Hay que insistir en el tema de una nueva tipificación, ampliación, y creación de un catálogo de nuevos delitos cibernéticos, que hoy no están considerados en ninguno de los códigos penales federales y locales en los gobiernos estatales.
Antilavadodedinero / Merca20
Tal vez el principal problema de enfrentar el tema de la Ciberseguridad es la indiferencia con la que se trata el tema, muchos dueños de PYMES y también de grandes empresas dejan en un lugar secundario en sus inversiones y presupuestos el tema de ciberseguridad por no considerarlo una prioridad y por desconocimiento del tema.
En mi experiencia personal, me pasa cuando abordas este tema, tanto en instituciones públicas como privadas, el desconocimiento de la protección de datos, el tener servidores seguros, candados, softwares, servidores proxy, encriptar cuentas, suena un tanto confuso.
No existe de hecho en México, una cultura que propicie que las empresas y comercios cuenten con las mejores prácticas para afrontar este delito.
Las grandes empresas no deben escatimar en gastos que apoyen la ciberseguridad de sus clientes y negocios, recordando que es el eslabón más débil al que se dirigen los ataques.
Según Alejandro Pineda, quien ha colaborado 40 años en BBVA, para las pymes y los emprendedores que no cuentan con grandes recursos para mejorar sus procesos de seguridad, existen excelentes alternativas de las que pueden disponer, y que les permitirán seguir impulsándose de manera segura en el comercio digital a un bajo costo.
Además, con el fenómeno de la pandemia del COVID-19 no solo ha habido los cambios en salud, sino que se aceleraron procesos tecnológicos, lo que ha sido un factor para poner en evidencia las necesidades de una Ley de Ciberseguridad que, por un lado, proteja la infraestructura crítica que mantiene el orden social y económico, sustentando la industria de las telecomunicaciones, las cadenas de suministros, la banca y hasta los servicios del gobierno.
He insistido en el tema de una nueva tipificación, ampliación, y creación de un catálogo de nuevos delitos cibernéticos, que hoy no están considerados en ninguno de los códigos penales federales y locales en los gobiernos estatales.
Los legisladores tendrían que asumir este compromiso de investigación, documentación y legislación. El sector empresarial, tiene que estar alerta también, ahí donde la rápida transformación digital también ha ido develando brechas de ciberseguridad en tres grandes rubros: transacciones seguras e íntegras de punto a punto, la protección de la identidad digital y la privacidad de los datos.
Desde 2011, México ocupó el vergonzoso primer lugar en ciberataques en toda Latinoamérica y el tercero a nivel mundial, seguimos siendo blanco atractivo del cibercrimen, durante el primer semestre de 2022, se han detectado 80,000 millones de intentos de ciberataques, de acuerdo con el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index).
El futuro nos alcanzó y quien no tenga una transformación digital segura, será víctima de ciberataques que, por su grado de disrupción, obliguen a salir del mercado a las organizaciones por la incapacidad para seguir funcionando y proveyendo productos y servicios con los niveles de compromiso previamente acordados y adquiridos.
El sector financiero, es otro que ya ha enfrentado casos, y tiene una crisis en este aspecto de seguridad cibernética, aunque pocos lo reconocen, de esto nos habla Manuel Alejandro Moreno Liy, cuando nos dice que, en julio de este año, el Centro de Respuesta a Incidentes de México, alertó sobre la posible actividad intrusiva en bases de datos de los Bancos Invex, Santander e Inbursa, e, incluso de Grupo Sanborns.
En total, se hablaba de la filtración y venta mediante una cuenta de la red social Twitter de más de un millón de registros de usuarios.
Seguiremos insistiendo en el tema, con cursos de capacitación, contenidos, donde llamemos la atención en el delicado tema de ciberseguridad, antes que se convierta en un problema de seguridad nacional.
