Gloria Chavez, jefa de la policía fronteriza en el Valle del Río Grande, Texas, tenía motivos para celebrar el 2 de diciembre de 2022. Sus agentes acababan de descubrir un cargamento de drogas –fentanilo– escondido en forma líquida en el tanque de gasolina de un automóvil. “¡Esta cantidad letal sería suficiente para matar a una población de 5.665 millones de personas, que es dos veces y media el tamaño de Houston! », dijo.
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Detrás de esta puntual y legítima satisfacción se vislumbra un desastre nacional. Se trata de barrios chic, así como de las áreas urbanas más empobrecidas, así como de los rincones más remotos del país.
En Estados Unidos, cada siete minutos, en promedio, una persona muere por los efectos del fentanilo. Esta droga de diseño económica, creada originalmente para aliviar a los pacientes con cáncer, es cincuenta veces más mortal que la heroína y cien veces más mortal que la morfina.
Se distribuye en todas sus formas: líquido, polvo, comprimidos. Desde este verano, la policía antidrogas (Drug Enforcement Administration, DEA) alerta sobre su marketing en una versión multicolor para seducir a un público más joven e ingenuo. En 2022, la DEA incautó cerca de 379 millones de dosis de fentanilo, un máximo histórico que es escalofriante considerando la magnitud de la mercancía en circulación.
En total, según las autoridades sanitarias, en 2021 se registraron 107.622 muertes por consumo de drogas, de las cuales el 66% estuvo ligado al fentanilo. Los principales importadores son dos redes criminales mexicanas rivales, el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, una de las cinco organizaciones más peligrosas del mundo, según el Departamento de Justicia de EE.UU.
Antes de inundar Estados Unidos, estos grupos ya no necesitan mantener las plantaciones y depender del buen clima, como ocurre con la marihuana o el opio. Adquieren los componentes químicos en China y luego fabrican las pastillas en sus laboratorios clandestinos. El transporte a través de la frontera requiere un modus operandi estándar.
En cuanto a la ocultación, es cuestión de atrevimiento e ingenio: estas pastillas se han encontrado notablemente en cajas de Lego o cocos. El precio de venta varía según la ubicación, pero generalmente está en caída libre, debido a la explosión de la oferta.
Administración de Biden acusada de negligencia criminal
En una notable investigación de varias partes, el El Correo de Washington recientemente volvió sobre todo este viaje. El diario destacó los principales errores cometidos por las sucesivas administraciones.
“El Departamento de Seguridad Nacional, cuyas agencias son responsables de detectar drogas ilegales en las fronteras de la nación, no ha intensificado las tecnologías de escaneo e inspección en los cruces oficiales, sino que ha gastado $11 mil millones [10,3 milliards d’euros] a construir un muro fronterizo que hace poco para detener a los traficantes de fentanilo”explicó el diario,
