La condena de Genaro García Luna ha sido celebrada como un gran triunfo por los fiscales estadounidenses. El Departamento de Justicia, del que dependen, ha emitido un comunicado subrayando que, tras ser declarado culpable de cinco delitos, recibirá una sentencia de un mínimo de 20 años en prisión y un máximo de cadena perpetua.
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Pero, por encima de eso, la acusación ha cargado contra él como “un traidor a su país” que recibió dinero “manchado de sangre” para proteger a los asesinos que debía perseguir.
El comunicado del Departamento de Justicia de Estados Unidos recoge las duras palabras de Breon Peace, fiscal para el Distrito Este de Nueva York, la jurisdicción ante la que ha sido juzgado Genaro García Luna, que fue secretario de Seguridad Pública de México de 2006 a 2012: “García Luna, que una vez estuvo en la cúspide de la aplicación de la ley en México, ahora vivirá el resto de sus días habiendo sido señalado como un traidor a su país y a los miembros honestos de la aplicación de la ley que arriesgaron sus vidas para desmantelar los carteles de la droga”, ha declarado Peace.
Y ha añadido: “Es inconcebible que el acusado traicionara su deber como secretario de Seguridad Pública al aceptar con avaricia millones de dólares en sobornos manchados con la sangre de las guerras de los carteles y las batallas relacionadas con las drogas en las calles de Estados Unidos y México, a cambio de proteger a los asesinos y traficantes que solemnemente juró investigar. El veredicto de hoy es una luz brillante para el estado de derecho, el bien sobre el mal, y la justicia sobre la injusticia para todos aquellos que han sufrido como resultado de los deplorables crímenes del acusado”.
En la misma línea se ha manifestado la jefa de la DEA, la agencia antidroga de Estados Unidos, Anne Milgram: “La condena de hoy de Genaro García Luna demuestra claramente que la DEA no se detendrá ante nada para perseguir a los funcionarios políticos corruptos que se dedican al narcotráfico y la violencia”, ha dicho. “Este caso reafirma la dedicación de la DEA a perseguir y llevar ante la justicia a quienes permiten al cartel criminal de Sinaloa inundar Estados Unidos de drogas mortales que están matando a estadounidenses a un ritmo sin precedentes. Debería enviar un mensaje claro —a todos los líderes políticos del mundo que comercian con posiciones de influencia para favorecer el crimen organizado transnacional— de que la DEA perseguirá sin descanso a las organizaciones de narcotraficantes que amenazan la seguridad y la salud del pueblo estadounidense”, ha concluido.
Según se ha demostrado a lo largo de cuatro semanas de juicio, el acusado utilizó sus cargos oficiales para ayudar al violento cartel de la droga de Sinaloa a cambio de millones de dólares en sobornos. La conducta de García Luna incluía facilitar el paso seguro de los cargamentos de droga del cartel, proporcionar información sensible sobre las investigaciones de las fuerzas de seguridad sobre el cartel y ayudar al grupo de Sinaloa a atacar a organizaciones de la droga rivales, facilitando así la importación de cantidades de varias toneladas de cocaína y otras drogas a Estados Unidos.
Un jurado federal de Brooklin le ha declarado este martes culpable de violaciones de la ley relacionadas con drogas, conspiración para la distribución internacional de cocaína, conspiración para distribuir y poseer cocaína con intención de distribuirla, conspiración para importar cocaína y hacer declaraciones falsas.
Las pruebas han incluido testimonios de antiguos miembros de alto rango del Cartel de Sinaloa con conocimiento directo de las actividades corruptas del acusado. García Luna hizo que la policía federal actuase como guardaespaldas y escolta del cartel, permitiendo a sus miembros llevar uniformes e insignias de policía, y ayudaba a descargar cargamentos de cocaína de los aviones en el aeropuerto de Ciudad de México, para luego entregar la cocaína al cartel. García Luna cobraba en fajos de billetes de hasta 10.000 dólares en billetes de 100 metidos en maletas, maletines y bolsas de lona. Las cantidades de los sobornos aumentaron a lo largo de los años a medida que el cartel de Sinaloa crecía en tamaño y poder gracias a la ayuda del ahora declarado culpable.
“Las organizaciones criminales no pueden funcionar al nivel del cartel de la droga de Sinaloa sin el apoyo de políticos y funcionarios corruptos como Genaro García Luna, que les ayudan e instigan. García Luna, funcionario público de confianza, utilizó su cargo oficial para ayudar a este violento cartel de la droga a cambio de millones de dólares en sobornos”, ha señalado Iván J. Arvelo, agente especial a cargo del departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional de Nueva York.
Arvelo subraya que funcionarios corruptos como García Luna crean un entorno de trabajo peligroso para las fuerzas del orden estadounidenses, que a menudo comparten información sensible con el Gobierno mexicano para detener el flujo de narcóticos peligrosos hacia Estados Unidos. “García Luna no solo traicionó a su cargo, a su pueblo y a su país, sino que sus acciones facilitaron la importación de toneladas de drogas ilícitas a Estados Unidos”, ha añadido el agente especial.