Bernie Madoff pide clemencia para morir fuera de la cárcel

El artífice de la mayor estafa financiera de la historia de EE.UU. asegura que padece una enfermedad terminal.

Antilavadodedinero / ABC

El responsable de la mayor estafa piramidal de la historia pide ahora clemencia. Bernie Madoff, sentenciado a 150 años de cárcel en 2009 por defraudar decenas de miles de millones a miles de inversores de todo el mundo, asegura que sufre una enfermedad terminal y pide que se le libere para vivir sus últimos meses de vida con su familia.

Madoff está en una unidad de tratamiento paliativo en un centro médico penitenciario de Carolina del Sur. La Oficina de Prisiones de EE.UU. ha determinado que le quedan unos 18 meses de vida. Sufre una enfermedad renal, hipertensión, problemas cardiovasculares e hiperparatiroidismo. Necesita diálisis, toma diez tipos diferentes de medicaciones, lleva una férula en la espalda y asegura que apenas duerme por los dolores.

La situación de Madoff, de 81 años, es la última etapa del descenso a los infiernos de quien fuera una de las figura admirada en Nueva York en el cambio de siglo. Madoff era un mago de las finanzas, acogido en los círculos de la alta sociedad y habitual en el estadio de los Mets -uno de los equipos de béisbol de la ciudad-, que llenó los bolsillos de pequeños y grandes inversores. Hasta que los vació. A finales de 2008, se descubrió que era todo un engaño. Sus inversiones no producían grandes retornos, sino que se pagaban con la entrada de nuevo dinero de otros inversores. El pastel se descubrió en diciembre de ese año. Perdieron dinero fortunas ávidas de más, pero también pequeños ahorradores, atraídos por los magníficos beneficios que daba Madoff. Muchos jubilados que habían puesto en sus manos su estabilidad financiera para los últimos años, tuvieron que volver a trabajar. A pesar de los esfuerzos por restituir el dinero perdido, muchos no vieron ni un dólar.

El responsable de la mayor estafa piramidal de la historia pide ahora clemencia. Bernie Madoff, sentenciado a 150 años de cárcel en 2009 por defraudar decenas de miles de millones a miles de inversores de todo el mundo, asegura que sufre una enfermedad terminal y pide que se le libere para vivir sus últimos meses de vida con su familia.

Madoff está en una unidad de tratamiento paliativo en un centro médico penitenciario de Carolina del Sur. La Oficina de Prisiones de EE.UU. ha determinado que le quedan unos 18 meses de vida. Sufre una enfermedad renal, hipertensión, problemas cardiovasculares e hiperparatiroidismo. Necesita diálisis, toma diez tipos diferentes de medicaciones, lleva una férula en la espalda y asegura que apenas duerme por los dolores.

La situación de Madoff, de 81 años, es la última etapa del descenso a los infiernos de quien fuera una de las figura admirada en Nueva York en el cambio de siglo. Madoff era un mago de las finanzas, acogido en los círculos de la alta sociedad y habitual en el estadio de los Mets -uno de los equipos de béisbol de la ciudad-, que llenó los bolsillos de pequeños y grandes inversores. Hasta que los vació. A finales de 2008, se descubrió que era todo un engaño. Sus inversiones no producían grandes retornos, sino que se pagaban con la entrada de nuevo dinero de otros inversores. El pastel se descubrió en diciembre de ese año. Perdieron dinero fortunas ávidas de más, pero también pequeños ahorradores, atraídos por los magníficos beneficios que daba Madoff. Muchos jubilados que habían puesto en sus manos su estabilidad financiera para los últimos años, tuvieron que volver a trabajar. A pesar de los esfuerzos por restituir el dinero perdido, muchos no vieron ni un dólar.

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