«Ma Baker» la primera mujer en convertirse en líder de un cartel mexicano

Su nombre real es Delia Patricia Buendía, pero se le conoce como la “Ma Baker”. Tepito es testigo de sus grandes hazañas. Medios de comunicación en México la consideran la primera mujer en encabezar un cártel del narcotráfico en el país por haber marcado un hito en la historia criminal antes de la llegada de otras reinas del narco como Sandra Ávila Beltrán, “La Reina del Pacífico”.

AntilavadoDeDinero / Infobae

A la organización de «Ma Baker» se le atribuye haber dejado a finales de la década de los noventa las bases para que operaran importantes cárteles minoristas en el Valle de México, como la Unión Tepito. Llegó a operar más de 100 empresas en las que blanqueaba el dinero de sus actividades ilícitas según se desprende de datos revelados por la Procuraduría de Justicia del Estado de México.

Sus negocios iban desde la venta de drogas en las calles hasta inversiones en autolavados, tiendas de telefonía y espectáculos de lucha libre. Hizo del cártel un negocio familiar en el que integró a su yerno y a sus dos hijas.

La despedida de Tepito

Combinaba su oficio de secretaria con la venta de droga al menudeo en Tepito donde tuvo que disputar la plaza a peligrosos rivales y con más arraigo en las calles. Su poder llegó a ser tal que recibió la protección de policías de distintas corporaciones para eliminar a la competencia y para distribuir su mercancía

En el barrio se le acusaba de una serie de asesinatos tanto de rivales como de policías que no estaban de su lado, sin embargo, un día mandó asesinar a las personas equivocadas y tuvo que salir de Tepito para asentarse en el municipio de Nezahualcoyótl, en el Estado de México, donde su organización se unió con remanentes del Cártel de los Arellano Félix, que en los noventa era uno de los más poderosos del país, lo que la ayudó a adueñarse de la plaza y a convertirse en la cabeza del cártel de Neza.

En el cártel de Neza logró agrupar a policías, expolicías y operadores financieros. Según el semanario Proceso, su existencia y operaciones fueron puestas en duda por las autoridades federales entre los años 2000 y 2002 a pesar de que había dado muestras de ser una de las organizaciones criminales mejor organizadas y con fuertes dominios en el Estado de México y la capital del país.

Se abastecía gracias a grandes cargamentos de cocaína que llegaban al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Uno de los primeros errores de la organización fue la ejecución de Mario Roldán, director adjunto de Enlace Operativo de la desaparecida Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Salud (FEADS).


En 2002, en un lapso de 20 días, la «Ma Baker» y su organización ordenaron la ejecución de otros tres mandos policiacos: Arturo Pérez Estrada, responsable de la base Plata en la delegación Iztapalapa; Guillermo Robles Estrada Liceaga, director de Operaciones Mixtas de la Secretaría de Seguridad Pública de la capital del país, y Nicolás Humberto del Águila Jiménez, agente del Ministerio Público Federal

Para entonces, la organización ya tenía presencia en los estados de Morelos, Querétaro, Puebla, Michoacán y en su red de abastecimiento de drogas había una larga lista de agentes federales. Sólo en la zona de Nezahualcóyotl controlaba más de 500 narcotienditas en las que vendía unas 300.000 dosis de cocaína por mes, según Proceso.

Su red de protección estaba integrada por más de 20 servidores públicos, incluidos un magistrado federal y una juez de distrito.

Pero la suerte de «Ma Baker» terminó el 19 de agosto de 2002, cuando policías ministeriales llegaron a su domicilio, en la calle Poniente 29, en la colonia La Perla, en Neza, acusada de los delitos federales de violación a las leyes federales contra la delincuencia organizada y contra la salud.

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Delia Patricia Buendía fue encarcelada en el penal de Santiaguito, Almoloya de Juárez, acusada de narcotráfico y delincuencia organizada. Además de ser señalada por haber ordenado la ejecución de tres altos mandos de las policía, y de la procuraduría capitalina. Recibió una sentencia de 60 años.

A 17 años de su captura, el cártel de Neza está considerado como una organización criminal casi extinta

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