Un nuevo análisis sobre las políticas e iniciativas comerciales

Los responsables del cumplimiento comercial están desesperados: sabían que se avecinaba un cambio, pero nadie previó la velocidad y el alcance de la conmoción en el ámbito comercial. Un día presenta posibles cambios con graves consecuencias.

En esta era turbulenta, los departamentos legales y de cumplimiento deben mantener la calma, evitar reacciones exageradas y mantenerse fieles a sus valores y principios corporativos. Deben demostrar una confianza firme. La alta dirección ha estado alertando sobre el impacto de este entorno cambiante; los departamentos legales y de cumplimiento deben contrastarlo mediante análisis de riesgos exhaustivos. 

Este conjunto de desafíos exige que los responsables legales y de cumplimiento comprendan las leyes y regulaciones que rigen las políticas comerciales, así como la capacidad de la Administración Trump para utilizar estas herramientas para lograr los objetivos establecidos. Esta nueva perspectiva plantea nuevos riesgos y la necesidad de controles. 

El enfoque de la Administración Trump es claro: desequilibrios comerciales, prácticas comerciales desleales y manipulación cambiaria. Este amplio marco constituye ahora el conjunto de problemas clave para todos los sectores del gobierno federal. Los aranceles son una herramienta para abordar estas preocupaciones, pero el gobierno federal cuenta con muchas otras a su disposición para contrarrestar algunos de estos problemas.

La Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) desempeña un papel fundamental en este ámbito. Sin embargo, es posible que la Administración Trump esté examinando maneras de complementar esta función de control arancelario para mejorar su capacidad de recaudar ingresos por comercio exterior. La Administración Trump ha estado examinando el uso de operaciones de ensamblaje de productos chinos en terceros países, que eventualmente se utilizan en procesos de fabricación estadounidenses, como una importante laguna legal para evadir los aranceles estadounidenses impuestos a los fabricantes chinos. A medida que aumenta la atención sobre este tema, las empresas extranjeras que emplean estos mecanismos podrían enfrentarse a un aumento de impuestos o cargos adicionales a los aranceles. 

La Administración Trump está iniciando un amplio análisis de las políticas cambiarias para identificar a los manipuladores cambiarios que intentan frustrar los ajustes de la balanza de pagos o dar ventajas injustas a sus socios comerciales. Los países, como China, que tienen grandes déficits comerciales con Estados Unidos se enfrentarán a una respuesta estadounidense. Como resultado, la Administración Trump podría estar a punto de retomar políticas diseñadas para devaluar el dólar estadounidense en el extranjero como forma de frenar dichas actividades por parte de sus socios comerciales extranjeros.

En otras áreas comerciales, la Administración Trump evaluará los beneficios y costos asociados con los acuerdos de libre comercio vigentes. Esto podría llevar a la revisión de todos los acuerdos de libre comercio de Estados Unidos, lo que representaría un cambio significativo en la política estadounidense.

Con respecto a las leyes antidumping y de derechos compensatorios, la Administración Trump podría modificar los programas de subsidios existentes, ajustar los costos e intensificar las medidas de cumplimiento contra los socios comerciales. Nuevamente, este ajuste podría implicar cambios reales en la gestión de los largos programas de litigios comerciales. Los ajustes anuales y otros programas podrían resultar en aumentos en los aranceles y tasas que se pagan a los socios comerciales extranjeros para beneficiar a las empresas estadounidenses. 

Otra área prioritaria para la reforma es la actual excepción de minimis a las regulaciones arancelarias y de importación, que se ha utilizado de forma abusiva para la importación de productos falsificados y drogas de contrabando. El fentanilo y sus precursores, así como los productos falsificados que pasan por la frontera mexicana, han aumentado gracias a esta exención. 

Otro aspecto que requiere atención es el análisis que realiza la Administración Trump de los países extranjeros que imponen impuestos discriminatorios o extraterritoriales a ciudadanos y empresas estadounidenses. Este amplio análisis no tiene precedentes y representa una amenaza real para los socios comerciales extranjeros que mantienen programas fiscales severos que afectan a los ciudadanos y empresas estadounidenses.

En el ámbito de la contratación pública, las empresas obligadas a cumplir con los programas «Comprar Productos Estadounidenses» y «Contratar Productos Estadounidenses» podrían recibir beneficios y apoyo adicionales. La Administración Trump podría priorizar estas áreas para un nuevo conjunto de requisitos que podrían mejorar los beneficios para Estados Unidos y aumentar las oportunidades de negocio.

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