El presidente de Estados Unidos Donald Trump amplió las sanciones contra el régimen de Nicolás Maduro en la noche del lunes, llevando el bloqueo económico impuesto a Venezuela a extremos similares a los aplicados a Corea del Norte, Irán y Cuba.
La nueva medida en esencia permitiría la aplicación de sanciones contra cualquier individuo o compañía que sostenga operaciones o brinden cualquier tipo de respaldo al régimen de Caracas, calificando como ilegítimo por Estados Unidos y más de medio centenar de otras naciones.
“He determinado que es necesario bloquear las propiedades del gobierno de Venezuela en vista de la continuada usurpación del poder por parte del ilegítimo régimen de Nicolás Maduro”, anunció Trump en una carta dirigida a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, anunciando la ampliación de las sanciones.
La medida prohibe — salvo que estén expresamente exentas — toda operación o activo perteneciente a cualquier entidad gubernamental de Venezuela, incluyendo organismos estatales como el Banco Central de Venezuela o la estatal Petróleos de Venezuela, así como cualquier individuo o agrupación controladas directa o indirectamente por ellas.
Los detalles de las nuevas sanciones tienen previsto ser explicadas el martes por las autoridades estadounidenses.
Washington ha aplicado sanciones individuales a más de 100 funcionarios del régimen acusados de violar los derechos humanos, desmantelar la democracia venezolana, o de participar en actividades de corrupción o de narcotráfico.
La administración también ha aplicado sanciones más impactantes contra la estatal Petróleos de Venezuela, empresa que tradicionalmente sostuvo el grueso de la actividad económica del país, al igual que a otras empresas estatales utilizadas por el régimen para evadir las sanciones.
Pero las medidas decretadas el lunes por Trump llevarían el proceso de aislamiento económico contra el régimen hasta nuevos niveles, amenazando con bloquear la totalidad de las operaciones internacionales del estado venezolano.
El gobierno estadounidense fue el primero entre más de 50 países en desconocer en enero la autoridad de Maduro y reconocer al juramentado presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, como el legítimo jefe de estado en Venezuela, acusando al gobernante chavista de instaurar una dictadura en el país.
El régimen, entre tanto, acusa a Washington de haber emprendido una guerra económica en su contra y atribuye el colapso económico del país a las sanciones.
Más de cuatro millones de venezolanos han abandonado el país en los últimos años para escapar del régimen cada vez más autoritario y de la economía hiperinflacionaria.