Hace unos días la gente de Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), que preside Daniel Cebrián Ramírez, presentó la conferencia Fraude Inmobiliario, un tema que está siendo cada vez más reiterativo en la Ciudad y que está afectando a muchos regiomontanos en diferentes formas, pero al final del día es con un bien inmueble.
Los fraudes inmobiliarios pueden darse por enajenar, vender, hipotecar, empeñar o facilitar en garantía una propiedad que no es suya y que fue utilizada para engañar a terceros.
Los métodos y las formas cada día se han vuelto más sofisticados y perfeccionados.
Les comento que en el caso de la falsificación de documentos, como poderes y escrituras, representa un 60 por ciento del recurso a través del cual hacen sus triquiñuelas estas personas, haciendo fraudes inmobiliarios de toda índole.
Aunque la suplantación de identidades representa un 30 por ciento hoy en día, aquí en la Ciudad.
Pero la forma más ordinaria y que están sufriendo en estos momentos varios regiomontanos, y que también les han metido unos “golazos” a los departamentos hipotecarios de varios Bancos, pero que se han quedado callados para no quedar en evidencia, es en la hipoteca y venta de inmuebles a terceros.
El modus operandi es que llega una familia o posible arrendatario y rentan una casa. Obvio presentan sus identificaciones y un aval, y todo es falso. Con el paso del tiempo abandonan la propiedad, obviamente dejando los recibos de los servicios principales sin pagar, para que posteriormente el propietario legítimo se entere que su casa fue vendida a terceras personas que ya habitan su inmueble o que fue dado en garantía para una hipoteca o préstamo personal.
Estas personas que rentan el inmueble se hacen pasar como los propietarios y la ofrecen a la venta o lo hipotecan, ya que con identificaciones falsas muestran ante las autoridades que tienen los mismos nombres del propietario que viene en la escritura.
Es importante señalar, que en base a la conferencia que hubo, hay falsificación de escrituras, poderes, identidades, avales y en muchos casos con papelería oficial o que pasaron ante un Notario Público.
Hay personas que se dedican a hacer escrituras falsas y ya han sido detectadas en el Registro Público de la Propiedad, porque resulta que tienen muchas propiedades a su nombre. Y con ellas las venden y revenden, empeñan y dan en garantía.
Las escrituras privadas, promesas de compra-venta y todos esos compromisos no son nada recomendables para hacer operaciones inmobiliarias.
ALD/ElFinanciero