Desde el comienzo mismo de la invasión rusa de Ucrania, algunas de las batallas más feroces del Kremlin han sido libradas por un ejército privado sin ley, engrosando sus filas con delincuentes convictos. Yevgeny Prigozhin, el oligarca ruso al que Estados Unidos acusa de dirigir una «fábrica de trolls» en internet para influir en sus elecciones, tuvo un vertiginoso paso de la industria del catering a la política., es llamado el perro de Putin.
antilavadodedinero / Occrp
A su cabeza está Yevgeny Prigozhin, un oligarca ruso y líder mercenario que este año se ha convertido quizás en el avatar más conspicuo de todo lo más oscuro de su patria. En su fusión de dinero deshonesto y violencia brutal, su cinismo burlón y su impunidad frente incluso a la ley rusa, encarna la malevolencia de la corrupción patrocinada por el estado de una manera que pocos pueden igualar.
FINALISTAS 2022 A PERSONA DEL AÑO EN CRIMEN ORGANIZADO Y CORRUPCIÓN
(Se aceptan nominaciones de lectores, periodistas y editores en la red global OCCRP, y los jueces de la Persona del Año)
Finalistas:
- Corte de justicia europea
- Presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan
- presidente de nicaragua Daniel Ortega
Es por eso que, mientras sus sicarios hacen llover la muerte sobre otra ciudad ucraniana , un panel de jueces convocado por OCCRP eligió a Prigozhin como la «Persona del año» de 2022 en crimen organizado y corrupción.
En palabras del editor y cofundador de OCCRP, Drew Sullivan, se ha ganado esta distinción por sus incansables esfuerzos para “extender el alcance vicioso y corrupto de Rusia, robar para Vladimir Putin y castigar a quienes se resisten”.
Ni la pena de cárcel que cumplió Prigozhin por robo cuando era joven ni su éxito en la nueva Rusia capitalista de la década de 1990 fueron especialmente inusuales para los empresarios de esos años. Incluso cuando hizo crecer su restaurante y negocio de catering gracias a contratos estatales favorables, ganando millones de dólares y el apodo de «chef de Putin», solo estaba siguiendo una trayectoria seguida por muchos otros oligarcas.
Pero la reputación de Prigozhin comenzó a tomar un giro más siniestro a mediados de la década de 2010 cuando sus planes adquirieron una dimensión geopolítica. Su llamada «Agencia de Investigación de Internet», que empleó trolls de bajo costo para difundir desinformación y propaganda, se volvió tristemente célebre por sus intentos de interferir en la política estadounidense.
La efectividad de sus esfuerzos, por los cuales Prigozhin fue acusado por un gran jurado estadounidense, puede ser cuestionable. Pero anunciaron el comienzo de una transformación: Prigozhin ya no era solo un hombre que se había enriquecido bajo el régimen de Putin. Se había convertido en uno de sus instrumentos. Y en poco tiempo, su ejército consistía en algo más que trolls.
El Grupo Wagner, nominalmente una “compañía militar privada” pero en realidad una organización paramilitar respaldada por las fuerzas armadas rusas, surgió a raíz del ataque inicial de Rusia contra Ucrania en 2014. Sus combatientes participaron en la ocupación ilegal de Crimea y en la batallas mucho más sangrientas en el este del país.
TODOS LOS GANADORES
- 2021: Alexandr Lukashenko
- 2020: Jair Bolsonaro
- 2019: José Muscat
- 2018: Banco Danske
- 2017: Rodrigo Duterte
- 2016: Nicolás Maduro
- 2015: Milo Djukanovic
- 2014: Vladímir Putin
- 2013: Parlamento rumano
- 2012: Ilham Aliev
La conexión precisa de Prigozhin con los comienzos del grupo es turbia. En una versión, fue reclutado para el papel de patrón y financiero de Wagner por comandantes militares que lo compensaron con lucrativos contratos de defensa. En otro, propuesto por el mismo Prigozhin después de años de negar cualquier conexión con Wagner, él era su fundador original.
Lo cierto es que, en los años siguientes, los combatientes de Wagner se hicieron famosos por el rastro de sangre que dejaron en las zonas de conflicto de todo el mundo. En su brutal defensa del régimen de Assad en Siria, los mercenarios de Prigozhin consolidaron su reputación como los ejecutores oscuros de Putin, llevando a cabo misiones que el ejército ruso no llevará a cabo abiertamente, o que no puede realizar en absoluto.
“Prigozhin es un soldado de la corrupción”, dice Sullivan de OCCRP. “Lucha y asesina para instalar la corrupción. Wagner no es más que un grupo del crimen organizado sancionado por el gobierno ruso”.
La línea entre Wagner y la burocracia rusa puede ser difícil de trazar. El grupo ha estado vinculado a la agencia de inteligencia militar de Rusia, el GRU, y muchas de sus misiones sirven a los intereses del Kremlin. Otras asignaciones, como brindar seguridad a los regímenes dictatoriales en la República Centroafricana y Sudán, parecen más mercenarias, especialmente considerando que las actividades del grupo a menudo implican hacerse cargo de las minas de oro y diamantes. (El Tesoro de EE. UU. acusó a Wagner de “actuar como tapadera” de los intereses mineros de Prigozhin).
Ya sea que luchen por la riqueza o la gloria, la brutalidad del grupo está fuera de toda duda. Dondequiera que vayan los luchadores de Wagner, seguramente seguirán los abusos contra los derechos humanos. Desde Siria hasta Camerún, desde Somalia hasta Malí, han sido acusados de violación, robo, asesinato y tortura.
Lo mismo es cierto en Ucrania. Aparte del bombardeo indiscriminado de barrios residenciales, los combatientes de Wagner fueron acusados de ejecutar a civiles cerca de Kyiv en los primeros días de la guerra.
El grupo tampoco ha rehuido volver su crueldad contra la suya propia. Este verano, Prigozhin apareció en una serie de videos en prisiones rusas, instando a los convictos a ganar su libertad luchando por Wagner. Pero los expertos dicen que tales reclutas a menudo terminan siendo poco más que carne de cañón, y aquellos que se niegan a luchar pueden tener un final espeluznante.
Un excomandante de Wagner, ahora huyendo de sus antiguos camaradas, dijo recientemente a los activistas rusos que el grupo había ejecutado al menos a diez hombres por negarse a luchar. En un caso, un prisionero reclutado por Wagner corrió hacia las líneas ucranianas antes de volver a caer en las garras del grupo en un intercambio de prisioneros. Poco después, apareció un video de su espantosa ejecución, con un mazo en la cabeza, en los canales rusos de Telegram.
La respuesta de Prigozhin fue burlarse de la idea misma de responsabilidad, con una de sus compañías emitiendo una declaración que elogiaba la calidad de producción del video y casi se regodeaba con el asesinato: “La muerte de un perro por un perro”, decía.
La operación del líder Wagner fuera del estado de derecho apunta al surgimiento de un nuevo tipo de actor corrupto. Muchas de las «personas del año» anteriores de OCCRP fueron líderes de naciones: el hombre fuerte bielorruso Alexander Lukashenko fue la elección del año pasado, y los ganadores anteriores incluyeron al expresidente filipino Rodrigo Duterte y al líder venezolano Nicolás Maduro, pero Prigozhin nunca ha ocupado ningún tipo de cargo oficial. .
“Prigozhin representa un nuevo tipo de ganador”, dijo Louise Shelley, una de las jueces de este año y experta en flujos financieros ilícitos de la Universidad George Mason. “No un líder nacional, sino un individuo corrupto capaz de instigar el terrorismo y violaciones masivas de derechos humanos en diversos conflictos alrededor del mundo”.
Tal arreglo ofrece al Kremlin un nivel útil de negación plausible, lo que le permite usar Prigozhin para trabajos especialmente sucios o delicados. Pero también crea el peligro de que se convierta en su propio centro de poder. Y en los últimos meses, Prigozhin pareció dar pasos en esta dirección, criticando repetidamente al ejército ruso por su desempeño, incluso cuando él y sus combatientes reciben una cobertura entusiasta en la televisión estatal. Ha quedado impune incluso después de iniciar una pelea inusualmente pública con el gobernador de San Petersburgo.
Independientemente de lo que suceda a continuación, Prigozhin seguramente seguirá siendo una figura importante en el mundo del crimen organizado y la corrupción. Con el ejército de Rusia cada vez más mermado y exhausto, puede que sea el “chef de Putin” y sus mercenarios matones los que marquen la diferencia en el campo de batalla en los próximos años.
