Con la IA, los ciberataques superarán $343.000 millones antes de 2027

Sería quedarse corto decir que la forma en que pagamos ha cambiado significativamente en los últimos años. El efectivo ha disminuido en popularidad, los pagos transfronterizos pueden realizarse al instante, y los medios de pagos han recibido una gran inversión por parte de grandes empresas tecnológicas y de capital de riesgo.

Como resultado, los pagos se han convertido en la columna vertebral de las economías digitales y están impulsando la innovación en todo el mundo.

Sin embargo, existe un inconveniente en los pagos inmediatos, equilibrar la velocidad con la seguridad es un gran desafío. Con los pagos instantáneos convirtiéndose en la norma a nivel mundial, las instituciones financieras deben adaptarse rápidamente para garantizar transacciones protegidas de manera fluida y a gran escala.

El fraude en ciberataques superará los 343.000 millones antes de 2027

A medida que los pagos han evolucionado, también lo han hecho las tácticas de los estafadores. Como consecuencia del rápido cambio en nuestro comportamiento, como lo demuestra el imparable aumento del comercio electrónico, el campo de batalla también está cambiando. La gran mayoría de la actividad fraudulenta comienza fuera del sector bancario, más del 85% de los casos de fraude en España provienen de ciberataques.

Las pérdidas acumuladas para las empresas por fraude en pagos online a nivel mundial entre 2023 y 2027 superarán los 343.000 millones de dólares. Además, las instituciones financieras están invirtiendo más de 206.000 millones de dólares globalmente para combatir los delitos financieros. Ante este escenario, la Inteligencia Artificial se presenta como una solución imperativa.

Prevención del fraude

En medio de la creciente amenaza del fraude y delitos financieros, la Inteligencia Artificial (IA) emerge como el pilar esencial para salvaguardar la integridad de las transacciones. Nos dirigimos hacia un futuro donde la tecnología no solo es una aliada, sino una importante defensa contra pérdidas económicas masivas.

Hasta ahora, la prevención del fraude ha dependido en gran medida del análisis de amenazas anteriores y de reglas con criterios predefinidos. Esto ha dejado a las instituciones financieras expuestas y luchando por mantenerse al día con un panorama en constante evolución. Estas reglas no aprenden automáticamente, no pueden predecir nuevos tipos de ataques pues solo previenen el ataque contra el que se definieron.

Esto significa que los encargados de construirlas a menudo tienen que simular decenas de miles de escenarios para que sean efectivas. Esto es una práctica arcaica. En 2024, la prevención efectiva exige defensas predictivas y adaptativas.

En lugar de reglas inflexibles y a menudo obsoletas que bloquean transacciones, las nuevas soluciones facilitan decisiones precisas que minimizan los falsos positivos y maximizan la seguridad. Las soluciones que ofrece la IA son modelos de aprendizaje automático autónomos que aprenden diariamente. El aprendizaje diario debe incluir tanto las operaciones genuinas como los casos de fraude confirmado. Esto asegura que los modelos de aprendizaje automático se adapten a los cambios en el comportamiento del cliente y a los ataques, así como a nuevos tipos de fraude.

IA Avanzada: Redefiniendo la identificación de riesgos

En el horizonte del 2024, la IA está destinada a transformar la gestión del riesgo, ofreciendo eficiencia y una identificación de riesgos mejorada. La capacidad de analizar datos para detectar patrones y anomalías convierte a la IA en una herramienta de gran valor en la lucha contra el fraude y los delitos financieros.

La IA avanzada no solo detecta, sino que previene eficazmente el fraude y los delitos financieros, proporcionando el nivel de riesgo en tiempo real y a gran escala. Estas tecnologías no solo agilizan los procesos, sino que también alivian la carga humana, permitiendo que los equipos se concentren en tareas más complejas y estratégicas.

Las soluciones de IA más efectivas también abordan amenazas de blanqueo de capitales (AML) y los requisitos regulatorios de ciberseguridad. Al fusionar conocimientos especializados, la IA se convierte en un escudo, que no solo responde a los desafíos actuales, sino que también se anticipa a los futuros.

En resumen, la IA se constituye como el catalizador que transformará la gestión de riesgos en 2024. Su capacidad para analizar datos de manera proactiva, prevenir fraudes y mejorar la identificación de riesgos marca el inicio de una nueva era en la lucha contra el fraude y los delitos financieros. En un mundo cada vez más digital, la IA se presenta como el escudo que preserva la integridad de nuestras transacciones y asegura un futuro financiero más seguro.

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