En España, la vida de los testigos protegidos –denunciantes del crimen organizado y de corrupción– es un infierno.
Como el que ha vivido el «testigo protegido 29» de la macro-causa contra la mafia del rey de la noche de Palma, Bartolomé ToloCursach, por atreverse a desenmascarar a los que encubrían esa trama de coacciones, sobornos, trata de mujeres, narcotráfico y blanqueo que operó durante décadas en Baleares, a la sombra del PP y con la complicidad de policías locales y nacionales.
Ahora, «el 29» –como ya se conoce en Mallorca a este testigo– ha tenido que escapar de las agresiones, las amenazas de muerte y las continuas querellas de esa red mafiosa que sigue destruyendo a todos los que la han investigado, incluidos agentes policiales, jueces y fiscales.
Ya totalmente desprotegido, y sin que se pusiera freno a los desmanes contra él capitaneados por los abogados del capo Cursach, El 29 ha tenido que pedir asilo en Suiza, país en el que sin duda va a hallar por fin el refugio que nuestras autoridades judiciales y ejecutivas no han sido capaces de proporcionarle, pese a haberse comprometido a ello.
Sin embargo, el testigo 29 va a mantener su testimonio y acudirá al juicio a ratificarse en todas sus denuncias de esa cosa nostra con ramificaciones policiales:
«He enviado una notificación a todos los juzgados de Mallorca explicando que les dejo como mi domicilio el de mis abogados y que estoy permanentemente en contacto con ellos; detallando sus números de teléfono, y mi voluntad de comparecer ante cualquier citación judicial, para que no digan que estoy desaparecido«, declara El 29 a Público.
Le rompieron las costillas a patadas en su garaje
Este diario ha tenido acceso a innumerables documentos, autos, diligencias y sentencias judiciales que demuestran el vía crucis al que ha sido sometido este testigo durante los últimos años. Como la sentencia del Juzgado de lo Penal Nº6 de Palma de Mallorca que condena al ciudadano rumano Florian Bogdan Puscasiu por atacarle en el garaje de su casa «con la finalidad de que el testigo protegido se desdijera de sus declaraciones incriminatorias (…) le abordó por la espalda y tirándole al suelo, en unión del otro agresor, le dio patadas y lo arrastró por el suelo» hasta producirle graves lesiones.
Según dictamina la sentencia, «el testigo resultó con heridas consistentes en policontusiones en región cervical, hombro y fractura costal de costillas derechas, que exigieron para curación además de una primera asistencia facultativa, posterior tratamiento médico y analgésico, de las que tardó en curar 28 días durante los que estuvo impedido para sus ocupaciones habituales y, quedándole como secuela algias postraumáticas en región costal derecha y en el hombro derecho, que según el informe médico forense han sido valoradas en un punto».
El testigo 29 tiene abundantes pruebas de todas las agresiones, amenazas y coacciones que ha sufrido, pero asegura que «me tenido que ir de España porque dicen que me inventé las agresiones. ¡Y en la última me quemaron la cara! Y todas las agresiones que yo sufrí fueron cuando no estaban los escoltas conmigo. En sábado. ¿Quién les decía que yo no tenía escoltas los fines de semana?»
Abrasado en la mejilla con un hierro candente
Al principio intentó esconderse de los agresores, y buscó trabajo en un hotel situado en un lugar recóndito del otro extremo de la isla, pero a los tres días ya tenía a otro sicario –también rumano– apostado en la puerta del establecimiento, vigilándole. Pocos días después, le asaltaron de madrugada, cuando salía de su trabajo en el hotel, le arrojaron al suelo junto a su coche, en el párking, y le quemaron la mejilla con un hierro candente.
«Todavía tengo una marca roja, después de ir al médico un montón de veces, y me han tenido que colocar una prótesis en la parte inferior de la boca porque me partieron los dientes«, explica a este diario. «Sin embargo, José Ignacio Herrero Cereceda –uno de los dos abogados de Cursach que tienen orden alejamiento de mí– [el otro es Vicente Coco Campaner] decía que una pieza dental era muy fácil de romper. ¿Me voy a quemar la cara o romper los dientes yo mismo?»
Hace un mes, el Tribunal Superior de Justicia de Baleares ratificó la condena dictada contra Campaner por la magistrada del Juzgado Nº1 de Lo Penal de Palma por desobedecer una orden de alejamiento del testigo protegido 29; porque ese letrado parece tener una auténtica obsesión con el denunciante de los delitos que presenció cuando trabajaba como jefe de sala de la primera planta de la discoteca Tito’s, el más importante local nocturno de Cursach.
Sicarios con cinco abogados del imperio Cursach
El abogado Campaner orquestó una verdadera caza del hombre contra el testigo 29, al que los mismos sicarios rumanos que le habían agredido le presentaron querellas por supuestas denuncias falsas, utilizando los servicios del equipo de abogados del magnate Cursach. «Es como si alguien entra a robar en tu casa y te denuncia a ti porque lo pillaste robando en tu domicilio», se asombra El 29.
«Me pusieron una querella reclamándome más de 150.000 euros a mí, de un rumano que tiene tres órdenes de busca y captura. Porque cogen antiguos trabajadores rumanos de Tito’s y les dan dinero para que firmen las querellas que ponen Campaner y Herrero contra el fiscal, contra el juez, contra policías nacionales… incluso contra mí. Me querían sentar como imputado por una querella que me había puesto un tipo que tenía tres órdenes de busca y captura. Después, una fiscal que llegó a Mallorca se enteró y lo echó para atrás»…
El testigo se asombra de que algunos de esos empleados rumanos inmigrantes llegaron a disponer de cinco abogados en sus pleitos contra él. Y de que los dos letrados que dirigen la defensa de Cursach se arriesguen –hasta el momento, sin consecuencias penales para ellos– a gestionar amenazas y coacciones contra los testigos protegidos.
«Te ayudaré si me das cosas para cargarme al 29»
Campaner llegó a presionar a La Madame –como se conoce a la testigo protegida 31 de la causa, porque regentaba un puticlub donde se celebraban fiestas de políticos y policías corruptos– para intentar que le facilitase algún material con el que desacreditar al testigo 29, como se demuestra en estos whatsapp que se cruzaron entre ellos, a los que ha tenido acceso Público:
En esta conversación quedan bien claras las intenciones del abogado contra el testigo protegido: «…me dices las cosas que me dijiste con las que cargarme al 29» (…) «Dame al 29 y hablamos. Me dijiste que le podías destrozar».
Además, el letrado promete conseguir la exculpación de la regenta del burdel: «Vas al TSJ conmigo. Pero me tienes que dar al 29» (…) «Te puedo ayudar. Pero siempre y cuando tú me des a mí algo como la otra vez» (…) «OK, yo ya te he dicho que te ayudaría en eso. Y te quitaría mis honorarios también, porque te condenaré seguro y tendrás que pagarlos. No soy barato… Lo dicho, me das al 29 y te ayudo».
Al final, La Madame no sólo no tenía nada contra El 29, sino que incluso fue a declarar al Juzgado de Instrucción 12 que no conocía a ese testigo protegido y a denunciar que el abogado Campaner la estaba presionando para que dijese que el juez y el fiscal la habían coaccionado para declarar en determinado sentido.
El abogado revela en Facebook la identidad del testigo
Otra de las estrategias de los abogados de Cursach para intimidar al testigo protegido 29 fue la de revelar públicamente su verdadera identidad para que se sintiera desprotegido y bajo amenaza permanente de los sicarios de la trama. Esta vez fue Herrero Cereceda el que utilizó Facebook para cometer flagrantes delitos de revelación de secreto y obstrucción a la Justicia, como se puede ver en las siguientes entradas:
«Estoy pensando que alguien protege a Daniel XXXX XXXXX [los dos apellidos]. Que es un mentiroso. He escrito bien tú Segundo apellido?», escribe el letrado en una ocasión, difundiendo en la red el nombre completo del testigo protegido. «Pienso que es un mentiroso pienso que es Un cobarde. Y que no tiene seriedad para denunciarme. Y que no sabe donde estoy».
El abogado no puede alegar ignorancia de que está cometiendo un grave delito y poniendo en peligro la integridad de un testigo protegido por la Justicia. Pero reincide una y otra vez: «DAniel XXXX XXXXX te espero aquí con el grupo de blanqueo. Cobarde mentiroso. Ven a buscarme. Maricon», repite Herrero Cereceda el nombre y apellidos completos del testigo protegido 29. Al que también llamó a las 4 de la madrugada profiriendo idénticas amenazas.
Los que finalmente acabaron siendo acusados de falso testimonio fueron los rumanos que acosaron y agredieron a El 29, y el abogado ha sido investigado por presentación de testigos falsos a sabiendas de que mentían.
«La magistrada del Juzgado de Instrucción 10 tardó seis meses en ponerles a estos abogados la orden de alejamiento, a sabiendas de todo lo que me estaban haciendo y de que me llamaron a las 4 de la madrugada amenazándome de muerte». «Y después de haber puesto en las redes mi nombre y mis apellidos, ni siquiera los han detenido por revelación de secretos. En cambio, van y detienen a los agentes del Grupo de Blanqueo por una filtración», se asombra.
ALD/Publico