El gobierno venezolano ha acusado al grupo Anonymous de haber lanzado ciberataques a los sitios web de la aerolínea Conviasa y algunas plataformas del servicio de transporte urbano. La página web de Conviasa «ha vuelto a ser objeto de ataques por parte del grupo ciberpirata Anonymous», escribió el ministro de Transportes. Ramón Velásquez, en un mensaje publicado en su perfil de Instagram.
El ataque quedó «neutralizado», afirmó la ministra, recordando un episodio similar que también sufrió Conviasa el 2 de agosto. Velásquez también denunció incursiones en sistemas informáticos para el pago de billetes del metro de Caracas y servicios de transporte en otras ciudades.
Ataques que han “provocado un colapso en el servicio. Pero logramos intervenir para salvar toda la información para garantizar a nuestros clientes y restablecer el crédito en las suscripciones», añadió el ministro, asegurando que el gobierno está preparado para «hacer frente a cualquier ataque contra la patria» en el marco de una «ciberguerra» lanzada por el » lacayos del imperialismo”.
La denuncia del gobierno se produce tras varios anuncios atribuidos al colectivo Anonymous de un ataque ilimitado a las estructuras del gobierno de Maduro.
Desde hace días, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denuncia los intentos de «cibergolpe de Estado» ideados por actores económicos extranjeros, principalmente el director general de Tesla, Elon Musk -, explotando los canales de Internet de discurso de odio.
La semana pasada Maduro ordenó el cierre del sitio de redes sociales. Una elección que también se prometió a Whatsapp e Instagram, aunque aún no se ha aplicado. Para impedir el acceso a las redes sociales, las autoridades han desactivado la señal en todo el país.
Los ciudadanos respondieron masivamente descargándose aplicaciones «VPN» que les permiten escapar del bloqueo disfrazando su origen, con la única limitación de no poder conectarse a perfiles oficiales del gobierno (que requieren acceso desde el territorio).
Además, la alarma sigue alta respecto a la mera posesión de otras aplicaciones en los teléfonos inteligentes, ante los persistentes informes de revisiones telefónicas realizadas por las fuerzas de seguridad. En Internet empiezan a circular todo tipo de sugerencias para ocultar las evidencias sobre el uso de estos medios.