El fraude bancario es una práctica que afecta a un número importante de peruanos que han sido perjudicados con el robo de cuentas y dinero ya sea por descuido, desinformación en temas de seguridad o, simplemente, por desidia. Roberto Puyo, presidente de ISSA Perú (Information Systems Security Association) –organización que este 15 de agosto realizará en Lima el primer evento sobre seguridad informática de sistemas bancarios- hace algunas recomendaciones sobre los errores más comunes que nos convierten en potenciales objetivos de los delincuentes que se dedican a estas prácticas:-No cubrir la clave de acceso tanto para ingresar a la web del banco donde tenemos nuestra cuenta como para las transacciones en los establecimientos.-Permitir que las tarjetas de débito o crédito sean utilizadas para capturar los datos de ellas en otros dispositivos electrónicos de entidades comerciales.-Permitir que las tarjetas sean manipuladas por terceros fuera del tiempo permitido para una transacción-Dejar en los cajeros los vouchers de las transacciones que se realizan.-Brindar datos bancarios cuando se solicitan por correo electrónico, aun cuando esto nunca es solicitado por los bancos.-Colocar la clave de accesos de sus tarjetas en el teléfono.-Usar claves de acceso muy fáciles.-Hacer conocer a otras personas las claves de acceso de sus tarjetas.-No verificar las transacciones bancarias.Modalidades comunesPuyo señaló, en conversación con Terra, que las modalidades más comunes de fraude bancario en el Perú son el phising por página WEB y el phising enviado por correo electrónico. El phising tiene como objetivo el adquirir información confidencial (contraseñas o información bancaria sobre tarjetas de crédito) de manera fraudulenta. Para estos fines, el estafador se hace pasar como una persona o empresa de confianza en una aparente comunicación oficial electrónica u otras vías.Delincuentes se reinventanEl especialista alertó que los delincuentes cibernéticos renuevan sus estrategias de manera constante y hasta diaria. Actualmente lo común es que clonen páginas webs de entidades bancarias para generar ataques de phising y que aprovechen para ello servidores de instituciones privadas y públicas que tienen brechas de seguridad.Riesgos de redes sociales y canales electrónicosPara Puyo, es importante que los usuarios no brinden en las redes sociales datos que permitan una identificación directa o que expongan datos frente a un posible fraude o secuestro.Por lo demás, pidió a la ciudadanía hacer una evaluación antes de ser cliente a la entidad financiera, a fin de que se le brinde la información necesaria sobre las medidas de seguridad electrónica con las que cuenta para la protección de datos.Seguridad electrónica en nuestro paísDestacó también que la Superintendencia de Banca y Seguros y la Asociación de Bancos realicen campañas frente al fraude bancario, sin embargo, dijo que hace falta una mayor conciencia en la población, leyes claras y que las carreras de ingeniería de software den mayor impulso a la seguridad informática.Anotó que en la región, los países que más están invirtiendo en estos temas son Chile, Brasil y Colombia.Perú, paraíso para delincuencia electrónicaEl presidente de ISSA Perú señaló que nuestro fue elegido para el citado evento de seguridad informática –que se realizará en el Swissotel con la presencia de especialistas de nivel mundial- debido a que el gobierno está dando señales claras para establecer el inicio de un gobierno electrónico sostenible, como el pronto uso del DNI electrónico, el uso de firmas digitales y el impulso a la banda ancha, entre otras medidas. Pese a ello, señala que aún existe poca legislación en torno a delitos informáticos y falta de conciencia de los peligros respecto a la protección de datos (físicos y digitales), por lo que los delincuentes de países cercanos consideran al Perú como un paraíso para los delitos electrónicos.Anotó que si bien hacen falta leyes sobre delitos informáticos, se debe escuchar antes a los expertos y a la población y ser precisos en los términos utilizados en la norma. No se trata simplemente, dijo, de trabajar un documento que a la larga podría afectar a los usuarios más que ayudarlos.
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