Las acusaciones de corrupción contra la cúpula dirigente del sindicato
United Auto Workers (UAW), mayoritario en el sector del automóvil en Estados
Unidos, han obligado a su presidente, Gary Jones, a pedir una excedencia
mientras que otros directivos del sindicato han sido imputados por las
autoridades federales, en un momento
donde negocia convenios colectivos con los Tres Grandes de Detroit.
Los trabajadores de los principales centros de producción de Ford en Estados Unidos empezarán a votar este lunes para aprobar o rechazar el acuerdo negociado en los últimos días entre la empresa y el sindicato para la firma de un nuevo convenio colectivo, con una duración de cuatro años, sea ratificado, los negociadores de UAW empezarán las conversaciones con los directivos de Fiat Chrysler (FCA) para llegar a un acuerdo similar que regule las relaciones de la empresa ítalo-estadounidense con sus trabajadores
Luego de una investigación que dura ya más de un año, el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha imputado a Vance Pearson, dirigente del sindicato, de apropiación de dinero, asociación ilícita y lavado de dinero.
Según las autoridades estadounidenses, Pearson acordó con otros dirigentes del sindicato apropiarse de dinero que debería haber sido destinado a realizar cursos y talleres de capacitación para los afiliados a UAW, para costear gastos personales.
Por otra parte, Edward Robinson, asistente personal del presidente de UAW, fue imputado por su implicación en un fraude para hacerse con más de 1,5 millones de dólares de cuotas de los afiliados al sindicato.
Jones dejó la presidencia de UAW el pasado 2 de noviembre, luego de conocerse la acusación contra Robinson. Aunque Jones no ha sido formalmente imputado, su hogar fue registrado en agosto de este año por el FBI y la investigación apunta a que participó con Robinson en la apropiación de $700,000 de cuotas de los afiliados al sindicato.
EFE