Ley de despenalización de drogas en EE.UU, es rechazada por crisis del fentanilo

Una ley de Oregon, primera de su tipo en el país, que despenalizó la posesión de pequeñas cantidades de heroína, cocaína y otras drogas ilegales y puso el énfasis en el tratamiento de la adicción, enfrenta fuertes vientos en contra en ese estado, de tendencia progresista, después de un aumento significativo del consumo de drogas en público, impulsado por la proliferación del fentanilo, y un incremento de las muertes por los opioides, incluidas las de niños.

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«Que para la gente sea imposible vivir a diario sin encontrarse con el consumo de drogas en público es un tema apremiante para los residentes de las zonas urbanas», dijo John Horvick, vicepresidente de la firma encuestadora DHM Research. «Eso ha cambiado mucho la percepción sobre Medida 110».

Cuando la ley fue aprobada por el 58% de los votantes de Oregon hace tres años, sus partidarios defendieron la Medida 110 como un enfoque revolucionario que transformaría la adicción, al minimizar las penas por el uso de drogas e invertir los recursos en la recuperación de los adictos.

Pero incluso los principales legisladores demócratas que respaldaron la ley, que probablemente dominará la próxima sesión legislativa, dicen que ahora están abiertos a revisarla después del mayor incremento de muertes por opioides sintéticos entre todos los estados que han reportado esas cifras.

El ciclo de adicción a las drogas y falta de vivienda provocado por el fentanilo es más visible en Portland, donde no es raro ver a personas inyectándose a plena luz del día en las concurridas calles de la ciudad.

Que para la gente sea imposible vivir a diario sin encontrarse con el consumo de drogas en público es un tema apremiante para los residentes de las zonas urbanas

«Todo está sobre la mesa», afirmó la senadora estatal demócrata Kate Lieber, copresidenta de un nuevo comité legislativo conjunto creado para abordar la adicción. «Tenemos que hacer algo para asegurarnos de que tengamos calles más seguras y salvar vidas».

La Medida 110 destinó los ingresos del impuesto estatal al cannabis a servicios de tratamiento por adicción a las drogas, al tiempo que despenalizó la posesión de cantidades de drogas ilícitas consideradas para «uso personal». La posesión de menos de un gramo de heroína, por ejemplo, sólo está sujeta a una multa máxima de 100 dólares.

A quienes son sorprendidos con pequeñas cantidades de drogas pueden eliminar su citación judicial si llaman a una línea directa de 24 horas, para pasar una prueba de detección de drogas en un plazo de 45 días, pero quienes deciden no pasar el chequeo no son penalizados por no pagar la multa.

En el primer año después de que la ley entró en vigor, en febrero de 2021, solo el 1% de las personas que recibieron citaciones por posesión buscaron ayuda a través de la línea directa, reveló una auditoría estatal.

Los críticos de la ley dicen que esto no crea un incentivo para buscar tratamiento.

Los legisladores republicanos han instado a la gobernadora demócrata, Tina Kotek, a convocar una sesión especial para abordar el tema antes de que la Legislatura se vuelva a reunir en febrero. Han propuesto sanciones más severas por posesión y otros delitos relacionados con las drogas, como tratamiento obligatorio y flexibilización de las restricciones para retener a las personas bajo la influencia de narcóticos en instalaciones como hospitales, si representan un peligro para ellos mismos o la comunidad.

«El tratamiento debería ser un requisito, no una sugerencia», dijo un grupo de representantes estatales republicanos en una carta a Kotek.

Funcionarios encargados de hacer cumplir la ley que han testificado ante el nuevo comité legislativo sobre adicciones han propuesto restablecer la posesión de drogas como un delito menor de clase A, que es castigado con hasta un año de cárcel o una multa de 6,250 dólares.

«No creemos que volver al encarcelamiento sea la respuesta, pero restablecer un delito menor (clase A) por posesión […] es de vital importancia», afirmó ante el comité Jason Edmiston, jefe de policía de la pequeña ciudad rural de Hermiston, en el noreste de Oregon.

Sin embargo, los datos muestran que décadas de penalización de la posesión de drogas no han disuadido a las personas de consumirlas. En 2022, casi 25 millones de estadounidenses, aproximadamente el 8% de la población, reveló que había consumido drogas ilícitas distintas de la marihuana durante el año anterior, indicó la Encuesta Nacional anual sobre Uso de Drogas y Salud.

Algunos legisladores han sugerido centrarse en penalizar el uso público de drogas en lugar de su posesión. Alex Kreit, profesor asistente de Derecho en la Universidad Northern Kentucky y director de su Centro sobre Leyes y Políticas sobre Adicciones, comentó que tal enfoque podría ayudar a frenar el consumo visible de drogas en las calles de la ciudad, pero no abordaría lo que en gran medida se considera la causa fundamental: la falta de vivienda.

«Hay estados que no han despenalizado y tienen los mismos problemas de salud pública, orden y calidad de vida, relacionados con grandes números de personas sin hogar en el centro de la ciudad», afirmó y puso a California como ejemplo.

Los partidarios del enfoque de Oregon dicen que la despenalización no es necesariamente la culpable, ya que otros estados con leyes de drogas más estrictas también han informado de aumentos en las muertes por fentanilo.

Pero las estimaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos muestran que, entre los estados que revelaron datos, Oregon tuvo el mayor aumento en las muertes por sobredosis de opioides sintéticos, cuando se compara 2019 y el período de 12 meses que finalizó el 30 de junio: 84 muertes a más de 1,100, lo que representa un incremento de 13 veces.

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