El presidente francés, Emmanuel Macron, se enfrenta a una crisis de credibilidad en el seno de su Gobierno después de que su ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti, y su mano derecha y jefe de gabinete, Alexis Kohler, se hayan visto implicados en sendos casos de corrupción. Concretamente, se les acusa de «conflicto de intereses».
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A Dupond-Moretti se le achaca el uso de su cargo para presuntamente ajustar cuentas con magistrados con los que había tenido enfrentamientos en el pasado, cuando era un famoso abogado penalista. Se convertirá, por tanto, el primer ministro de Justicia en ser procesado en la Quinta República durante el ejercicio de sus funciones.
El Tribunal de Justicia de la República (CJR), el único competente para juzgar a los miembros del Gobierno francés, será el encargado de dictaminar en el caso de Dupond-Moretti, que niega los delitos y no tiene intención de dimitir. Sus abogados han presentado un recurso de casación para tratar de evitar que se siente en el banquillo. De ser hallado culpable, podría afrontar una condena de hasta cinco años de prisión, el pago de una multa de 500.000 euros y una pena de inelegibilidad.
Los dos principales sindicatos de jueces franceses -la Unión Sindical de Magistrados (USM) y el Sindicato de la Magistratura (SM)– presentaron en diciembre de 2020 una denuncia contra Dupond-Moretti, a la que también se sumó la asociación anticorrupción Anticor. Acusan al ministro de «abuso de sus funciones». Consideran que utilizó su cargo «con fines personales» al haber iniciado diligencias disciplinarias contra magistrados que habían tratado asuntos que le afectaban personalmente a él o a sus clientes.
Al titular de Justicia se le atribuye haber ordenado en septiembre de 2020 la apertura de un expediente administrativo contra tres magistrados de la Fiscalía Nacional Financiera. Éstos habían ordenado revisar el registro de llamadas de una decena de abogados, entre ellos el propio ministro, relacionados con un caso de tráfico de influencias por el que fue juzgado el expresidente Nicolas Sarkozy.
«Maniobras políticas»
Dupond-Moretti, uno de los hombres fuertes del gobierno galo, también es acusado de abrir diligencias administrativas contra un juez de instrucción que había inculpado a uno de sus clientes en Mónaco cuando era abogado. El ‘Guardián de los Sellos’, como también llaman en Francia al ministro de Justicia, acusa a su vez a los sindicatos de magistrados de «maniobras políticas» para dañarle.
Fue nombrado ministro de Justicia en julio de 2020 por Macron. Antes había sido un mediático abogado penalista. Su nombramiento, aplaudido por sus colegas de profesión, fue considerado «una declaración de guerra» por los magistrados, a los que insultaba con frecuencia cuando era un picapleitos.
El «ogro de la justicia», como la prensa le llama, defendió, cuando era abogado, a presuntos asesinos, a corruptos, al futbolista Karim Bezema, a controvertidos hombres de negocios como Bernard Tapie, al rey de Marruecos Mohamed VI y al hermano del terrorista Mohamed Mera, entre otros. También formó parte del equipo de defensa internacional de Julian Assange, el activista de Wikileaks.
Al escándalo en torno a Dupond-Moretti, uno de los hombres fuertes del Gobierno galo y nombrado ministro de Justicia en julio de 2020 por Macron, se sumó ayer el procesamiento formal de Kohler. El secretario general del Elíseo ha sido acusado por la Fiscalía nacional de delitos financieros por un conflicto de intereses derivado de sus presuntos vínculos con el armador ítalo-suizo MSC.