Cuatro días después de que el multimillonario Jeffrey Epstein apareciera muerto en una cárcel de Nueva York, una víctima de sus supuestas agresiones sexuales presentó este miércoles una demanda contra sus herederos y presuntos cómplices, tras revelarse que los guardias encargados de su vigilancia se habrían dormido.
Jennifer Araoz, de 32 años, afirma que Epstein la agredió sexualmente cuando tenía 14 y 15 años. La demandante reclama una indemnización a sus herederos ante la Corte Suprema del estado de Nueva York, así como a su amiga y presunta cómplice, Ghislaine Maxwell, y a otras tres mujeres cuya identidad no fue revelada.
Debe pagar por su delito
Araoz es la primera supuesta víctima conocida de Epstein que recurre a una ley neoyorquina que entró en vigor este miércoles. Adoptada a raíz de varios escándalos de pederastia en la Iglesia, da un año a las víctimas de delitos sexuales para presentar una demanda civil, sea cual sea la fecha en que se cometieron las agresiones denunciadas.
«Epstein fue hallado muerto, aparentemente por un suicidio, en su celda la semana pasada. El hecho de que no tenga que responder personalmente ante los tribunales me enoja, pero mi búsqueda de justicia apenas ha empezado», escribió Araoz en un editorial publicado en el New York Times.
En la demanda de 15 páginas, ella describe cómo -viniendo de una familia monoparental modesta- cayó en la “trampa” de Epstein, describiendo un modus operandi similar al relatado por otras presuntas víctimas del rico financiero.
A principios de julio Epstein fue imputado por múltiples delitos de agresión sexual a menores, ocurridos supuestamente en sus residencias de Nueva York y Florida.
Reclutada cerca de la escuela
Según Araoz, una de las personas que buscaba chicas para Epstein le habló en la calle, delante de su escuela secundaria a fines de 2001, y le prometió que un hombre rico podría ayudarla a lanzar la carrera de actriz que soñaba.
Las primeras visitas a la lujosa casa del financiero en Manhattan, llena de cámaras, tuvieron lugar sin ningún incidente, según la denunciante. Epstein le hablaba durante una hora o dos y ella recibía 300 dólares en efectivo tras cada entrevista.
Araoz afirma, sin embargo, que menos de un mes después, Epstein la llevó a su sala de masaje -decorada con fotos de mujeres desnudas- y quiso ver su cuerpo con el argumento de que quería ayudarla a encontrar trabajo como modelo.
Las agresiones fueron empeorando: le exigía tocarla para masturbarse. Y al cabo de un año, en 2002, la violó, cuenta. Luego puso fin a sus visitas, cambió de escuela para alejarse de su barrio y tardó años en poder hablar de lo ocurrido con sus allegados.
Otras presuntas víctimas se disponen al parecer a demandar a los herederos del multimillonario estadounidense y a sus presuntos cómplices, según medios.
Políticos implicados
Epstein, vinculado a numerosas celebridades y políticos, entre ellos el expresidente estadounidense Bill Clinton y el actual, Donald Trump, había sido arrestado en julio e inculpado por organizar, al menos desde 2002 hasta 2005, una red de decenas de chicas con las que mantenía relaciones sexuales en sus muchas propiedades.
El expresidente colombiano Andrés Pastrana negó este miércoles haber visitado la isla privada de Epstein en Bahamas, después de que varios reportes indicaran que había viajado a ese lugar en el avión del multimillonario.
“Nunca conocí la hoy infame isla del señor Jeffrey Epstein”, indicó Pastrana, quien gobernó Colombia entre 1998 y 2002, en un escueto comunicado.
Investigan cómplices
Después de la muerte de Epstein, quien aparentemente se ahorcó en su celda, el secretario estadounidense de Justicia prometió encontrar a los posibles cómplices del financiero.
La británica Ghislaine Maxwell, hija del difunto magnate de los medios Robert Maxwell, es la principal sospechosa.
El tabloide británico The Daily Mail afirmó este miércoles que había logrado localizarla en Massachusetts, donde vive supuestamente con su pareja, Scott Borgerson. Pero él desmintió que Maxwell esté allí: «Estoy en Europa actualmente y no hay nadie en mi casa, salvo mi gato», dijo al sitio Axios.
Dudan de vigilancia carcelaria
A la espera de nuevas imputaciones, responsables penitenciarios indicaron al New York Times que los guardias de la cárcel encargados de vigilar a Epstein habían dormido unas tres horas en la noche del viernes, a pesar de que tenían que hacer rondas cada media hora.
Según el diario neoyorquino, los carceleros falsificaron un documento para ocultar el hecho de que no habían realizado esas rondas.
Esas informaciones aún no han sido confirmadas oficialmente. Pero la secretaría de Justicia anunció el martes el traslado temporal del director de la prisión, considerada como una de las más seguras del país, y la suspensión de dos guardias.
ALD/Larepublica