El Gobierno de Hong Kong enfatizó la solidez de su sistema financiero y advirtió que las acciones políticas de Washington podrían amenazar las relaciones bilaterales y los intereses de las empresas estadounidenses, tras una carta de la Cámara de Representantes del país norteamericano que cuestionó el estatus de la ciudad como centro económico internacional.
En un comunicado emitido este martes, el Gobierno hongkonés rechazó con rotundidad la carta conjunta enviada a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, argumentando que carece de fundamento y daña la reputación de la región como centro financiero internacional.
Además, el Ejecutivo subrayó que ha estado aplicando las sanciones impuestas por las Naciones Unidas (CSNU) y que mantiene un mecanismo efectivo para implementar sus resoluciones , incluyendo la supervisión de embarcaciones y empresas sospechosas para prevenir la evasión de sanciones.
Un portavoz del Gobierno de la antigua colonia británica calificó el documento como un «intento burdo y censurable» de propagar desinformación con fines políticos y recalcó que las leyes de seguridad nacional de la ciudad «garantizan un entorno estable y predecible que permite el crecimiento de la economía y las empresas», destacando que la comunidad empresarial internacional sigue confiando en Hong Kong.
Por otra parte, subrayó la integridad de los sistemas financieros locales, destacando que sus bancos e instituciones cumplen con los estándares internacionales, especialmente en materia de prevención de lavado de dinero y financiación del terrorismo.
Las autoridades locales reafirmaron su compromiso con el estado de derecho bajo el marco de «un país, dos sistemas», destacaron que los derechos y libertades fundamentales están protegidos bajo la Ley Básica, y señalaron que las recientes normas promulgadas para salvaguardar la seguridad nacional están alineadas con prácticas de otras economías avanzadas.
A su vez, mencionaron un estudio realizado por la Cámara de Comercio Americana, que reveló que casi el 80 % de sus miembros confían en el estado de derecho hongkonés, y cerca del 70 % no ha reportado un impacto negativo en sus operaciones debido a la Ley de Seguridad Nacional impuesta por Pekín en 2020.
El representante del Gobierno alertó de que las acciones políticas continuas de Washington podrían poner en riesgo las relaciones mutuamente beneficiosas entre ambas partes. Esta situación, según se señala, podría tener repercusiones negativas en los intereses estadounidenses en la región, donde actualmente operan más de 1.200 empresas.
Por último, el funcionario gubernamental enfatizó la importancia de mantener un diálogo constructivo para asegurar el bienestar económico y preservar un entorno propicio para la inversión y el comercio.
Los legisladores estadounidenses instaron este lunes a las autoridades de EE. UU. a reevaluar su tratamiento de los bancos locales, y acusaron a la ciudad semiautónoma de haberse convertido «en un centro de lavado de dinero y de ayudar a países autoritarios a eludir sanciones».
“Desde la imposición de la ley de seguridad nacional por parte de Pekín, Hong Kong ha pasado de ser un centro financiero global de confianza a un actor crítico en el creciente eje autoritario que incluye a China, Irán, Rusia y Corea del Norte”, argumentaron.
Los congresistas añadieron que Hong Kong «se ha convertido en un líder mundial en prácticas como la importación y reexportación a Rusia de tecnología occidental prohibida, la creación de empresas pantalla para la compra de petróleo iraní prohibido, la facilitación del comercio de oro de origen ruso y la gestión de barcos fantasma que participan en el comercio ilegal con Norcorea».
Además, el documento citó una investigación que indica que aproximadamente el 40 % de los bienes enviados a Moscú desde Hong Kong el año pasado pertenecían a una lista de alta prioridad de artículos que EE. UU. y la Unión Europea utilizan para centrar la aplicación de sanciones. Entre estos artículos se incluyen «semiconductores y otras tecnologías esenciales para la guerra de Rusia en Ucrania”, según el escrito.