Las autoridades de Madrid desmantelaron parte de una sofisticada red dedicada al sicariato y el lavado de dinero transnacional, lo que pone sobre la mesa el rol de Madrid como base de poder de grupos criminales con claros vínculos con Latinoamérica y el Caribe.
Antilavadodedinero / insightcrime
El 21 de enero, la Guardia Civil española anunció que las autoridades de Madrid disolvieron una organización criminal dedicada al lavado de dinero del narco, cobro de deudas y sicariato, como resultado de dos años de investigación en colaboración con la DEA y la Europol.
Una serie de allanamientos en varios puntos de esa ciudad dejaron cuatro capturas, más la imputación de otros siete individuos y una empresa legalmente constituida. Durante el operativo, fueron puestas en custodia varias personas de nacionalidades colombiana, venezolana y española.
Según las autoridades, varios integrantes del grupo dirigían una “oficina de cobros”, que contaba con una red de sicarios en todo el país para el cobro de deudas de organizaciones narcotraficantes en toda España. La oficina presuntamente enviaba grandes cantidades de dinero a “importantes carteles de la droga” en Colombia y Perú.
El País reveló cómo operaba el grupo por medio de una firma supuestamente dedicada a la venta de propiedades y vehículos de alta gama. Se dice que los miembros de la red simulaban operaciones comerciales con empresas registradas en Latinoamérica y usaban canales comunes entre los migrantes para el envío de remesas a sus países de origen para lavar las ganancias derivadas del negocio de la droga.
Las autoridades alegaron que las operaciones del grupo eran favorecidas por la prominencia de sus miembros en el hampa.
Según medios informativos, uno de los arrestados es alias ‘El Cucho’ — un miembro respetado entre las cabezas del grupo con un historial de actividades criminales en Colombia—, quien al parecer llevaba una vida de derroche en España, mientras dirigía las operaciones de la oficina de cobro.
A comienzos del año pasado, la Guardia Civil Española detalló cómo las autoridades de Madrid y Valencia habían ayudado a desarticular una red dedicada al narcotráfico internacional y el lavado de dinero. Se dice que exjefes de carteles colombianos de drogas hacían parte de la organización, que tenía una rama especializada en el envío de dinero de la droga a México y Colombia. Se reveló que las autoridades vigilaban tres propiedades que el grupo usaba para almacenar y procesar narcóticos en la región de Madrid.
La prominente interceptación refuerza la noción de la importancia de Madrid como base para facilitar las actividades ilícitas de actores criminales transnacionales que operan entre Latinoamérica y Europa.
Los grupos criminales transnacionales llevan tiempo usando Madrid como centro de almacenamiento de los narcóticos traídos del otro lado del Atlántico para su distribución en Europa. Las mismas organizaciones supervisan operaciones de lavado de dinero de la región, envían el dinero cobrado a los narcos en España para los carteles de Latinoamérica.
Muchos grupos criminales con raíces en Colombia comparten una conexión histórica con Madrid.
Hace cerca de cuatro décadas, uno de los fundadores del Cartel de Medellín, Jorge Luis Ochoa, y el exjefe del Cartel de Cali, Gilberto Rodríguez Orejuela, fueron capturados en Madrid. Ambos habían intentado lavar sus ganancias ilícitas por medio de empresas de bienes raíces en España, según informó El País.
Ochoa había estado colaborando con el capo de la cocaína en España, José Ramón Prado Bugallo, alias “Sito Miñanco”, lo que de hecho consolidó una alianza entre actores criminales de España y Colombia.
Esos nexos se mantienen actualmente. Se dice que la oficina de cobros de El Cucho mantenía nexos con los Urabeños de Colombia, un grupo surgido del movimiento paramilitar del país y que llegó a convertirse en un ejército criminal dominante.
Tentados por los vuelos directos entre Medellín y Madrid, la lengua común y la exención de visado desde 2015 para los colombianos que deseen visitar los países Schengen hasta por 90 días, los actores ilícitos de Colombia han usado Madrid como base de operaciones y como refugio, en algunos casos.
En 2017, InSight Crime informó cómo la Policía Nacional Española capturó a 24 integrantes de un grupo narcotraficante colombiano que habían intentado abrir una nueva ruta marítima para llegar a ese país, luego de que las autoridades identificaran a un reconocido narco que intentaba abrir una oficina permanente en Madrid.
Desde entonces, el rol de España como punto de entrada para la cocaína a Europa sigue atrayendo narcotraficantes. En 2019, la leyenda de que narcosubmarinos colombianos llegaban al continente resultó cierta, cuando se incautó uno de ellos en España.
Madrid también ha sido usada como refugio para los ‘Invisibles’ del hampa colombiana que desean mantenerse en la sombra. El año pasado, InSight Crime reveló cómo el narcoparamilitar Guillermo León Acevedo Giraldo, alias ‘Memo Fantasma’, se daba la gran vida en Madrid, sin ningún impedimento.
Pero la conexión de la ciudad española con el crimen organizado originario del otro lado del Atlántico se extiende mucho más allá de Colombia.
En 2018, el jefe de una organización transnacional narcotraficante, que trabajaba enviando cocaína desde Brasil y Colombia a España e Italia, fue detenido en Madrid luego de que las autoridades brasileñas emitieran una orden de captura internacional. El capo había escalado hasta ascender a los escalones más altos de la sociedad madrileña, haciéndose pasar como empresario de artes y cultura para generar contactos.
Y un contador de los Zetas, de México, Juan Manuel Muñoz Luévano, alias ‘El Mono’, vivía en los barrios de Las Tablas y La Moraleja, donde coordinaba el traslado de cocaína desde España hasta el resto de Europa antes de su detención, según ABC.
Aparte de eso, la Madridha sido un bastión de pandillas locales de origen latinoamericano, entre ellas los Trinitarios y los Dominicans Don’t Play (DDP), de República Dominicana, así como los Ñetas y los Latin Kings, arraigados originalmente en Ecuador. A finales de 2019, El Mundo relató cómo fue la escalada en todo Madrid de actos violentos cometidos por esas pandillas.