En posición precaria la misión anticorrupción en Honduras

 tan sólo unos días de que expire el mandato de una misión regional anticorrupción en Honduras, sus simpatizantes temen que la labor de cuatro años esté agonizando.

Antilavadodedinero / AP

El martes se anunció la renuncia de la jefa interina del organismo, Ana María Calderón, en medio de las negociaciones entre el gobierno hondureño y su patrocinador, la Organización de Estados Americanos, para extender la misión más allá de la fecha límite del 19 de enero.

Pero incluso si se concreta un acuerdo antes de que finalice la semana, no hay una garantía de que la Misión de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (MACCIH) continúe operando.

Cualquier cambio en el acuerdo entre Honduras y la OEA requeriría de la aprobación del Congreso hondureño, que en diciembre pasado aprobó una recomendación para que se descontinuara la misión. Podría continuar como tal con sólo un intercambio de misivas entre el gobierno y la OEA, pero la demora deja entrever que Honduras intenta realizar algunos cambios.

El presidente de Honduras Juan Orlando Hernández invitó a la OEA a formar el grupo en 2015 después de que surgieran demandas públicas para que presentara su renuncia debido a las revelaciones de que el sistema de seguro social del país había sido defraudado por varios millones de dólares. El grupo de abogados e investigadores internacionales se formó para fortalecer las instituciones judiciales hondureñas y ayudarlas a realizar pesquisas sobre corrupción pública.

Pero la MACCIH nunca tuvo el peso ni los recursos que sí tuvo el organismo respaldado por Naciones Unidas en la vecina Guatemala, que fue responsable de llevar a tres expresidentes ante la justicia. De cualquier forma, reveló múltiples redes de corrupción en las que estaban implicados varios legisladores y exlegisladores hondureños.

Los legisladores, sin embargo, trabajaron para impedir las investigaciones e intentaron obstaculizar a la fiscalía para que no progresara en los casos. Redujeron las sentencias legales para delitos de corrupción y prácticamente impidieron al Ministerio Público investigar el uso indebido de fondos públicos durante siete años.

“Lo que pasa es que se ha venido a topar con una jauría de corruptos, a los que se les han tocado los intereses y por eso ahora estamos en esa expectativa de si continúa o no”, dijo Henry Gómez, un auditor de 47 años.

Raúl Pineda Alvarado, un excongresista durante tres periodos y perteneciente al partido de Hernández _ el Partido Nacional de Honduras _, no fue tan optimista. “Si no hay presión internacional, le van a dar la autopsia de la MACCIH”.

Señaló que Hernández podría intentar lucir como el salvador de la misión y achacar su desaparición al Congreso, pero su partido y sus aliados controlan la legislatura.

El fin de la misión podría ser “un triunfo completo para los corruptos”, declaró.

El gobierno de Estados Unidos ha expresado su apoyo a la MACCIH, y el Departamento de Estado ha instado a que la misión continúe sin cambios.

Pero cuando una delegación de legisladores estadounidenses visitó Honduras en agosto pasado, los funcionarios hondureños no se comprometieron a renovar el mandato y existen indicios de que, al menos en la Casa Blanca, las prioridades han cambiado.

Semanas de protestas multitudinarias en contra del gobierno tenían a Hernández en una posición más precaria en ese momento. Y en octubre, su hermano Tony Hernández fue declarado culpable en una corte federal de Estados Unidos por tráfico de cocaína. La fiscalía estadounidense nombró a Juan Orlando Hernández como cómplice, aunque el mandatario negó cualquier participación.

Pero las manifestaciones callejeras cesaron y Hernández firmó un acuerdo de cooperación en materia de asilo con Estados Unidos que permitiría que los solicitantes de asilo de otros países que se presentaran en la frontera de Estados Unidos fueran enviados a Honduras para pedir protección en la nación centroamericana, una medida implementada por el gobierno de Donald Trump para mitigar la presión migratoria.

Las caravanas migrantes que se originaron en Honduras también cesaron, aunque una de ellas partía el miércoles desde San Pedro Sula.

Desde la perspectiva de Estados Unidos, “el enfoque en la corrupción y el estado de derecho ya no es una prioridad debido a que el enfoque está en la migración”, dijo Adriana Beltrán, directora de seguridad ciudadana para la Washington Office on Latin America, un grupo activista por los derechos humanos en América Latina. “Básicamente dio luz verde a los funcionarios corruptos del gobierno para revertir todos los avances en la lucha contra la corrupción”.

Antes de la renuncia de Calderón, incluso algunos simpatizantes de la MACCIH criticaron al organismo por no ir directamente tras Hernández y sus allegados.

Jorge Cálix, un legislador de oposición que se ha postulado como candidato a las elecciones presidenciales de 2021, insinuó que Calderón renunció al darse cuenta de que realmente no se le permitiría ir contra la corrupción en los niveles más altos.

Calderón dijo en Twitter que dejaba el cargo por motivos personales y no reveló más detalles.

Juan Jiménez, el primer director de la MACCIH, dijo que entiende que Calderón, quien fungía como jefa interina, quería que se le nombrara como directora permanente y le quedó claro que eso no iba a suceder.

Pero Jiménez dijo que el futuro de la MACCIH podría estar tan relacionado con las elecciones a la secretaría general de la OEA de marzo próximo como con cualquier suceso que esté ocurriendo en Honduras. Él renunció a principios de 2018, quejándose de que la OEA no proporcionaba recursos suficientes para que la misión fuera efectiva.

Jiménez dijo el martes que debido a que el secretario general actual de la OEA, Luis Almagro, busca la reelección en contra de otros dos aspirantes, Honduras podía pedir cualquier cosa a cambio de su apoyo.

La “MACCIH sería efecto colateral de este proceso”, comentó.

La misión sigue siendo popular entre la sociedad hondureña.

Camilo Bendeck, un abogado de 63 años, dijo que la rendición de cuentas que ha habido en los últimos años, si viene es poca, se debe a la misión.

“Los organismos en Honduras no son creíbles, porque las instituciones han fallado y hemos visto como durante tanto tiempo se han cometido actos de corrupción y no han llevado a los culpables a los tribunales”, señaló. “Si se amplía el acuerdo con la OEA tendremos la seguridad que, por lo menos, se van a tomar en cuenta algunas investigaciones que aún no se han tocado.”

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