico.

Después de permanecer en prisión desde noviembre del año pasado, cuando fue detenido junto con un grupo de policías que formaban parte de la banda de Alvarado, Tavella terminó por reconocer los delitos que cometió –y logró salir de la cárcel-, algo importante para la causa, y sobre todo para un eventual juicio oral contra el ex defendido del abogado, acusado de liderar la asociación ilícita que usó para secuestrar y ejecutar el 13 de noviembre de 2018 a Lucio Maldonado, un prestamista cuyo cadáver apareció en una colectora de Circunvalación. La fiscalía pidió en octubre pasado la pena de prisión perpetua para Alvarado.

Tavella reconoció al firmar el juicio abreviado varios delitos, entre ellos, que el 3 de agosto de 2012, intentó sobornar a efectivos de Gendarmería que buscaban a Alvarado. Ese día mientras los gendarmes estaban en la puerta de la casa de su defendido, Alvarado le hizo un pedido. Le dijo que fuera averiguar qué hacían en su domicilio.

El abogado le avisó que lo buscaban, por lo que Alvarado le pidió que les hiciera una propuesta: que en el acta escribieran que no lo habían encontrado ya que él se iba a entregar en los tribunales horas después, según prometió.

Los gendarmes le dijeron a Tavella que era “imposible”. En ese momento, le ordenó al letrado que hiciera otra oferta, y les ofreciera dinero, algo que no funcionó. Ese año en la causa también se detectó que por órdenes de su jefe redactó el boleto de compraventa de una propiedad que transfirió contra la voluntad de su titular.

Dos años después ocurrió otro hecho que tuvo a Tavella como protagonista y en el que los fiscales pidieron probar que también rompió los límites de su profesión. Ocurrió el 15 de agosto de 2014 cuando Jorge Laferrara, uno de los miembros de la banda, llegó herido al Hospital Clemente Álvarez y Alvarado envió a Tavella con la misión de sobornar a los empleados para que no registraran al paciente con su nombre, porque de esa manera se iba a saber que tenía pedido de captura.

Más cerca en el tiempo, el 29 de noviembre de 2018, el letrado acudió a la casa de Alvarado, que estaba siendo allanada por la Policía de Investigaciones y le ofreció a uno de los efectivos, Pablo Báncora, quien fue condenado en otro juicio abreviado a un año de prisión, un millón de pesos para omitir detalles del allanamiento en el acta.

El 7 de mayo de 2019 intentó junto con Báncora y otros policías plantar evidencia falsa en la causa. Ese día se comunicó con uno de los fiscales de la causa y le consultó sobre unos teléfonos celulares secuestrados. Sugirió que en los teléfonos habría mensajes que podrían desincriminar a Alvarado, haciendo referencia a dos teléfonos que el narco y dos jefes de la PDI, los hermanos Rey, habían hecho ingresar en la investigación con el fin de plantar evidencia.

Se sumó otra operación oscura que hizo al disimular el carácter ilícito de un campo que había sido adquirido con dinero de procedencia ilícita. Tavella no poseía la capacidad económica –según la acusación- para comprar un terreno en Coronel Bogado por 1.100.000 pesos, cuando el lote estaba tasado por Catrastro en 5.443.262 pesos.

A Tavella ese terreno se lo vendió un hombre ligado al rugby, quien a su vez lo había pagado antes, el 20 de agosto de 2014, 950.000 pesos. La clave de la conexión de Tavella, el terreno y Alvarado está, de acuerdo a la imputación, en los mensajes de Telegram que envió el líder de la banda, confiado de que nunca nadie iba a poder obtenerlos.

En dos mensajes de voz enviados por esa aplicación de mensajería, que fueron recuperados por una empresa israelí en Estados Unidos, Alvarado dice: «Y sí, está de vacaciones. Ahora cuando viene voy a hablar, pero ya está aprobado eso…pero eso está todo ante la ley, y Claudio (Tavella) tiene cómo lo adquirió a todo eso; eso no corre peligro». En el segundo mensaje, Alvarado, que habla como un bróker inmobiliario, dice: «Y apenas salga para escriturar le pongo la escritura a nombre de él (Tavella). Que se quede tranquilo. La pongo a la venta y vemos».

Cuando desplegaron la acusación, los fiscales argumentaron que Tavella «usufructuó ilegalmente el título y cargo de abogado para acceder a información y manipular bienes y recursos en pos de la obtención de beneficios lícitos e ilícitos para la asociación ilícita», liderada por Alvarado.

Según los fiscales, Tavella se “excedió en el ejercicio de la defensa técnica de las personas que el imputado afirmaba defender. A sabiendas de la existencia y funcionamiento de la asociación ilícita, prestó sus servicios de asesoramiento y apoyo para la continuación de la misma oficiando como un soporte estable de dicha estructura criminal y cuyos aportes sirvieron para concreción de eventos lícitos, ilícitos y delictivos de la organización, y fueron prestados tanto para hechos pasados como para eventos futuros a su aporte».

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