Venezuela acusa al canciller colombiano Murillo de ser financiado por EE.UU.

Tras las elecciones presidenciales del 28 de julio en Venezuela, la Cancillería colombiana ha cuestionado en varias oportunidades los resultados y ha insistido en que Nicolás Maduro debe mostrar las actas. 

Caracas se ha quejado de esta postura y considera que las declaraciones del presidente Gustavo Petro no van en la misma línea con las del canciller Luis Gilberto Murillo. 

Para Caracas, el presidente Petro se mantiene en su línea progresista mientras que denominan al canciller como «empleado de los gringos» y se preguntan «¿quién manda sobre la política exterior de este país?». 

Rander Peña, vicepresidente de Asuntos Internacionales del Partido Socialista Unido de Venezuela,  insistió en la interrogante. «¿Quién manda realmente sobre la política exterior de Colombia? ¿El presidente progresista Gustavo Petro, elegido democráticamente por millones de colombianos,o Juan Manuel Santos, operando cómodamente desde las sombras, a través del siempre obediente canciller Gilberto Murillo?». 

Peña, en declaraciones enviadas a este diario, aseguró que la política exterior colombiana «parece que ha sido externalizada a Washington, con Santos como intermediario y el por ahora Canciller Murillo como ejecutor».

Hace unos días Murillo insistió en cuestionar los resultados de las elecciones, así como la toma de posesión de Nicolás Maduro, ocurrida el pasado 10 de enero. También dijo que no romperían relaciones con el vecino país. 

«Hemos manejado con mucho cuidado nuestra relación con Venezuela», sostuvo Murillo desde la frontera entre Cúcuta y el estado Táchira. 

» Es imposible no notar el giro tragicómico en esta historia. Gustavo Petro, el presidente por el que votaron millones de colombianos esperanzados por un cambio soberano y progresista, tiene un canciller cuya lealtad no reside en Bogotá sino en Washington, con una relación de larga data, donde posee propiedades,una relación laboral con los órganos del poder imperial e incluso sin nacionalidad. Después de todo, Murillo responde con sorprendente celeridad a las recomendaciones de Santos y los Estados Unidos de Norteamérica», sostuvo Peña.

Peña acusó al canciller colombiano de ser un «empleado directo»  del Departamento de Estado, «que lo paga y cabildeó su nombramiento como Canciller».  

«Sería muy ingenuo pensar que el canciller, Gilberto Murillo, una vez siendo Canciller dejaría de responder a sus jefes verdaderos y directos en EEUU, y empezaría a seguir la voluntad del Pueblo Colombiano», reiteró Peña quien además acusó a Murillo de ser «provocador de escenarios de guerra».

Al mismo tiempo, Peña envió «amor y solidaridad» al pueblo de colombia. 

eltiempo

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