El ministro de Justicia belga, Vincent Van Quickenborne, se reunió en Washington con su homólogo estadounidense, Merrick B. Garland.
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Bélgica y EE. UU. ya llevan tiempo trabajando juntos en el ámbito de la justicia, en particular en la lucha contra el crimen organizado, el narcotráfico y el terrorismo. Los dos países también sostuvieron conversaciones esta semana sobre la cooperación en la investigación y enjuiciamiento de los crímenes de guerra cometidos por Rusia en Ucrania.
Bruselas y Washington quieren fortalecer aún más su cooperación. Se acordó mejorar el intercambio transatlántico de información, aseguró el ministro belga Van Quickenborne. “Para desestabilizar aún más el crimen organizado y el narcotráfico, negar a los criminales violentos un refugio seguro y combatir el terrorismo nacional e internacional”.
Invitó a los estadounidenses a participar el próximo abril en la consulta de la coalición antidrogas en Amberes. “Esta cooperación de seis países europeos en la lucha contra el crimen organizado ciertamente puede beneficiarse de un socio fuerte como Estados Unidos en la mesa de negociaciones”, aseguró además el ministro liberal.
Van Quickenborne también se reunió el jueves con el director del FBI, Christopher Wray, y la administradora de la Agencia Antidrogas de EE. UU. (DEA), Anne Milgram.
“Cuando se trata de seguridad, Estados Unidos es nuestro socio más importante. En el día a día, trabajamos en estrecha colaboración con los EE. UU.”, dio la bienvenida el belga.
Su homólogo estadounidense también elogió la cooperación entre los dos países. “Nuestra capacidad para combatir el crimen internacional y proteger a los estadounidenses contra todas las amenazas depende de la capacidad de nuestros socios internacionales… Como tal, Bélgica es un socio policial invaluable para los Estados Unidos”, dijo el Sr. Garland.
