Sentenciado en Miami el cubano Ariel Núñez Finalet, propietario de una farmacia de Hialeah que estafó al Medicare por alrededor de 17 millones de dólares.
El hombre de 58 años había escapado a Cuba con otras personas de la misma red que participaron en la estafa, obviamente con el objetivo de evadir a la justicia.
Núñez logró huir a la Isla comunista con documentos falsos, bajo una identidad mexicana, una vez en Cuba compró varias propiedades, automóviles de lujo y viajó en varias ocasiones a Rusia.
Sin embargo, una notificación roja de Interpol logró que las autoridades cubanas lo detuvieran en 2017 por cargos de lavado de dinero vinculado a sus actividades delictivas en el sur de la Florida.
En el país caribeño fue condenado a ocho años de cárcel, pero liberado en 2021 bajo presunta libertad condicional. No fue hasta que viajara a España en 2023 que las autoridades españolas hicieron bien su trabajo y lo extraditaron a Estados Unidos.
En este esquema de fraude en red, este hombre no es el único caso, hay dos líderes de farmacias que todavía están prófugos de la justicia norteamericana.
Este hombre se declaró culpable en enero pasado, por una conspiración para defraudar a los servicios médicos estadounidenses, dado que él jugó un importante rol en el esquema usando farmacias locales que presentaban reclamos falsos al Medicare.
Con este fraude logró obtener más de $500,000 por la estafa, los fiscales explicaron que Núñez retiraba dinero en efectivo de la cuenta bancaria de la farmacia Lily and Rosy en Hialeah, y usaba el dinero para hacer sobornos a reclutadores de pacientes y beneficiarios del Medicare.
Según Jospeh Egozi, fiscal federal, muchos de estos estafadores huyen a Cuba, sabiendo que las autoridades del régimen no los extraditarán a EEUU por las dificultades de las relaciones diplomáticas.
Estadísticas han revelado que unos 100 acusados continúan profusos de la justicia en Florida, la mayoría de ellos emigrados cubanos que estafaron al Medicare, y luego lograron escapar a la Isla o a otros países.