Estados Unidos y sus socios impusieron sanciones a 22 personas y 104 entidades con puntos de contacto en más de 20 países o jurisdicciones, incluidas empresas que importan, envían o fabrican componentes electrónicos, semiconductores y microelectrónica a Rusia.
Washington apunta a la evasión de sanciones por parte de Rusia, a sus futuros ingresos energéticos y a las cadenas de suministro de la industria militar, imponiendo sanciones a más de 300 objetivos.
La medida se produce el primer día de la cumbre del G7 en Japón, de tres días de duración, y supone las últimas sanciones y controles a la exportación contra Moscú, que han afectado a miles de objetivos e impuesto fuertes restricciones a Rusia.
«Las acciones de hoy afectarán más la capacidad de Putin para llevar a cabo su invasión y harán avanzar nuestros esfuerzos globales para cortar los intentos rusos de evadir las sanciones», dijo la Secretaria del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, en un comunicado.
Estados Unidos y Europa impusieron sanciones económicas a Rusia inmediatamente después del inicio de la guerra el año pasado y desde entonces no han dejado de aumentar la presión, apuntando a Putin y a funcionarios cercanos a él, al sector financiero y a los oligarcas rusos.
Sin embargo, según los expertos, Washington aún podría imponer sanciones más duras: aunque las medidas han golpeado a la economía rusa, hasta ahora no han logrado impedir que Putin prosiga una guerra que ha matado a decenas de miles de personas y convertido ciudades en escombros.