Se trata de Miguel Alpizar, quien fue asesinado por sicarios en el norte de Bogotá. Fuentes policiales señalan que el crimen está enmarcado en una vieja vendetta entre mafiosos de vieja data que se libra a plena luz del día en la capital del país desde hace al menos cinco años.
El pasado 19 de octubre, José Miguel Alpízar, un ganadero español condenado por lavado de activos, fue asesinado al norte de Bogotá. Las primeras versiones apuntan a que el crimen tiene que ver con una vieja vendetta entre antiguos capos narcotraficantes en la capital del país que se viene librando a plena luz del día en Bogotá sin que ninguna autoridad local o nacional pueda detenerla.
La última víctima de esta purga mafiosa fue Edgar Paéz, presidente del club de fútbol Tigres y que en el pasado también habría sido cercano a capos narcotraficantes como don Lucho (asesinado en Bogotá en junio de 2021) y el Loco Barrera, extraditado a Estados Unidos en 2012.
Alpizar habría regresado hace cinco años a Bogotá, sin detallar en qué país estuvo, y que, desde entonces, se desempeñaba como comerciante en el sector ganadero. Por otro lado, el hombre también habría estado implicado en el asesinato de David Javier Fernández Barrero, de 54 años, ocurrido en octubre de 2022. Al parecer, la víctima hacía parte de una lista que fue elaborada en el interior de la cárcel La Picota, en la que, al parecer, se registraron nombres de personas que tenía un pasado criminal y que debían ser asesinadas, señala el diario El Tiempo.
“Hay varios exsocios y rivales que ya están sentenciados por un sector de narcoesmeralderos que, desde La Picota, elaboró una lista de 20 personas a asesinar”, señaló en su momento una fuente al medio citado. Estos hechos han sucedido en un contexto muy particular y violento. Por ejemplo hace un par de semanas también las autoridades capturaron a una testaferra del Loco Barrera.
Después de su captura y posterior a su extradición (la del Loco Barrera), investigadores de la DIJIN continuaron haciendo seguimiento a personas que estarían manejando los dineros ilícitos del capo narcotraficante, logrando identificar y capturar a Raquel Stella Valenzuela Sandoval, quien deberá responder ante las autoridades competentes por los delitos de lavado de activos en concurso heterogéneo con enriquecimiento ilícito de particulares.
La investigación permitió conocer que la modalidad utilizada para el lavado de activos por parte de esta persona, consistía en la comercialización de lujosos bienes muebles e inmuebles en los departamentos de Bogotá y Cundinamarca; cabe resaltar que dentro de los análisis contables realizados por expertos de la DIJIN, Valenzuela Sandoval habría lavado más de mil ochocientos millones pesos, determinándose un incremento patrimonial injustificado por dineros obtenidos de la participación de actividades relacionadas con el narcotráfico de alias “El Loco Barrera”.
Ese grupo criminal, el del Loco Barrera, tmabién era liderado por Julio Lozano Pirateque, Luis Caicedo, alias Don Lucho, quienes fueron extraditados entre 2012 y 2013. Lo que se sabe sobre Édgar Páez es que, entre 2004 y 2007, invirtió en el club de fútbol Santa Fe, por invitación del entonces y actual presidente del equipo cardenal, Eduardo Méndez, quien también fue condenado por obstruir a la justicia estadounidense. Cuando los tres colombianos fueron extraditados a Estados Unidos, el Departamento del Tesoro y la Policía colombiana sostuvieron que el club fue usado para lavar dineros.
Sin embargo, judicialmente el equipo no tuvo consecuencias legales. Incluso, el propio Páez tuvo un proceso de extinción de dominio por estos hechos, pero las pruebas recolectadas por la Fiscalía no fueron suficientes para la justicia. Desde entonces el nombre del dirigente deportivo asesinado no aparecía en los expedientes judiciales.
Los Caicedo, alias “el Patrón” y la fichas de Hernando Sánchez
Al igual que el presidente de Tigres, en los últimos cinco años y a plena luz del día han sido asesinados antiguas fichas de esa mafia que dominó la capital y sus zonas aledañas. En julio de 2021, una de las más sonadas víctimas de lo que sería una purga mafiosa fue el propio Luis Caicedo, quien terminó asesinado por sicarios en el sector de Pablo Sexto. El también exagente del CTI volvió a Colombia en total silencio unos años antes, luego de cumplir su pena en Estados Unidos, junto al Loco Barrera y Julio Lozano Pirateque, de quien hoy las autoridades colombianas presumen participó en este crimen y hoy coordinaría desde Dubai una red de narcotráfico y lavado de activos.
En 2021, Noticias Caracol publicó un audio en el que se escuchaba a Otoniel, entonces líder del Clan del Golfo, revelando que Julio Lozano Pirateque fue uno de los determinadores del asesinato del capo narcotraficante Luis Caicedo. “Para comentarle algo de lo que se está haciendo y ponga a la gente a la expectativa de los trabajos. Tiene conocimiento de lo que se hizo en Bogotá, el viejo Luis Caicedo (alias Don Lucho). Lo entregó el mismo socio de él: Julio Lozano. Ellos eran socios (…) Lo traicionó el socio. Puso la información”, se escucha a Otoniel en el audio revelado. Pirateque, además, salió salpicado en otro expediente judicial por ser el dueño del laboratorio de cocaína encontrado en la finca del exembajador en Uruguay Fernando Sanclemente.
Otro de los recientes asesinatos que tuvo gran revuelo fue el de Claudio Javier Silva Otálora, alias el Patrón, un hombre que también fue cercano a la directiva del Santa Fe durante la primera administración de Méndez. El hombre, señalado de ser cercano a los zares esmeralderos, como Víctor Carranza y Hernando Sánchez, fue asesinado en noviembre de 2022 en el barrio Mazurén por hombres fuertemente armados. Silva Otálora, quien igual fue agente del DAS y del CTI, en los últimos años mantuvo un bajo perfil, pero conservaba un profundo respeto en el bajo mundo. Su homicidio y el fallido intento de asesinarlo (en julio de 2022) sorprendieron a las autoridades y a las mafias porque “solo alguien muy pesado en el crimen organizado se atrevería a matarlo”, explicaron a este diario fuentes cercanas al proceso.
Tan solo tres meses después, en febrero de 2023, otro miembro de la junta directiva fue asesinado cuando se dirigía a una reunión con el presidente de Santa Fe, Eduardo Méndez. El también exagente del CTI Juan Francisco Caicedo, hermano de Don Lucho, fue asesinado en la localidad de Barrios Unidos. Esos asesinatos, junto a otros perpetrados contra subalternos de esmeralderos, tienen nerviosos a otros viejos capos del narcotráfico que pasaron de agache en el pasado cuando Pirateque, el Loco Barrera y otros terminaron ante los estrados judiciales estadounidenses. Además, esmeralderos le han contado a este diario que hay varios narcotraficantes que estarían comprando sus minas para lavar los dineros a través del mercado de las esmeraldas.
Judicialmente, el hilo conductor de estos crímenes sigue sin esclarecerse y ni el gobierno Duque ni el de Gustavo Petro han podido frenar esa seguidilla de asesinatos en la capital del país, todos enmarcados en una guerra fría que revive viejas cuentas pendientes de las mafias narcoesmeralderas.