Las fuerzas de seguridad de Bielorrusia detuvieron en la madrugada de hoy a 33 supuestos mercenarios de la compañía militar privada rusa conocida como grupo Wagner, que presuntamente tenían la tarea de provocar el caos en el país de cara a las elecciones presidenciales del 9 de agosto próximo.
AntilavadoDeDinero / EFE
Según fuentes de seguridad citadas por la agencia oficial bielorrusa Belta, los servicios secretos fueron informados de la llegada al país de más de 200 mercenarios que tenían la misión de sabotear los comicios presidenciales.
La totalidad de la detenciones, menos una, se llevó a cabo en un sanatorio en las afueras de Minsk.
Según Belta, todos los detenidos son miembros del Grupo Wagner, propiedad del oligarca ruso Yevgueni Prigozhin, cercano al presidente ruso, Vladímir Putin, conocido por su participación en el conflicto en Siria y por el apoyo al Ejército de Liberación Nacional Libio, liderado por el mariscal Jalifa Hafter.
Las autoridades no ofrecieron información sobre el paradero del resto de los mercenarios que presuntamente ingresaron a Bielorrusia.
El grupo llegó al país en la madrugada el 25 de julio y se hospedó en un hotel de la capital bielorrusa, donde permaneció hasta el 27 de julio, tras lo cual se hospedó en un sanatorio de las afueras de Minsk.
La administración del sanatorio señaló que los huéspedes no se comportaban como turistas rusos habituales y vestían al estilo militar.
No consumían bebidas alcohólicas ni participaba en las actividades recreativas, y se mantenían aislados intentando no llamar la atención.
Durante los casi dos días de estancia se dedicaron a «estudiar detalladamente» las instalaciones del sanatorio y las zonas aledañas.
En la madrugada de este miércoles fueron detenidos por una unidad del Comité de Seguridad del país (KGB) apoyado con las fuerzas antidisturbios OMON.
El KGB hizo público un listado de los 33 detenidos, todos ellos ciudadanos rusos, nacidos entre 1971 y 1989, y señaló que el Comité de Investigaciones lleva a cabo en estos momentos las pesquisas correspondientes.
Esta detención aumenta los recelos de Minsk respecto a Moscú, atizados por el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, en los últimos años, y que volvieron a adquirir vigencia tras la detención en junio pasado del exbanquero Víctor Babariko, que aspiraba a convertirse en su principal rival en lo comicios del 9 de agosto.
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En esa ocasión, el mandatario bielorruso indicó que había abortado un «gran plan de desestabilización» del país, detrás del cual estaría Rusia.
Lukashenko también advirtió el pasado 24 de julio durante una visita a la Quinta Brigada de tropas especiales que actualmente las guerras comienzan a partir de las protestas de la población, apoyadas por mercenarios de ejércitos privados.
«Se trata de militares profesionales, bandidos que se entrenan especialmente para esto, fundamentalmente como parte de ejércitos privados en todo el mundo y ganan mucho dinero haciendo provocaciones en distintos países», alertó.