Morosidad de la banca: tasas del 14% que distorsionan el riesgo en consumo

La salud de los balances de la banca española mejora, pero con el lastre del crédito al consumo y otros fines, como los preconcedidos o los que se dan sin finalidad. La tasa de morosidad cayó al 4,5% en los préstamos a las familias.

Por El Confidencial/ALD1

Los datos son tozudos en mostrar que la reducción continuada en la tasa de morosidad en hipotecas, que cayó al 3,6%, no se produce en consumo, asentada en 2019 por encima del 5%.

De hecho, el total de morosidad sigue creciendo y alcanzó en el tercer trimestre, según las últimas cifras del supervisor, los 4.785 millones, máximos desde 2014.

El riesgo que muestran las estadísticas está distorsionado porque hay un cajón de sastre amplio, que va oscilando entre 40.000 millones y 60.000 millones de euros, en el que las tasas de morosidad se mueven alrededor del 14%. Y muchos de estos préstamos están en una línea delgada e indefinida entre consumo u otros fines. En este segmento están desde los préstamos para estudios hasta créditos o financiaciones que no exigen finalidad concreta.

Los datos de morosidad en consumo variaron en 244 millones entre el dato provisional y el definitivo, desde los 5.029 millones que publicó el BdE en septiembre hasta los 4.785 millones que publicó esta semana.

Si se suman los dos apartados, el conjunto de préstamos alcanza los 135.208 millones —frente a 508.745 millones para vivienda—.La morosidad, por su parte, está por encima de los 10.000 millones desde 2016, y la tasa de mora roza el 8%.

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