Conozca el récord histórico en el comercio de EE.UU. y China

El comercio bilateral entre EE.UU. y la República Popular de China aumentó un asombroso 61,3% en el primer trimestre del año, y llegó a U$S165.000 millones, récord histórico absoluto.

Antilavadodedinero / Clarin

Significa que el vínculo bilateral entre las dos superpotencias supera al de todos los otros grandes socios comerciales de China, incluyendo la ASEAN (Asociación de Países del Sudeste Asiático), la Unión Europea (UE), y Japón.

El déficit comercial de EE.UU con la República Popular trepó a U$S82.000 millones en los primeros tres meses de 2021, lo que implica que se amplió en más de U$S15.000 millones en marzo.

El auge fenomenal de las exportaciones chinas el mes pasado indican ante todo la recuperación plena de la economía norteamericana, que se ha expandido 18,3% anual en el primer trimestre del año como consecuencia directa de la apertura generalizada de sus actividades productivas y de servicios, que ha sido provocada por la vacunación masiva de su población de 330 millones de habitantes con un promedio de 4,5 millones de inoculados diarios, que hacen un total de 160 millones hasta la primera semana de abril.

A este ritmo más de 70% de los norteamericanos estarían inmunizados en mayo/junio de este año.

La tremenda potencia exportadora de la República Popular adquiere toda su dimensión si se advierte que el renminbi se encuentra apreciado en más de 60% respecto al dólar estadounidense; y que las cifras récord de ventas externas han ocurrido mientras se mantiene la plena vigencia de las sanciones comerciales impuestas por Donald Trump en julio de 2019.

Estas supertarifas implican una sobrecarga en los costos de los productos chinos de más de 25% / 30% sobre el promedio de los aranceles norteamericanos.

Claramente, las ventajas competitivas – productividad, innovación, nivel de ahorro doméstico – están colocadas inequívocamente del lado chino, al tiempo que acentúan la extraordinaria complementariedad, que es la raíz de su integración estructural, existente entre las dos mayores economías del mundo.

El capitalismo del siglo XXI, liderado por EE.UU. y la República Popular, es un sistema absolutamente integrado y exclusivamente regido por las leyes de la competitividad (productividad) e innovación. Se trata de un sistema hipercapitalista al punto de alcanzar y superar sus límites históricos.

El intercambio entre China y los 14 países de la ASEAN – que hoy es su principal socio comercial – aumentó 26,1% en el primer trimestre del año, en tanto que el comercio con la UE trepó 36,4% en este periodo, prácticamente la mitad del alza notable experimentada con el socio estadounidense.

Para ubicar el auténtico significado de China en el intercambio global hay que subrayar su condición de principal socio comercial de 144 países en el mundo de los 192 reconocidos por Naciones Unidas; y por eso responde por 35% del alza de la economía mundial en 2021, mientras que EE.UU., que es la primera economía del mundo es responsable por solo 15% del auge total.

Lo esencial es reconocer que el vínculo entre las dos superpotencias tiene un carácter estructural, que surge de su participación en el sistema integrado transnacional de producción, en que las transnacionales norteamericanas son 44% del total, en tanto que las firmas chinas son 25%.

Las compañías globales estadounidenses, encabezadas por las 100 principales, exportaron a China U$S165.000 millones el año pasado, pero el dato estratégico a retener es que venden en el mercado doméstico chino 4 veces más de lo que exportan; y ahora se les ha abierto la totalidad de los mercados de la República Popular, en primer lugar los decisivos en términos de la acumulación capitalista que son el bursátil y el financiero.

Hay que subrayar que las exportaciones chinas a EE.UU. se elevaron 74,7% en el primer trimestre de este año, en tanto que las importaciones norteamericanas de la República Popular treparon 69,2%. Estas cifras indican que el intercambio bilateral entre las dos superpotencias crecería este año 30% o más en términos de volumen, y un porcentaje superior – quizás de 20% – si se lo mide por valor.

La relación entre EE.UU. y China fue definida por el gobierno de Donald Trump (“Estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU”/diciembre de 2017) como de competencia y cooperación al mismo tiempo, sobre la premisa de que en este vínculo se encuentra el núcleo del poder mundial en el siglo XXI.

Los datos del comercio bilateral entre EE.UU. y China del priemr trimestre de este año son reveladores del grado de cooperación existente entre las dos superpotencias, e indican la integración profunda e irreversible del sistema capitalista en esta época histórica.

La política internacional es un mundo de realidades, no de ideologías; y sobre la premisa de que la realidad es la única verdad, y por lo tanto siempre tiene razón, estas verdades están cargadas de sentido que se dirige en forma inequívoca hacia un mundo absolutamente integrado en que está en discusión a través del conflicto, como no puede ser de otra manera, la construcción de una autoridad política mundial, como advirtió en su momento el Papa Ratzinger y ratificada posteriormente por el Papa Bergoglio.

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